James Martin o la decadencia de la argumentación jesuítica

James Martin vacuna coronavirus
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Un ser querido afectado por una grave enfermedad tuvo que cancelar su cita con el médico porque había estado expuesta a alguien que estuvo expuesto a alguien con covid, que no estaba vacunado”, leemos en un tuit del mediático padre Martin, en un extraordinario ejemplo de la decadencia intelectual de la antaño brillante Compañía de Jesús. “¿Por qué no ser generoso, en lugar de egoísta, y vacunarse? No se trata solo de ti”.

Durante siglos, decir ‘jesuita’ era decir élite intelectual. Los jesuitas han estado en la vanguardia de las ciencias y la filosofía, del saber tanto humano como divino, y a lo largo de los tiempos se ganaron merecida fama como las mentes más afiladas y brillantes. ¿Qué ha pasado para llegar a la perezosa y falaz argumentación del padre Martin?

El padre James Martin, por lo demás, no es un jesuita del montón. Este mediático sacerdote, autoproclamado apostol del lobby LGTBI, es, además de redactor jefe de America, el órgano jesuita de la provincia de Estados Unidos, consultor del Dicasterio de Comunicación de la Santa Sede, en cuya calidad fue recibido en una prolongada audiencia particular por el Santo Padre. No es, pues, injusto por nuestra parte tomar su caso como un ejemplo de la deriva de la Compañía en general.

De todos los argumentos que cualquiera ha podido oír o leer en estos días animando a quienes no lo hayan hecho a vacunarse, creo que no hay ninguno tan absurdo, tan autocontradictorio como el de acusar al renuente de egoísmo, una falacia que tiene un pase en Rafael Nadal, pero no en un renombrado sacerdote jesuita.

Veamos. Hemos pasado un terrible año y pico de pandemia. La inmensa mayoría de la población ha vivido asustada por la eventualidad de padecer una enfermedad misteriosa que aparecía con la terrible etiqueta de ‘pandemia’. Muchos han conocido casos cercanos de muertos por el mal o que han pasado un tiempo de prueba en la UCI diagnosticados con la enfermedad. Para colmo, escépticos y convencidos hemos vivido por igual en una situación de excepcionalidad, con confinamientos sin precedentes, saliendo a la calle con la cara tapada como si el mundo fuera un gigantesco quirófano, con toques de queda y restricciones de todo tipo, al tiempo que veíamos ennegrecerse el panorama económico y al gobierno recortar nuestro derechos. Y, al fin, aparecen unas vacunas que nos prometen dejar la pesadilla atrás, tanto el miedo como las restricciones.

Ahora, pongámonos en la piel del hombre más egoísta del mundo (seguro que no nos resulta complicado) y preguntémonos cómo reaccionaría en esa circunstancia. ¡Vacunándose, naturalmente! ¿Por qué no habría de hacerlo? ¿Qué egoísta (o altruista, para el caso) querría estar expuesto a la enfermedad y a la muerte, por no hablar de la opción de acabar con los obstáculos para trabajar, viajar, disfrutar del ocio, integrarnos en la sociedad, ser bien considerados por nuestros semejantes?

Eso solo nos deja una opción racional: quien se resiste a la vacunación, no cree que la inoculación sea buena o, al menos, tiene serias dudas de que pueda no serlo. Ahora, siendo ese el caso, ¿es meramente ‘egoísta’ no vacunarse? ¿En qué ayudo a los demás accediendo a un producto que creo malo o que podría serlo? Si el padre Martin pensara que la inoculación es peligrosa, ¿consideraría ‘generosidad’ vacunarse, y con ello animar a otros a hacer lo mismo?

Naturalmente, el padre Martin podría argumentar que quien ve algún peligro en la vacuna es un idiota que “no cree en la Ciencia”, que es la única fe realmente respetable de nuestros días. No se lo vamos a discutir aquí; llamen, si lo desean, descerebrados y errados a los renuentes, pero ¿egoístas? No, aquí el egoísmo no entra para nada, porque el egoísta se hubiera vacunado inmediatamente de creer que la vacuna es buena (y, de hecho, apuesto un brazo a que la inmensa mayoría no lo ha hecho por altruismo), y el generoso se hubiera resistido a hacerlo si la juzgara peligrosa.

