El Santo Padre ha dado en su mensaje navideño en San Pedro una interpretación del nacimiento de Jesús curiosamente adaptada a los mensajes constantes de su pontificado: “El Verbo se hizo carne para dialogar con nosotros”.
Mientras ante el riesgo de “no querer dialogar, o de que la complejidad de la crisis induzca a elegir atajos, en vez de los caminos más lentos del diálogo”; el Pontífice afirmó en el mensaje navideño que acompañó la bendición ‘Urbi et Oribi’ que sólo dialogando se puede llegar “a la solución de los conflictos y a beneficios compartidos y duraderos”.
“Hermanas, hermanos – prosiguió diciendo el Papa – qué sería el mundo sin ese diálogo paciente de tantas personas generosas que han mantenido unidas a familias y a comunidades”, tal como él mismo lo ha escrito en su encíclica Fratelli tutti. Y recordó que “en este tiempo de pandemia nos damos cuenta de esto todavía más”, puesto que, como dijo Francisco, “se pone a prueba nuestra capacidad de relaciones sociales, se refuerza la tendencia a cerrarse, a valerse por uno mismo, a renunciar a salir, a encontrarse, a colaborar”.
De ahí que haya destacado que también en el ámbito internacional “existe el riesgo de no querer dialogar, el riesgo de que la complejidad de la crisis induzca a elegir atajos, en vez de los caminos más lentos del diálogo; pero son estos, en realidad, los únicos que conducen a la solución de los conflictos y a beneficios compartidos y duraderos”.
Al “Hijo de Dios”, el Papa le pidió que conforte “a las víctimas de la violencia contra las mujeres que se difunde en este tiempo de pandemia”; que ofrezca “esperanza a los niños y a los adolescentes víctimas de intimidación y de abusos”; que dé “consuelo y afecto a los ancianos, sobre todo a los que se encuentran más solos”; y que conceda “serenidad y unidad a las familias, lugar primordial para la educación y base del tejido social”.
El Papa tuvo palabra de preocupación y solidaridad para las víctimas de diversos conflictos y crisis por toda la faz de la tierra, aunque no hizo mención alguna a las leyes contrarias a los derechos humanos y la legislación internacional que están proliferando por todas partes con la excusa de la pandemia.
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