Cupich, en camisa de once varas

Cupich vacunas
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Una de las cosas que más me llaman la atención de la más inmediata coetaneidad es que los antaño ‘malos’ se han convertido no meramente en ‘buenos’, sino en salvadores de la humanidad sin que semejante transición haya sorprendido lo suficiente.

Creo que ni siquiera hace falta ser demasiado viejo para recordar cuando la izquierda desconfiaba por encima de todo de las implacables multinacionales, contra las que convocaban inanes boicots y sobre las que arrojaban toda suerte de denuestos y las peores sospechas. Denunciaban a tiempo y a destiempo sus desmanes y recordaban que su único norte es el beneficio, a cualquier coste, incluso al coste de la vida humana.

Y entre esas denostadas multinacionales figuraba en un lugar de honor la industria farmacéutica, Big Pharma, y no sin razón. El historial penal de la grandes empresas farmacéuticas no tiene mucho que envidiar al del crimen organizado, y la hogaño alabada Pfizer, que está ganando una fortuna diaria sin precedentes con nuestro miedo, pagó en su día la multa más alta en los tribunales de Estados Unidos, un triste récord. No falta nada entre sus desmanes: sobornos, falsificación de datos, utilización de niños y adultos del Tercer Mundo como cobayas sin su consentimiento… Es todo público y consultable.

Pero algo ha pasado en estos años para que el progresismo olvide de golpe todo esto. El cardenal Cupich, de quien no es difamatorio calificar de ‘progresista’, ha declarado que usar los productos de estas multinacionales contra el covid es “un imperativo moral”. No la vacunación en general; no la vacunación para cualquer enfermedad: estas ‘vacunas’ para esta ‘pandemia’.

Ha citado las palabras de Su Santidad del pasado 18 de agosto: “Estar vacunado con vacunas autorizadas por las autoridades competentes es un acto de amor. Y contribuir a garantizar que la mayoría de las personas se vacunen es un acto de amor: amor por uno mismo, amor por la familia y los amigos, amor por todas las personas”.

No es, claro, necesariamente otra cosa que un acto de amor propio, porque es demasiado esperar de nuestra naturaleza caída pensar que todos, o incluso una mayoría, se ha inoculado por amor al vecino, y no para alejar de sí la enfermedad y la muerte, cuando no por motivos más tristes, como viajar, mantener el puesto de trabajo o tomarse una caña en el bar. Pero, sobre todo, lo que se aplica a la categoría no se aplica necesariamente al caso concreto. Me explico.

Rechazar un modelo de coche en concreto no es ser ‘anticoches’, ni desear que todo el mundo tenga que ir a pie y no pueda ir a visitar a su anciana abuelita que vive lejos. Significa solo eso: que desconfiamos de este modelo concreto, que no ha pasado todas las pruebas y que, al usarlo, está dando problemas con la caja de cambios y el freno.

Porque Su Santidad olvida, como lo olvida Cupich, que ha habido que cambiar deprisa y corriendo la definición misma de vacuna -tres veces- para incluir a este producto en la etiqueta. Porque ya sabemos, oficialmente, que no detiene la transmisión del virus. Y, habiéndose ya informado de ingresados en UCI y aún muertos por coronavirus con la famosa doble pauta, tampoco puede decirse seriamente que haga imposible la enfermedad o la muerte.

Se mantiene la idea de que reduce todo eso: transmisión, enfermedad y muerte. Lo mantienen, sobre todo, los mismos que nos han vendido el esquema, lo que en un público un poco más avisado despertaría cierto recelo. Por volver a la analogía anterior, el fabricante del coche nos asegura que es de lo mejor que ha salido al mercado.

Pero demos por bueno el argumento: las vacunas, aunque no mucho, reducen algo el problema. ¿Qué problema? El de un virus con una tasa de supervivencia  extraordinariamente alta, que si no se trata más eficazmente es, sencillamente, porque se han prohibido y demonizado todos los tratamientos que daban pruebas de funcionar.

Me temo que yo no tengo la confianza que demuestra el Santo Padre por las “autoridades competentes”, que no dejan de ser las mismas que niegan la humanidad del niño en el vientre de su madre, que ofrece la muerte a viejos y enfermos o que nos obliga a aceptar que un hombre es una mujer si así lo declara.

