«Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos»

lecturas segundo domingo de Adviento Predicación del Bautista en el desierto, de Massimo Stanzione.
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Hoy celebramos el segundo domingo de Adviento. Les ofrecemos las lecturas del día:

Primera lectura. Baruc (5,1-9):

Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción que llevas,

y vístete las galas perpetuas de la gloria que Dios te concede.

Envuélvete en el manto de la justicia de Dios,

y ponte en la cabeza la diadema de la gloria del Eterno,

porque Dios mostrará tu esplendor

a cuantos habitan bajo el cielo.

Dios te dará un nombre para siempre:

«Paz en la justicia» y «Gloria en la piedad».

En pie, Jerusalén, sube a la altura,

mira hacia el oriente y contempla a tus hijos:

el Santo los reúne de oriente a occidente

y llegan gozosos invocando a su Dios.

A pie tuvieron que partir, conducidos por el enemigo,

pero Dios te los traerá con gloria,

como llevados en carroza real.

Dios ha mandado rebajarse a todos los montes elevados

y a todas las colinas encumbradas;

ha mandado rellenarse a los barrancos

hasta hacer que el suelo se nivele,

para que Israel camine seguro,

guiado por la gloria de Dios.

Ha mandado a los bosques y a los árboles aromáticos

que den sombra a Israel.

Porque Dios guiará a Israel con alegría,

a la luz de su gloria,

con su justicia y su misericordia.

Salmo 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6

R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres

V/. Cuando el Señor hizo volver a los caustivos de Sión,

nos parecía soñar:

la boca se nos llenaba de risas,

la lengua de cantares. R/.

 

V/. Hasta los gentiles decían:

«El Señor ha estado grande con ellos».

El Señor ha estado grande con nosotros,

y estamos alegres. R/.

 

V/. Recoge, Señor, a nuestro cautivos

como los torrentes del Negueb.

Los que sembraban con lágrimas

cosechan entre cantares. R/.

 

V/. Al ir, iba llorando,

llevando la semilla;

al volver, vuelve cantando,

trayendo sus gavillas.

Segunda lectura. Filipenses (1,4-6.8-11):

Hermanos: Siempre que rezo por vosotros, lo hago con gran alegría. Porque habéis sido colaboradores míos en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta hoy.

Ésta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros esta buena la obra, llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.

Testigo me es Dios del amor entrañable con que os quiero, en Cristo Jesús.

Y esta es mi oración: que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores.

Así llegaréis al Día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios.

Evangelio. Lucas (3,1-6):

En el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tretarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio ttetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:

«Voz del que grita en el desierto:

Preparad el camino del Señor,

allanad sus senderos;

los valles serán rellenados,

los montes y colinas serán rebajador;

lo torcido será enderezado,

lo escabroso será camino llano.

Y toda carne verá la salvación de Dios».

(Ciudad Redonda)

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Comentarios
2 comentarios en “«Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos»
  1. «Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías.»

    ¿Se atreverá Bergoglio a prohibirle al Bautista la predicación del bautismo de conversión? A Bergoglio le trae sin cuidado lo que diga la Sagrada Escritura. Él se coloca por encima, pero Dios lo colocará en su sitio.

    1. Por cierto, Juan decía a Herodes: “No te es lícito tener a la mujer de tu hermano”. Por el contrario, Bergoglio, que ya ha discernido, le premia con la comunión sacrílega, como a Biden, un buen católico abortista.

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