Por el momento podemos decir que las esperanzas de muchos vacunados se han visto un tanto frustradas; aguadas, cuanto menos. Resulta que, como se deduce del contradictorio mensaje inicial del tuit de Martin, la vacuna permite ser contagiado y contagiar (o su amiga no hubiera tenido que cancelar la cita médica), e incluso enfermar y morir. Mucho menos, si se quiere, no entro en eso ni pretendo que los vacunados hayan tomado una mala decisión. Pero es evidente que el producto, cuyos efectos se desvanecen con el tiempo y requieren ya nuevos refuerzos, no ha sido exactamente lo que se nos vendió, y ni siquiera en el ultravacunado Israel elimina las odiosas restricciones.

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Comentarios
33 comentarios en “James Martin o la decadencia de la argumentación jesuítica
  1. Pero el Padre Martin no está deseando cómo siempre han deseado ardientemente todos los santos, el encuentro con Dios,tanto suyo como de sus congéneres???
    No es acaso ese el fin último del ser humano?
    Que hay de malo en ir al encuentro del Creador,donde ya no existe el dolor,la enfermedad y la muerte??
    Donde el ser humano ve colmadas sus ansias de felicidad.
    Digo yo,si este señor no piensa así,qué pinta en la Iglesia de Cristo y de sacerdotes?????

  2. Puede ser que haya que elegir, entre el riesgo de muerte dentro de poco, o el de peligro de muerte dentro de un poco más, eso o lo de arrastrar toda una serie de enfermedades que pueden surgir en cualquier momento como consecuencia de una terapia genica experimental, y no una vacuna como se le llama.
    El problema es que los vacunados, siguen sin reconocer que se pueden contagiar y contagiar a los demás, que tienen tambien la posibilidad de ser ingresados, y de acabar en la Uci.
    Claro que piensan que no se han vacunado para esto, asi que prefieren vivir en la mentira, y sentirse muy cívicos, cuando ya la mayoria reconoce que se vacunaron por miedo, para viajar, o para poder salir a un restaurante.

  3. Está claro que James Martin no usa la lógica en su afirmación. Y eso es lo lamentable, que los dicasterios romanos estén en semejantes manos. Claro que de tal palo tal astilla. Viendo el perfil de Francisco no podemos esperar más de sus subalternos.

    1. Yo quisiera saber una cosa, le ruego, si lee este comentario y me puede ayudar: si una persona se casa por la Iglesia engañando y mintiendo en todo, el matrimonio es nulo. Entonces, si alguien se ordena sacerdote con el propósito de hacer estragos y destruir en la Iglesia , o bien por pertenecer a alguna organización secreta, es válida la ordenación? Gracias

      1. Yo también quisiera saber éso Antonio,
        Hay muchos extraordinarios sacerdotes, pero qué pasa con los que han entrado contratados por alguien,,para servir de manzana podrida.
        Se sabe que eso se hizo, en los tiempos del Arzobispo Fultón J. Sheen .

  4. ¿Qué ha pasado para llegar a la perezosa y falaz argumentación del padre Martin?

    Yo también me pregunto ¿Qué ha pasado en Infovaticana para dedicar un artículo a la perezosa y falaz argumentación del legetebero en cuestión, que se cae por sí sola sin necesidad de empujón alguno, en vez de dedicarlo a un Carlo María Viganó, que publica artículos profundísimos y brillantísimos sobre la tiranía del pensamiento único, especialmente en su versión dictadura covidiana pseudo sanitaria, a la que los jesuitas se han sometido gustosamente?

  5. Eso me recuerda aquello tan gracioso de las mascarillas altruistas y las mascarillas egoístas que ha pasado a la historia como frase genial…de Tip y Coll.

  6. Es curioso que este virus no lo han creado los tradicionalistas, esos mismos que usted llama egoístas y encerrados en sí mismos, sino los que son como usted, los que creen en el progreso en vez de creer en Dios que es la única fe posible, qué casualidad y qué gran contradicción la de ustedes.

    1. ¿Y eso qué tiene que ver con lo que le ha dicho Amadeus? Sin entrar en valoraciones, se lo transcribo: «este virus no lo han creado los tradicionalistas […] sino los que son como usted, los que creen en el progreso en vez de creer en Dios». Su respuesta: «La iglesia no se opone al progreso científico ni yo tampoco». Dicho lo cual, empleemos su forma de argumentar habitual: Entonces, ¿está diciendo que la Iglesia ha creado virus y a usted le parece bien?