Se puede responder que yo no sé nada de todo esto, que no soy un ‘experto’, y es cierto. Como tampoco lo son Cupich o el Santo Padre, cada día más dados a predicar sobre lo que supera su misión, que no es otra que la de anunciar a Cristo Muerto y Resucitado y custodiar la verdad de Su Revelación.

Cardenal Cupich: «la vacunación universal es un imperativo moral»

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Comentarios
25 comentarios en “Cupich, en camisa de once varas
  1. Que se puede esperar de Cupich que defiende y permite la comunión de los abortistas radicales como Biden y Pelosi, que defiende las bendiciones homosexuales, en fin todo lo contrario a las enseñanzas y doctrina de la Iglesia la cual traicionó hace mucho tiempo! Ademas es muy probable que este adherido a la masonería. El
    Hecho que ahora diga que es un imperativo moral usar vacunas hechas con bebes abortados no sorprende ni escandaliza a nadie que conozca su oscuro y tenebroso prontuario!

  2. 🙂,, cierto, todo cierto.
    Una vkuna que te la ponen y te debes cuidar del no vkunado,
    ¿Para qué te la pones?
    Que tienes que ponerle «refuerzo» cada 4 meses porque ya es obsoleta la anterior,
    ¿Para qué te la pones?
    Porqué pueden existir todas las enfermedades del mundo y sólo contra el covid te obligan, como pasa en varios países,, TE OBLIGAN, CON EXCESO DE VIOLENCIA A PONÉRTELA.
    ¿Porqué?
    ¿Porqué se muestran tan gentiles otras veces y ofrecen premios para ponértela ?
    ¿Porqué?
    Pues porqué ha de ser.
    Porqué son millonarios, y se
    aburrían de su vacía vida.
    Nosotros somos sus nuevos juguetes.
    Y en éste juego que inventaron los muy ,, machos de cabra. 🤐
    la meta es ver caer fichas,, el que tenga más fichas gana.
    ¡¡¡YUPI!!!🤸‍♂️🤸‍♀️🤸

  3. NO ESTÁ DE MÁS REPRODUCIR AQUÍ OTRO MAGNÍFICO ARTÍCULO DE CARLOS, CUM LAUDE AMBOS: MCCARRICK CAE, PERO EL ‘MCCARRISMO’ PERMANECE.
    La noticia del inicio de acciones penales contra el ex cardenal Theodore McCarrick y la dimisión del secretario de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, Jeffrey Burrill, por entregarse compulsivamente al sexo homosexual con extraños, nos recuerdan que la cúpula eclesial sigue sin tomarse en serio la insidiosa plaga de la mafia homosexualista infiltrada en el clero católico.

    Oh, sí, hubo un minisínodo hace años, ¿recuerdan?, coordinado por el ahora arzobispo de Chicago, cardenal Blaise Cupich, ‘pupilo’ del propio Theodore McCarrick. Pero se nos perdonará si sospechamos que aquello fue simplemente un fútil ejercicio de ‘control de daños’.

    1. Es muy triste, muy triste, demasiado triste, que además de la depravación sexual de Mc Carrick, Vigano citara en su primera carta que su banda se dedicaba a hacer misas sacrílegas. Y NADIE ha considerado eso como algo importante. Eso da una idea del estado calamitoso de la fe de la Iglesia. Incluso entre los supuestos conservadores, para los cuales, como para los progres, la iglesia es al fin y al cabo una especie de ONG con un plus de ejemplaridad moral, y se escandalizan cuando se viola eso último, pero al final del día, les trae al pairo lo sobrenatural.

    2. CONTRA CORRIENTE. GUATEMALA, UN PRESIDENTE CATÓLICO QUE PROTEGE LA VIDA

      El presidente de Guatemala ha declarado que su país se convertirá en la capital provida de América Latina desde principios del próximo año 2022, mientras que Biden designa a abortistas para roles clave en su administración y en Unicef. Y por eso mismo está aislando a Guatemala, difamandola. Hay una manera y otra de ser católico en política. Mejor dicho, sólo hay una, provida. Biden es anti vida porque es anti católico, por mucho que Bergoglio lo premie con la comunión sacrílega, viático al infierno, bien juntos, sinodalmente.

      Lo cuenta Luca Volante en La Nuova Bussola.

  4. De dar la impresión de que se hacía algo para atajar un problema al que ni siquiera consintieron en dar el nombre correcto, es decir, admitir que el hecho de que en un 80% de los casos se tratase de abusos homosexuales quizá, tal vez, posiblemente quisiera decir algo.

