El confuso nuevo «Ministerio de Catequista»

ministerio catequista
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(Crisis Magazine/ John M. Grondelski)- El Papa Francisco ha instituido en 2021 el «ministerio del catequista» y la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha promulgado un rito para instituir catequistas.  Mis preguntas sobre este proyecto son tres.

En primer lugar, ¿cuál es el fundamento de este ministerio laico?

El motu proprio de Francisco estableciendo catequistas se titula «Antiquum Ministerium», «un ministerio antiguo». Uno de los principios rectores de la reforma del Vaticano II fue el resourcement, el “volver a las fuentes».

Pero el resourcement, especialmente en el ámbito litúrgico, parece carecer de una metodología clara. Las «fuentes» son, por supuesto, normativas para la Iglesia. La Sagrada Tradición mira, por ejemplo, a cómo ha existido una doctrina en la historia de la Iglesia.

Pero muchos liturgistas parecen tener un acercamiento selectivo a las «fuentes». En nombre de la eliminación de las «adiciones» a la liturgia, muchos de los reformadores canonizaron los cinco primeros siglos de la Iglesia, como si después el Espíritu Santo hubiera dejado de repente de guiar el desarrollo de la Iglesia en el periodo medieval. (Y por supuesto, el Espíritu Santo habría supuestamente regresado con furia en los años 70, pero ese «Espíritu» conciliar fue aparentemente ignorado por los papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI). ¿Por qué este desarrollo postpatrístico se considera de segunda categoría?

Por otra parte, esos mismos liturgistas que, por lo demás, invocan hoy la Iglesia de los cinco primeros siglos, parecen considerar que la liturgia eucarística, tal como se desarrolló durante ese período y se transmitió (y desarrolló) posteriormente para convertirse en el Misal de 1570, no sólo no es normativa, sino que constituye una verdadera amenaza para la unidad de la Iglesia. Esa es la lógica de Traditionis Custodes y de las subsiguientes «Respuestas a las dubia«. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Es la ecclesia primae quinque saecula «la» norma o «una» norma, que se puede elegir o descartar según el momento?

Mi otra preocupación sobre la falta de metodología que hay detrás de esta apelación a la Iglesia antigua es su anacronismo al abordar el pasado. Considerar acríticamente el pasado sin tener en cuenta el desarrollo histórico conduce a su falsa «recuperación». Un ejemplo: en los años 80, varias comisiones litúrgicas diocesanas intentaron prohibir las confesiones durante el Triduo Pascual apelando al ejemplo de la antigüedad cuando la reconciliación se producía el Jueves Santo por la mañana. Aparte del daño causado a los penitentes reales de hoy en día, a los que se les niega el acceso al sacramento en nombre de una supuesta «recuperación» histórica, la aplicación de los modelos de penitencia canónica patrística a la confesión auricular actual es un ejemplo de comparar manzanas y naranjas.

Planteo estos ejemplos porque el «catequista», tal y como existía en la Iglesia bíblica y patrística, no es simpliciter el «catequista» de hoy en día. Pretender lo contrario es históricamente inexacto. Que hubiera catequistas entonces es una cosa; que ese «antiguo ministerio» pueda simplemente ser revivido en medio de circunstancias históricas diferentes, como si estuviera en animación suspendida y pudiera ser descongelado, es otra.

En segundo lugar, ¿qué será este «ministerio»?

En 1997, en el 25º aniversario de Ministeria Quaedam, el motu proprio del Papa Pablo VI por el que se establecían los ministerios de lector y acólito, me planteé estas cuestiones debido a la confusión en la práctica que surgió de ese documento. Ministeria suprimió varias «órdenes menores», sustituyéndolas principalmente por las de lector y acólito, que estaban abiertas a los hombres laicos (y, a partir de este año, por decisión de Francisco, también a las mujeres laicas).

Pero, en la práctica, ¿en qué punto los lectores y acólitos se convirtieron en la práctica en ministerios laicos? Los lectores y acólitos instituidos oficialmente se convirtieron en nuevas órdenes menores de facto. La persona promedio que lee las Escrituras en la misa dominical o que sirve en el altar no fue «instituida» en esos «ministerios». Entonces, ¿no tenemos de hecho «ministerios laicos» oficiales en los que poquísimos laicos han sido oficialmente instituidos y un montón de lectores y acólitos no oficiales, no instituidos como tales, que actúan como si lo fueran cada domingo»? ¿No tendríamos que resolver primero esa anomalía?