      1. Usted, además de la de ciencias se saltó la de Filosofía, en la que se impartía Lógica, y también se saltó la clase de religión donde le explicaban que mentir y calumniar es pecado. Pero no estamos hablando de cuando usted iba al colegio en la Prehistoria, sino de James Martin y las mal llamadas vacunas del covid. Si no tiene nada más que aportar, como es más que evidente, no es obligatorio que desvaríe para quedar por encima como el aceite, pues sabe perfectamente que como lo que usted suelta suele ser mentira o inventado, cuando no ajeno al tema que se trate, no le interesa a nadie y no queda mejor, sino peor que en los comentarios precedentes (se va poniendo en evidencia con cada salida de pata de banco que se le ocurre).

  7. Por cierto, los cuatro primeros casos de Omicron fueron vacunados en su totalidad, según el comunicado oficial de Botsuana.

    Según el comunicado de prensa del grupo de trabajo presidencial (COVID-19) del gobierno de Botsuana, los primeros cuatro casos de Omicron eran todos individuos completamente vacunados.

  8. La Compañía de Jesús no está a la deriva. Tiene más de 15 000 miembros y además trabaja en muchísimos países. Como en toda comunidad y como siempre en la Iglesia hay buenos, regulares y malos. Incluso en esta página tenemos de todo, buenos regulares y malos.

    1. Lamentablemente, la historia de la Iglesia en las últimas décadas desmiente esa visión optimista de la Compañía. Pocos desastres eclesiales de ese período han dejado de tener un jesuita al frente.

    2. ¿Que no va a la deriva? No hay peor ciego que el que no quiere ver. Aparte de su deriva doctrinal y moral (pública y notoria), aquí tiene los datos de los últimos años del Anuario Pontificio sobre el número de jesuitas:

      2012 – 17.676.
      2013 – 17.287.
      2014 – 17.008.
      2015 – 16.740.
      2016 – 16.378
      2017 – 16.088
      2018 – 15.842
      2019 – 15.591

      Usted habla de 15.000. Pero no dice que en 1965, año en que concluyó el Concilio Vaticano II, había 36.038. La orden religiosa más numerosa y con cuatro siglos a sus espaldas pierde a bastante más de la mitad de sus miembros en apenas cinco décadas y «no pasa nada, no está a la deriva». Ya, y la Iglesia también está viviendo en plena primavera; ya nos conocemos el mantra. Y sobre trabajar en muchos países… ¿convierte a alguien a la fe católica? Si no, pueden dedicarse a la petanca, que ya hay muchas ONGs y con voluntarios más jóvenes y con más energía para hacer labores sociales.

      1. No desvaríe, que poner las cifras oficiales del número de jesuitas, que es de lo que se hablaba, no es culparles de nada (hay muchos motivos pero no vienen al caso en esta noticia, ni se han citado). Y lo que usted señala no desmiente, sino que confirma, la deriva que el comentarista al que he contestado negaba y que a usted le ha parecido «sensato». Destacar el mal de muchos para contradecirse a sí mismo (le parece «sensata» la trola de que los jesuitas no van a la deriva) es consuelo de tontos, como dice el refrán.

    3. Tan «sensato» como usted, naturalmente. Que aunque la realidad les contradiga, hay que ‘sostenella y no enmendalla’. Mire, mire los datos «primaverales» de los jesuitas que da la propia Santa Sede (los he transcrito en un comentario más abajo). Doctrinalmente a la deriva; numéricamente a la deriva. Vamos, en caída libre. Pero lo «sensato» es negarlo. ¿Entiende por qué sus argumentos y los de los demás comentaristas se dan de tortas? Pues porque usted tiene un concepto de «sensatez» que no comparte nadie ni avala el diccionario de la RAE.

  9. Cristo nunca rechazó ni rechaza a un pecador arrepentido, pero es intransigente con el pecado
    Éste sacerdote no hace porque salgan las personas de sus pecados, porque él no ve como pecado la vida que han escogido, por el motivo que sea.
    A ti te asquea la ley de Dios,, y sigues ciegamente las leyes del NOM.
    Ahora , les insta a vkunarse, en un acto de generosidad,, pobrecitos,, y le van a hacer caso.

