La comunidad de Lanceros expresa públicamente su deseo de la pronta recuperación del arzobispo de Madrid, Cardenal Osoro, positivo en coronavirus. Todas las informaciones procedentes del Palacio de la calle San Justo apuntan a la levedad de los síntomas. Pero dados los antecedentes del señor arzobispo, le deseamos una pronta recuperación, que no se complique el cuadro contagioso y que esté bien atendido humana y médicamente.
La noticia de su contagio se ha producido en un momento crítico para el arzobispo de Madrid. Por el obligado confinamiento no podrá viajar a Roma para la Visita Ad Limina, la que sería su última visita Ad limina como obispo en activo. La próxima será, previsiblemente, dentro de cinco años, si no se alarga más, como ha ocurrido en esta ocasión en la que los obispos españoles hicieron la anterior Visita en 2014, el primer año de pontificado del Papa Francisco.
En esta ocasión, el virus ha librado al cardenal Osoro de hablar sobre la situación de la diócesis de Madrid y también de escuchar lo que tendrían que decirle en los dicasterios romanos. Según cuentan los sacerdotes de la comunidad de Lanceros, en la reunión en la que Osoro explicó a la Curia de Madrid las instrucciones para redactar los informes destinados a la Visita, el arzobispo insistió que lo importante era que quedara claro que había una continuidad entre lo que hizo el cardenal Rouco y lo que se estaba haciendo ahora. Esta instrucción de Osoro enfadó a no pocos de los suyos, que podrán ser palmeros agradecidos pero no son tontos.
La Providencia, en su eterno designio, ha hecho que el cardenal Osoro evite también los comentarios sobre su sucesión. Hay quienes llaman a esta última tanda de obispos españoles en Visita Ad Limina, “el grupo del adiós”. Ahí estarán a la cabeza el cardenal Ricardo Blázquez y nuestro querido monseñor Reig Pla, entre otros.
Pero la ironía de la Providencia ha permitido que las riendas madrileñas de esta Visita Ad Limina las tome por derecho propio monseñor Juan Antonio Martínez Camino, el obispo auxiliar preterido de esta historia. Al ser el obispo auxiliar de Madrid con más años de obispo, y en Madrid, tiene la precedencia respecto a sus iguales.
Esa dignidad hará que, por ejemplo, intervenga en nombre de los obispos madrileños en algunas de las Congregaciones Vaticanas y reciba las instrucciones de los prefectos de los dicasterios. Paradojas del destino, el obispo olvidado durante este pontificado en Madrid pasa ahora a ser el “Primus inter pares” de los madrileños en la Visita Ad Limina. Con un merecido protagonismo que hará sonrojar a algunos.
Si se confirman los intensos rumores de que otro de los obispos madrileños, monseñor Jesús Vidal, está a punto de salir para una diócesis española, Madrid se quedarían en los próximos meses con los obispos Martínez Camino y José Cobo para hacer la transición.
Esto en el supuesto de que a monseñor Cobo no le nombren, como se rumorea insistentemente, obispo de Santander, dónde podrá seguir siendo obispo auxiliar del cántabro cardenal Osoro.
Diego Lanzas
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¿A dónde iría Jesús Vidal?
QUERIDA INFOVATICANA. ¿TIENE ALGUNA RELEVANCIA ESTA ¿NOTICIA? CLERICAL?
¿Se ya comprado el obispo de gris una chaqueta donde quepa su volumen episcopal? ¡Pobre botón la presión que aguanta!
D. Diego :
Nadie esta revisando como se gestionó realmente los meses más duros de la pandemia. Hubo parroquias en Madrid ( por ejemplo la parroquia del Cristo de la Salud en la vicaría II ) donde se desobedeció todas las precauciones sanitarias y se siguió celebrando las Eucaristías con afluencia de público . Investigue un poco ….ya irá comprobando como se tapo todo el desgobierno en la diócesis aquellos meses ……….