La respuesta vaticana a las Dubia -estas respondidas con sospechosa celeridad- sobre Traditionis Custodes, en el sentido de ahogar todo lo posible el rito tradicional, convierte a los tradicionalistas en una especie de ‘cristianos sin pase verde’ que pueden ser descartados del proceso sinodal sin ningún problema.
Ya hablamos en estas páginas de cómo la página que alberga los prolegómenos romanos del sínodo de la sinodalidad borró un enlace con New Ways Ministry, un grupo estadounidense proLGTBI condenado anteriormente por el entonces prefecto para la Doctrina de la Fe, cardenal Joseph Ratzinger y que sigue cuestionando la visión católica de la sexualidad humana.
Pero en tiempos de misericordia eso no se podía tolerar, y no se toleró. La Oficina del Sínodo no solo se apresuró a restablecer el enlace sino que se deshizo en disculpas por su previa desaparición. Como en la vida civil, en la eclesiástica el lobby es demasiado poderoso como para desafiarle, no importa que sus tesis se den de bofetadas con lo que la Iglesia ha defendido siempre y en todo lugar sobre la sodomía.
Esa aquiescencia apresurada podría convencer a los ingenuos de que, para bien y para mal, el proceso sinodal va a escuchar real y atentamente a todos, por alejados que estén de lo que la Iglesia ha enseñado desde el principio. Pero esa conclusión es solo un espejismo, como muestra a las claras la rapidez vaticana por estigmatizar rápidamente al único grupo que queda fuera de las misericordias, al solo colectivo que, pese a estar formado por fieles católicos sumisos a lo que la Iglesia dicta, puede ser tratado como portadores de un virus que les hace merecedores del aislamiento y el descarte: los asistentes a la Misa Tradicional.
La analogía es adecuada, porque del mismo modo que un mundo que insiste en la inclusión, la no discriminación y la tolerancia no tiene el menor problema en considerar ciudadanos de segunda a todo aquel que no se pliegue a las contradictorias y totalitarias normas sanitarias, la cúpula de la Iglesia de hoy sigue predicando misericordias de pega y diálogo de amiguetes mientras margina, sin siquiera reconocerlos, sin cruzar con ellos una palabra, a los fieles que optan por un rito que ha alimentado la vida de tantos millones y de cientos de santos.
A estas alturas, y siguiendo el principio de que los hechos hablan más alto que las palabras, es imposible creer en la ‘sinodalidad’ y en todas las bellas palabras que la rodean. No hay nada peor que fijarse en lo que ocurre para desconfiar de lo que se dice, y así advertimos que la misericordia mana incesante en una sola dirección, que se escucha atentamente a quienes tienen opiniones extremas siempre del mismo lado y, ya que estamos, que solo se responde a las dudas -Dubia- a las que interesa responder.
Francisco elogia a la hermana Gramick, condenada por el cardenal Ratzinger
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¿Y por qué no extraña razón debería tenerse misericordia con quienes no lo a tienen ni la tuvieron nunca?
Si te refieres a los tradis… Que pasa? Conoces el corazón de todos ellos? Y venga con los juicios temerarios…
Porque eso es lo que predica a todas horas, e intentamos defender que es un hombre de palabra.
Si de hecho, no contamos con ella.
Pero qué esperar del cara de pepinillo en vinagre, chismorrero, gruñón, y rígido «par excellence» cuando lanza todos esos epítetos, lo hace al espejo que seguro está en su casi apagada (marcada a fuego) conciencia.
Yo animo a la gente de misa tradicional a que se meta en ma elaboración del Sínodo. No nos harán ni caso, pero así damos un poco la murga.
Sí, esa es la actitud: batalla cultural.
Yo vi claro este «final», cuando nuestro Papa, Francisco I, se presento ante el pueblo cristiano, en su primera aparicion pública, como «Obispo de Roma», uno solo de sus honores, no como Papa de toda la Iglesia. Lo demas vino despues
Yo lo vi claro cuando dijo que su reformas eran «irreversibles», y comenzó su retahíla de insultos a todo el que no le baila el agua.
Eso solo lo puede decir un adanista de izquierdas, que piensa que hasta que no ha llegado el todos estaban equivocados.
Exactamente igual que uno de sus corifeos que pulula con varios nicks por esta página, tratando de convencernos de lo equivocada que estaba la Iglesia hasta 1965. No habla de los temas de los artículos, pero eso a él ¿qué le importa?
A Francisco le gusts descartar a quienes no pensamos según su ideología.
La sinodalidad bergo liante ya la conocemos de sobra y desde hace tiempo: Todos juntos al infierno y deprisa, deprisa, que se nos acaba el tiempo.
La Sagrada Tradición, esa gran piedra de tropiezo de todo modernista. Unos la tapan, otros la ignoran, otros la entierran, y estos otros no mucho más listos la pretenden arrancar de donde está. Que sigan empujando, que la piedra no se puede sacar. Ni se inmuta. Qué maniáticos. ¿Es que no ven que siempre hay alguien que la descubre y avisa a los demás?
Recuerden, los tradicionalistas no pretendemos vivir de las cenizas del pasado, si no conservar el fuego. El modernismo solo pretende innovar para destruir los valores y principios inmutables que provienen directamente de Nuestro Señor Jesucristo. Destruir la Ley de Dios y la belleza de las tradiciones seculares maravillosas, como es la liturgia católica. El modernismo es una mezcla se herejías de todas clases, instigada por la masonería internacional que es la que gobierna el mundo. Varios son los papas que hicieron encíclicas contra el modernismo, pero todas ellas han sido obviadas por Juan XXIII, Pablo VI y por Francisco. En el modernismo el hombre se enseñorea así mismo por encima de Cristo, lo que supone una apostasía de la Verdad.
El cánon 194.1.2 del Código de Derecho Canónico, reza: «Queda de propio derecho removido del oficio eclesiástico: 1º.-….; 2º. quien se ha apartado públicamente de la fe católica o de la comunión de la Iglesia». Es evidente que Bergoglio y todos sus adláteres se han APARTADO PÚBLICAMENTE DE LA FE CATÓLICA, por tanto, él y sus secuaces quedan ipso iure removidos de sus cargos. Hay que decirlo fuerte y claro dentro del «Sínodo».
Folclore… NO
La cosa era más clara cuando los tradicionalistas eran lefevrianos y simplemente era un Iglesia cismatica.
Jamás ha ocurrido tal cosa (quizás en su imaginación). Si no sabe lo que significa tal palabra, no la use, que no es un bebé para repetir sin parar algo que no entiende.