Pido clarificación sobre este «lío» porque su daño es doble: el ministerio «laico» nunca se articula claramente como tal, mientras que su institucionalización (y especialmente su estrecha asociación con la preparación para el sacerdocio) lleva a la confusión sobre las Órdenes Sagradas, desdibujando la distinción entre un sacramento y un sacramental.

Tercero, ¿qué te califica para ser «catequista»?

Francisco deja esa pregunta sin respuesta. Su motu proprio simplemente dice a las conferencias episcopales que implementen el ministerio y establezcan «el proceso necesario de formación y los criterios normativos.» Los catequistas de la Amazonia van a ser diferentes a los de Arizona. Esto no es necesariamente malo, pero sí plantea la pregunta: ¿qué buscamos en un catequista oficial en nuestros países occidentales?

El más somero estudio del estado de la catequesis en Occidente en los últimos cincuenta años debería, honestamente, atribuirle buena parte de la culpa del estado de la Iglesia en nuestros países. La trivialización de la catequesis, incluso mientras se profesionalizaba como «educación religiosa», es en gran medida responsable del analfabetismo religioso y de la consiguiente caída del número de los católicos.

Sin faltar al respeto a esos ministerios, ser lector o acólito no requiere un conjunto de habilidades muy exigentes. Ser acólito implica ser capaz de llevar una cruz y vinajeras, tocar una campana y aprender el rito de la misa. Ser lector implica saber leer y, con suerte, tener habilidades rudimentarias para hablar en público.

Los catequistas necesitarán mucho más.

¿Cómo formaremos a los catequistas? ¿Nos conformaremos con que el catequista vaya un capítulo por delante del alumno en el libro de religión? ¿O exigiremos algún tipo de programa educativo? ¿Quién lo dirigirá? ¿Las diócesis? ¿Los colegios o universidades católicas -las mismas instituciones cuyos departamentos de teología han declarado en gran medida que son «independientes» de la enseñanza de la Iglesia?

¿Se exigirá a los catequistas algún tipo de misión canónica, precedida de una profesión de fe? ¿Cómo se comprobará/certificará/reafirmará su ortodoxia? ¿Será un catequista un profesor de religión ad hoc en la Parroquia de San José pero dejará de ser «catequista» si se traslada a otra parroquia? ¿O su «institución» y sus credenciales canónicas (si existen) serán válidas en todas las parroquias? ¿En todas las diócesis?

Dado el mayor grado de preparación y compromiso que supone ser catequista, ¿pagará la Iglesia por la formación y/o compensará el trabajo?

Muchos padres ortodoxos, muy decepcionados con casi tres generaciones de catequesis basadas en pinta y colorea, probablemente mirarán con recelo esta burocratización de un ministerio «institucionalizado», preguntándose si tanta palabrería arreglará los problemas de la catequesis, no servirá para nada o empeorará las cosas.

Quizá haya llegado el momento de que la Iglesia establezca un ministerio de catequesis, pero estas preguntas exigen respuestas antes de que creemos otro «lío» eclesiástico, que las ovejas, si no los pastores, no están dispuestas a soportar.

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Comentarios
23 comentarios en “El confuso nuevo «Ministerio de Catequista»
    1. Cierto, son de imposible cumplimiento, prácticamente en grades ciudades y que sean ricas, en otro municipio por alguna excepcionalidad y nada más. El 99% de la catolicidad tendrá simplemente lo que se pueda, y sin burocracia ni clericidad.

    1. Lo ha dicho muy bien. Hay diócesis como Solsona y Gerona que pronto solo tendrán 5-10 sacerdotes donde en los 1970 habían cientos.

      Serán los superlaicos superlativos, que acumularán mínimo diversos ministerios:

      . Lectorado
      . Acolitado
      . Catequista
      . Ostiario
      . Celebrante de la misa sin cura
      . Administrador de la comunión
      . Administrador de la parroquia u arciprestazgo

      Ser cura será una rareza, un privilegiado de la Nueva Iglesia de Bergoglio, una ultraminoria selecta. Ser diácono será un grado inferior, pero también un privilegiado.

      Los superlaicos, al ser Boni Viri, serán ordenados diáconos y luego presbíteros, pero serán presbíteros de II clase ante los pata negras jabugos procedentes de los 6-7 años del Seminario, que se contarán con los dedos de las manos.