    Hay dos indicios que apuntan en esta dirección. El primero es que sigue sin haber un solo caso de clérigo sancionado o disciplinado por la propia Iglesia por este motivo sin que previamente el caso fuera denunciado por las autoridades o los medios de comunicación. La ‘tolerancia cero’ parece ser la intolerancia a la mala imagen, la intolerancia a ser descubiertos.

    Y el segundo indicio es que, incluso cuando la jerarquía, por mor de las denuncias, se ve obligada a actuar contra un depredador, no hace en cambio nada para seguir tirando del hilo y estudiar la raíz del problema.

  5. Por ejemplo, se priva a McCarrick de su ministerio casi ‘manu militari’, sin permitirle siquiera que se defienda o explique, pero se permite que sus ‘protegidos’ asciendan y prosperen y nadie se pregunta en la cúpula eclesial cómo es posible que nadie supiera nada de unas inclinaciones que eran la comidilla de seminarios y rectorías norteamericanas o si las aficiones de ‘Tío Ted’ hacían de él la persona idónea para promover clérigos por todo el país.

    Tenemos, por ejemplo, al cardenal Kevin Farrell, recientemente honrado con el cargo de camarlengo, es decir, el clérigo con máxima autoridad si falleciera o renunciara el Papa reinante. Farrell compartió hogar con el todopoderoso cardenal defenestrado cuando aún era arzobispo de la capital, Washington, durante años, pero confesó estar ‘conmocionado’ por la noticia de que se llevaba guapos seminaristas a su casita de la playa.

    1. El artículo no cita que también convivió, cuando fue legionario, con el criminal Marcial Maciel, del que tampoco sabía nada y se enteró por la prensa.

      Ya se ve que los que nunca saben nada son elevados por Bergoglio a su estado de máxima ignorancia.

  6. Otros dos obispos de la ‘escudería’ de McCarrick, el ya citado Cupich y el arzobispo de Newark, cardenal Joseph Tobin, también han sido promocionados. Ya hemos hablado de la responsabilidad que se dio a Cupich en el minisínodo, pero además ambos se sientan hoy en la congregación que selecciona a los obispos de todo el globo. Ambos, además, volaron recientemente a Roma justo antes de que el prefecto para la Doctrina de la Fe escribiera a la Conferencia Episcopal para que suavizara su postura sobre la comunión a políticos abortistas.

    ¿Y qué decir de Donald Wuerl? Nombrado sucesor de McCarrick al frente de la Archidiócesis de Washington, se vio obligado a renunciar (con la edad canónica) debido a una investigación de encubrimiento de abusos en el que aparecía citado más de sesenta veces, pero el Papa, después de escribirle una carta excepcionalmente elogiosa, le mantuvo como administrador apostólico de la archidiócesis, y hoy disfruta de un retiro dorado.

    1. Algún dia se descubrirá la razón por la que el Santo Padre se ha alineado con las grandes multinacionales la ONU y el partido comunista chino. Tiene que haber una razón que desconocemos.

      1. El demonio está más suelto que nunca. Antes la Iglesia, con los sacramentos, lo sujetaba bastante. Ahora ya no hay ni iglesia ni sacramentos, pero demonio sí, con autopistas de libre circulación.

      2. Efectivamente.
        Incluso, ninguno de nosotros lo conocemos a él.
        ¿Cuál es la verdadera naturaleza del carácter de bergoglio? ¿De dónde adquirió toda esa sarta de disparates que dice? ¿Cómo se lleva con la gente de su entorno?

  7. The Pillar, la publicación que levantó la liebre sobre el caso Burrill -del que, tenemos que pensar, tampoco nadie conocía su sexualidad compulsiva cuando fue promocionado-, aplicó el mismo rastreo de señales de aplicaciones de contactos sexuales a otras partes, descubriendo un uso intensivo de las mismas en rectorías de la archidiócesis de Newark (la de Joe Tobin) y en los propios palacios vaticanos.

    Nada indica, en fin, que haya el menor interés en atacar la raíz de un problema que parece preocupar solo cuando se hace tan grave que salta al conocimiento público.

