Salvatore Cordileone, arzobispo de San Francisco, no está vacunado. Eso ha llevado a una parroquia que tenía previsto visitar a escribir al arzobispado para pedir al prelado que retrase su asistencia.
La interminable pandemia de coronavirus está sirviendo, entre muchas otras cosas, para revelar las prioridades de buena parte del clero católico, con espectáculos, digamos, muy poco edificantes. Y el último se refiere a uno de los miembros del episcopado estadounidense que más valentía y claridad ha demostrado en tiempos de confusión y cobardía, Salvatore Cordileone, arzobispo de San Francisco.
El arzobispo tenía en su agenda una visita pastoral prevista a la Parroquia de Santa Inés para el 19 de diciembre. Pero, al saberse que Cordileone no está vacunado contra el covid, representantes de la parroquia se han puesto en contacto con él para pedirle que retrase el evento.
Cordileone está lejos de ser antivacunas, al menos oficialmente. En varias ocasiones ha pedido con celo a sus feligreses que se vacunen, siguiendo las recomendaciones del Santo Padre. Pero recientemente se supo por una entrevista concedida al San Francisco Chronicle que el prelado no ha recibido ninguno de los dos actos de amor de la pauta completa. En ella, Cordileone sostiene que su médico personal le aseguro que “probablemente no necesito la vacuna”, que su sistema inmune es fuerte.
El motivo nos parece personalmente razonable, pero, como sabemos, no sirve como excusa para los millones de norteamericanos (por no mencionar austriacos, italianos, australianos o israelíes) que están perdiendo su trabajo por negarse a la inoculación.
El caso es que entre los feligreses de Santa Inés se formó un grupo ‘preocupado’ por las consecuencias sanitarias de la visita, hicieron presión y el párroco, George Williams, llamó directamente al prelado para pedirle que retrasara la visita pastoral.
“Tenemos la política de que todos los sacerdotes que celebren Misa tienen que estar vacunados, en atención a nuestros feligreses, declaró Williams a la cadena ABC7. Cordileone lo entendió y suspendió el evento.
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