      1. Y, como pasa ya ahora, ni sabrán leer, ni el catecismo, ni las normas litúrgicas… administrarán esas iglesias vacías como cortijos… sin estar presentes más que el día de las grandes solemnidades… vestidos de roquete, con muchas puntillitas. O en los colegios diocesanos que queden, para lucir modelito.

  1. No nos engañemos. La catequesis vigente o es inexistente o es una anti catequesis. El sentimentalismo barato, que no resiste el mínimo temporal contra la Fe, prevalece sobre la doctrina. Apenas se lee el Catecismo, apenas se estudia y lo que se enseña, es un decir, no tiene nada que ver con el Catecismo. ¿Catequistas? No saben ni lo que son ni para qué están.

    Otro día habrá que hablar de los seminarios, donde se enseña la doctrina modernista, que no católica, y de las universidades pontificias, otro desastre. Estamos como estamos porque la doctrina católica, lisa y llanamente, se desprecia, cuando no se pisotea.

  2. Después se apareció a los once mismos cuando estaban sentados a la mesa, y los reprendió por su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado.…

  3. Todo catequista debiera conocer y enseñar:

    Sagrada Biblia
    Catecismo de la Iglesia Católica
    Y algo de cultura sobre Historia de la Iglesia, sus concilios, dogmas , con especial hincapié en el papel de los santos, padres y doctores de la Iglesia. La catequesis sobre Jesús de Nazaret del Papa Benedicto XVI es también recomendable.
    Dirigido a los niños que se preparan para la primera comunion, pero también a sus familias,es importante formar hogares cristianos. Hacerles ver qué significa ser cristiano. Y hablar un lenguaje llano y sencillo con ellos y con los catecúmenos pero firme y anclado en la Fe.

    Pintar y colorear es secundario .

    1. La verdad que es complicado. Pues como le enseñas a un niño de ocho años sobre biblia, igual esto es más sencillo adaptarles las historias que conocemos. La creación, Adán y Eva, el arca de Noé, el rey David…

      Pero bueno igual con una formación sobre pedagogía para aprender adaptar los materiales me parece muy interesante la propuesta. Aunque difícil pues se nota que hay niños que les llevan los padres obligados, llegan cansados de toda la semana de apuntarse toda la semana etcétera.

      Y la verdad que hay un problema y es que no hay catequistas.

      Y también hay que saber tener autoridad con los niños.

      No es fácil.

  4. Eso de que un lector es suficiente con que sepa leer (que no es poco)….

    Un lector no solo debe saber leer, sino comprender las Sagradas Escrituras. En la proclamación de la Palabra de Dios, quien lo hace debe notarse que de verdad siente y vive lo que está proclamando, y no que simplemente lea. Yo creo que el ministerio del lector, y más hoy en día, es muy serio. En verdad, quien aspire a serlo debe ser bien formado para ello, y esa formación no solo consiste en aprender a leer…

    Igual que el acólito, que deberá entender y saber bien lo que es la liturgia. Debe ser verdaderamente formado en la liturgia, y no solo aprender a llevar las vinajeras, el incensario y la cruz, tiene que saber de verdad y sentir lo que significan dichos ritos, debe ser una persona preparada que trate con respeto y veneración todo lo sagrado, etc.

    Los ministerios requieren una preparación, que va más allá del puro hecho de saber ejercerlos…

  5. El dogmático Trento, norma superior que esta gente sólo acepta como «concilio derogado» por una norma inferior llamada «pastoral Vaticano II», establece como vigente a perpetuidad bajo pena de excomunión que el acceso al sacerdocio es por grados mediante órdenes menores de tradición apostólica. Las órdenes o ministerios laicales en la iglesia simplemente no existen. ¿Con cuál autoridad se inventan estas cosas? ¿Si estos clérigos querían ser inventores por qué no estudiaron corte y confección?

    1. Propongo ministerio laical de «costurero de casullas, manteles y trapos».
      Con rito especial de institución, a perpetuidad y con anatema.

  6. Culpa de los sacerdotes que no usan sotana, esconden su condicio de tal por no ser perseguidos o para estar a la moda, ellos eligen cualquier mujer de catequista, tenga las ideas mundanas de anticoncepción, sepa o no las verdades de Fe, cumpla o no el precepto de ir a Misa los domingos, viva o no en concubinato. Agarran a cualquiera para catequista, cualquier caradura chamuyera.