  8. Impecable articulo, Carlos Esteban. Nada que no sepamos, claro, pero usted lo expresa bien y concisamente, y así, dentro del horror que vivimos, pues al darle claridad, nos ayuda a mantenernos en la verdad y en la cordura.
    Y sí, recuerdo, sin ser anciana, la época en que los progres abominaban de «las grandes enpresas» así en general. En particular, le tenía tirria al Corte Inglés, cuyas luces de Navidad, que a mí me alegraban la vida, ellos no paraban de ridiculizar…

    1. Ya no critican a los grandes almacenes que menciona porque hace años que retiraron la decoración navideña (sólo ponen luces asépticas y punto). Pretenden que compremos regalos y otros productos simplemente por ser invierno. Pues lo llevan claro: ¿no hay Navidad? Pues sin nada que celebrar, no hay compras. Ellos mismos. Yo llevo años sin pisar esos almacenes (y sin gastar ni un céntimo en ellos). Que les mantengan los progres laicistas, que son muy generosos y estarán muy agradecidos.

  9. Una cosa curiosa con el covid y las vacunas. T9oda publicación en cualquier red social, que hablara de tratamientos naturales, que dijera algo diferente al pensamiento único, etc, era borrado «por dar información falsa» es decir, bloqueaban la difusión aun de tratamientos naturales. Por lo visto solo hay que aceptar la vacuna y punto.

  10. Como ya no hacen apostolado de Jesucristo y tiene que justificar el sueldo, hacen apostolado de las pseudo vacunas, las aduanas, los muros y los pasaportes. ¡QUÉ VIDA MÁS TRISTE, MÁS POBRE!

  11. El ejemplo del coche es muy bueno.

    Pero la gente, que entiende perfectamente que no me quiera comprar tal marca o modelo, no entiende que no me quiera inocular con esto. Da igual que les expliques que te has vacunado rutinariamente todos los años contra la gripe, que te vacunas contra el tétanos cada cierto tiempo, que llevas a tus hijos a que les pongan las vacunas que les corresponden. Para ellos eres un negacionista y contagias a todos los vakunados.

  12. VIGANÒ EN CANALE ITALIA: ESTAMOS ANTE UN GOLPE DE ESTADO DE PROPORCIONES PLANETARIAS
    17 de diciembre de 2021
    Una vez más, al cabo de dos años de farsa pandémica, nos encontramos ante las aparentes incongruencias y contradicciones de una serie de medidas encaminadas a prevenir la propagación del covid 19. Y una vez más, es preciso reiterar algo que por mucho que se repita nunca será suficiente: que, las exigencias y objeciones sue planteamos a los responsables de la actual catástrofe sanitaria, social y económica, por muy sensatas que sean, son en esencia inadecuadas. En efecto, son inadecuadas, inapropiadas, porque dan por sentado que nuestros interlocutores actúan con honradez y buena fe y sus decisiones obedecen a una serie de sucesos imprevisibles y una emergencia en constante evolución.

  13. La realidad es muy distinta: todas las decisiones que toman el Gobierno, las agencias e instituciones europeas y los organismos internacionales son plenamente coherentes con un mismo guión y un mismo director, y tienen por finalidad la destrucción deliberada del tejido social, político y económico –y obviamente también religioso– de las naciones con miras a instaurar el Nuevo Orden Mundial. O sea, una dictadura universal. Para alcanzar este objetivo criminal, que constituye un verdadero golpe de estado planetario, se ha provocado una emergencia –hoy pandémica, mañana ecológica– a fin de hacer posible el Gran Reinicio teorizado por el Foro Económico Mundial y que la ONU ha abrazado con el nombre de Agenda 2030.

  14. Los intereses que están en juego saltan a la vista: dero gación de la soberanía de las naciones, empobre cimiento de la población, preca rización drás tica del empleo, abol ición de la propiedad privada, reduc ción de la protección al trabajador y el costo de la mano de obra y un control capilar e inva sivo del desplazamiento de las personas. Todo ello, descrito con gran lujo de detalles por el Foro Económico Mundial, se está llevando a cabo ante nuestros ojos con la compli cidad de los medios dominantes de información, el someti miento de los gobernantes de casi todos los países, la corrup ción de la clase media y un escan daloso abuso de poder por parte de las élites financieras internacionales. Lo cierto es que no hay órgano público ni privado inmune a la inter ferencia de esas cama rillas de poder, entre cuyas numerosas rami ficaciones se encuentran las compañías farmacéuticas y los fondos de inversión a los que éstas pertenecen.

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