Benedicto elogia al cardenal Cordes como “hombre de la decisión definitiva”

Benedicto XVI Cordes
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«Un hombre de la decisión definitiva” es como Benedicto XVI citando al exégeta Heinrich Schlier, ha definido a su viejo amigo Paul Josef Cordes con ocasión de sus 60 años de ordenación sacerdotal, en una carta para la introducción del libro Wer nicht Gott gibt, gibt zu wenig (Quien no da a Dios da demasiado poco), informa La Nuova Bussola Quotidiana.

El Papa Emérito ha querido rendir un homenaje a su amigo y presidente también emérito de Cor Unum, de quien afirma que “es conocido por todos los que participan en la vida de la Iglesia sobre todo por sus claros comentarios en momentos confusos, con los que corrige lo confuso o errado”.

Ratzinger considera a Cordes como “un hombre de decisión definitiva” que “no busca la popularidad” ya que su “vara de medir no es el aplauso de los muchos, sino la fe de la Iglesia”, por lo que no renuncia a “la claridad en la lucha contra las opiniones mayoritarias”.

El elogio es especialmente significativo porque en él usa los mismos concepto e incluso casi idénticas palabras que empleó para definir la concepción que tenía de su misión como Papa cuando fue elegido, tal como aparece en el libro de Peter Seewald, ‘Últimas Conversaciones’. “Si un Papa solo recibiese aplausos debería preguntarse si no estará haciendo algo mal”, afirma en el libro entrevista.

«Si se leen juntas las reflexiones reunidas por el cardenal -escribe Ratzinger en la carta- se ve el modelo de fondo de su pensamiento, que es muy positivo aún en sus negaciones: reconocer a Cristo, no en forma de sumisión a las opiniones y poderes dominantes, sino en la fe de los pequeños”. Y el punto crucial de la visión de Cordes está en la importancia de la Cruz porque, como enfatiza Benedicto XVI, «allí donde no está, también Cristo está ausente”.

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Comentarios
11 comentarios en “Benedicto elogia al cardenal Cordes como “hombre de la decisión definitiva”
  1. Pues ya me perdonarás, querido Benedicto, pero parece que tu decisión no fue definitiva y que nos has abandonado en manos del destructor de la Iglesia, su doctrina, sus sacramentos, su moral, su liturgia, al que nos lo trajiste con tantos nombramientos de obispos y cardenales indeseables, lo que también hizo tu antecesor, y con unas mafias que no supisteis acabar con ellas. Creo que la historia del catolicismo auténtico os juzgará severamente. Bergoglio no ha caído del cielo como un meteorito.

  2. Las palabras de Su Santidad el Papa Benedicto XVI, ponderan la virtud del Cardenal Cordes, de corregir lo confuso o errado. Cuánta falta hacen personas así, para corregir la deriva de Francisco, y de tantos pastores que carecen de discernimiento de la verdad.
    Y qué lustre dan las palabras del Papa alemán, ahora que estamos tristemente acostumbrados a la pobreza conceptual y lingüística del argentino.

  3. Pues en éste momento, querido papa, habemos muchos pequeños urgidos de ayuda.
    Está habiendo una injusticia tremenda, y nadie ve por nosotros, los pequeños, los peones del Ajedrez que son los primeros en caer.
    Se exige la inyección ¡¡HASTA¡¡ en la Iglesia, y éso no debe verlo Dios con gusto,,Él evitaría que los colmillos del.lobo con forma de jeringa, nos hicieran daño.
    Clamamos al cielo,, Señor Ayúdanos

  4. Querido Benedicto ¿No te parece que ha llegado la hora de que te pronuncies contra el pasaporte covid, que tanta discriminación está conllevando, en especial de los católicos que estimamos que no debemos inocularnos por motivos éticos y científicos?

    1. ¿Y por qué habría de pronunciarse sobre un tema que no le compete? Si se queja de que Francisco lo haga, y se queja usted con razón, ¿por qué habría de hacerlo Benedicto XVI? Por último, dice usted que la historia del catolicismo juzgará severamente tanto a Benedicto XVI como a san Juan Pablo II, ¿de verdad? Yo creo exactamente lo contrario: de hecho, así está sucediendo ya. Otra cosa es que acertaran en todas sus decisiones, cosa imposible en un ser humano. El problema está más en usted: ¿hay alguien a quien no juzgue severamente, con la excepción de Viganó, claro está?

      1. «Yo creo exactamente lo contrario: de hecho, así está sucediendo ya»

        Ha enunciado mal su frase. Debería decir: «Yo creo exactamente lo contrario: de hecho, CREO que así está sucediendo ya», pues es una mera creencia suya, que además no se corresponde con la realidad. Al menos, en lo que respecta a Francisco, al que no sólo no aceptan los no católicos (sólo los políticos de izquierdas y la élite globalista alaba sus opiniones afines, despreciando en cambio todo lo demás que él respresenta), sino también gran parte de los católicos, a los cuales ha dividido, despreciando y arremetiendo constante y públicamente contra todos aquellos que no sean de su cuerda ideológica o, simplemente, que profesen de forma íntegra la fe católica (que él considera «rigidez»). Y sobre cómo le juzgará la historia, ni usted ni nadie lo sabe, así que también es mera creencia o deseo suyo.

        1. No sabe usted ni leer. Digo que creo que está sucediendo ya lo contrario de lo que Belcebunegui afirma (dice que la historia juzgará severamente a Benedicto XVI y a san Juan Pablo II). Y lo que es un hecho es que muchos echamos de menos a ambos (hasta usted mismo lo ha hecho en más de una ocasión). En cambio, no digo nada acerca de cómo la historia juzgará a Francisco. Más aún, a este solo lo nombro para dar la razón a Belcebunegui cuando critica que se meta en cuestiones que no le competen. Me temo que me tiene usted una cierta animadversión que provoca que no lea mis comentarios con la debida lucidez.

          1. «Me temo que me tiene usted una cierta animadversión que provoca que no lea mis comentarios con la debida lucidez»

            Ciertamente había leído mal su comentario, por lo que le pido disculpas. Me chocaba que alguien dijera que el juicio de la historia (que ni siquiera he valorado al final de mi comentario), ya juzgaba positivamente el pontificado actual, cuando ni siquiera ha terminado. Pero en absoluto le tengo a usted animadversión de ningún tipo. Si se fija, no hay ni una sola mención personal en mi comentario, que se limitaba a valorar lo que creía que decía (aunque haya sido una confusión), sin emitir juicio alguno sobre los pontífices aludidos (ni sobre el actual, ni sobre los anteriores). Dicho lo cual, y con respecto a ésto: «Belcebunegui», déjese de chorradas, que somos adultos.

  5. ¡Papa Benedicto, vuelva a tomar el timón de la Barca de Pedro! Necesitamos que la sabiduría de Dios entre nuevamente en nuestra amada Iglesia. Me han impresionado las palabras de Benedicto, haciéndose eco de las palabras del cardenal Cordes: «Reconocer a Cristo en la fe de los pequeños». Ese es el verdadero Cristo, el cristo humilde que TODO lo espera de Dios. No los pobres materiales, sino los pobres de espíritu. Los humildes. Los que todo lo han apostado por Dios por medio del Señor Jesucristo, nuestro Salvador. De lo contrario, la Iglesia cae, como ha caído, en doctrinas liberadoras materiales o, sea, en el marxismo, en la filantropía masónica, etc.

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