  7. LA FE ES UN DON DE DIOS. Es importante esto por que ante la pérdida de la fe generalizada en el mundo, en especial Europa, se hace evidente que Dios está cegando a las gentes con esa pérdida. Si uno se aparta de Dios, la consecuencia a corto o largo plazo es la pérdida de la Fe. Si uno deja de leer las escrituras, que el alimento espiritual por antonomasia, el sentido del bien y del mal se pierde, y se empiezan a aceptar como normales toda clase de perversiones, que incluso se acaban bendiciendo dentro de la iglesia. Si se deja de rezar ocurre otro tanto de lo mismo, y cuando llega la hora final, uno está tan entregado al mal, que ya no tiene ni conciencia, ni resortes espirituales para solicitar el perdón de Dios, se deja abandonar camino directo del maligno. Te ponen la inyección de los terminales, te echan un mixto y al otro barrio. Lo malo es que los familiares se creen las patrañas de Francisco, y piensan que por la cara el difunto irá al cielo. Me temo que no.

  8. Cuando niño, las monjas mercedarias y después las dominicas, me enseñaron en el colegio unos carteles donde se veían escenas de la vida del hombre, en la última de la viñeta, aparecían hombres y mujeres en una juerga, y detrás de ellos se abría un precipicio y al fondo llamas, demonios y condenados. Mientras esto ocurría, los gerifaltes del modernismo eclesial montaban el Vaticangate II, para arrancar de cuajo al pueblo de Dios la fe y la inocencia. Estos carteles hoy serían prohibidos dentro de la iglesia por rígidos y fanáticos, por causarle traumas a los niños, por que van en contra de la misericorditis forzosa de todos los pecadores al cielo masón y protestante, por que ellos lo valen. La estafa criminal mas grande de la historia. Que equivocados están.

    Por cierto, si me preguntan, yo me quedo con los carteles de las monjitas.

  9. El nuevo libro SAN JUAN EVANGELISTA VIO Y CREYÓ.. (JN 20,8)… demuestra que Jesús resucitó de verdad ya que ha encontrado lo que realmente vio el Apóstol. Cada día es más fácil creer si se sabe encontrar libros buenos, como siempre ha sido. En Amazon.

  10. Con todo respeto qué es un catequista ? (hoy ministro catequista) (agárrate Catalina).
    No hay una definición clara de qué es pero si el uso/costumbre de nombrar a ciertas personas que enseñan los inicios de Doctrina Cristiana, en una época el Catecismo de las 82 o 90 preguntas y ahora según el tiempo, lugar y modo.

    Los lectores/acólitos son de hecho y no de derecho, no conozco graduado de Ministro Lector/Acólito, ustedes conocen alguno ? es lindo el diploma ? en las celebraciones llevarán media estola o algo ? y el salmista quedó afuera ?.

    Una vez en un casamiento pusieron de lector al hermano del novio que leyó un pasaje del Apocalipsis que dejó aterrorizados a todos los presentes.

    Creo que la única preparación que debe tener el acólito como inexorable es la función de turiferario, muy peligrosa, alguna vez se produjo una humareda de aquellas que el Obispo tuvo que usar el solideo para no ahogarse.

    Que tengan buen año y mejores Ministros…

  11. Dejemonos de sutilezas que si acolitazgos que si lectadurías. No. No es nada de eso.

    Pacorro es muy fino, pero solo cuando se lleva tajada.

    Cual es la tajada aquí que REALMENTE le interesa al amigo de Lynn Forester de Rothschild?

    Meter mujeres en ministerios eclesiásticos. Sin más.

    La mayoría de los catequistas son mujeres. Haciendo de ello un ministerio, ya las tienen enfiladas dentro de la clerecía de la Iglesia y es lógico que una catequista -educada en el feminismo, como toda hija de vecino hoy en dia- que solo sabe mandar pintar y colorear luego un buen día exija ser diaconisa y luego cardenala o camarlenga y por que no papisa o ya puestos crista o diosa? Al fin y al cabo eso se convertirá en la evolución lógica de su ministerio en la nueva iglesia única mundial®

    Y No hay más señores.

  12. El tercer punto: ¿Qué te califica para ser «catequista»?
    Respuesta: la teología de la liberación comunista y el nuevo orden mundial de la judeomasonería. Éste es el «currículum catequético», admisible por muchos obispos y curas.

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