  10. Cuando los provacunas llaman egoístas a los antivacunas en el fondo están reconociendo implícitamente principio antivacunas. En efecto, la única manera en la que no ponerse la vacuna sea un acto de egoísmo es porque no se quiere correr el riesgo. Asimismo, el que se la pone es generoso porque lo corre buscando un biem general; y quien no se la pone no quiere correrlo y antepone su seguridad. Conclusión: ellos mismos aceptan que hay razones para creer que son un riesgo.

    1. Hay un riesgo porque esto lo promocionan eugenesistas. Egoístas, dice el tonto, porque él es temerario por creer en políticos y en la serpiente de la mentira. Es suicida.

    2. Les mando una frase muy ingeniosa que circula por internet:
      Los no vacunados deben vacunarse para proteger a los vacunados
      porque los vacunados no están protegidos
      con la vacuna que tienen que ponerse los no vacunados
      para proteger a los vacunados.
      Groucho Marx

  11. Muy bien argumentado, en realidad el P. Martin no ha estado muy lúcido al entrar por esa vía argumentativa. Claro, nos encanta que nos marginen y que se nos complique la vida de mil maneras por no querer «vacunarnos». En todo caso, es así en efecto, idiotas sí, egoístas no. Al contrario, nos complicamos la vida porque creemos que los demás están en peligro por las «vacunas». En todo caso, anotar el argumento N° 146 para no «vacunarse»: el P. Martin dice que hay que hacerlo.

  12. Interés intrínseco, ninguno. Pero viendo lo que usted opina, cualquier comentarista puede reafirmar sus convicciones sin temor a equivocarse en caso de que usted esté en contra (eso es buena señal y prueba de que acierta). Si alguien hace una afirmación y usted está en contra, es que tal afirmación es cierta. Si usted defiende algo que toque temas doctrinales, casi con total probabilidad será algo heterodoxo. Y si es sobre moral, más de lo mismo. No se ofenda, pero usted ha elegido comentar en una página católica para llevar la contraria a todo el mundo; nadie le obliga.

    1. Se equivoca: como simpatizante que es usted de ciertas dictaduras aún peores de las que usted insinúa, no puede aceptar ninguna opinión que discrepe de la suya (que son todas las demás). Es lo que tiene su nostalgia y esperanza de los sistemas dictatoriales que según usted no todos son malos. Y después de su patochada diaria ajena al tema, ¿algo que decir sobre James Martin y las vacunas? Para otros temas que nada tienen que ver con lo que aquí se trata y que sólo le interesan a usted, escriba un blog.

  13. Extraño que gobiernos y organizaciones internacionales tan afines al asesinato del aborto y la eutanasia nos recomienden fervientemente la vacunación por nuestra ‘salud’. Hay algo que no me cierra.
    En cuanto al señor Martin le recuerdo como terminaron los de Sodoma, por si no leyó la Biblia. Hasta las narices des estos degenerados.

  14. No es que se sea » anti- vacuna», es que no existe tal vacuna.
    Lo que se inyecta es un líquido.
    que no está evitando enfermarse, pues son los ya inyectados, los que entran a los hospitales,, según se ve en las noticias, que no en televisión
    Nadie, en el mundo debería forzar a la gente a ponérselo,
    Sugerirle , tal vez, y ya cada quién sabrá.

    1. No es vacuna, es algo del interés de la elite, juega a favor de sus objetivos de reducir población. Los gobernantes, que figuran como tales, pero no deciden, la promocionan porque deben plata a la elite, magnates, organismos manejados por ellos, etc. Los medios reciben sobres (medios ensobrados) y son vendidos de por sí. Los profesionales, que conocen su area, en su mayoría no se quieren quemar.

      1. Así es. Están falleciendo muchos en todos los países, y enfermando, seguramente para toda la vida, muchos más. Y todos los medios sistémicos, callados y cobrando un buen dinero.
        El que no se crea esto es porque quiere, porque está a la altura de cualquiera que maneje internet el enterarse.

  15. Quien quiera vacunarse que se vacune y quien no quiera que no se vacune.

    A efectos prácticos, según se va leyendo, lo mismo da que da lo mismo.

    Sólo sería de agradecer un poco de mesura en el tono, el fondo allá cada uno, de las argumentaciones

  16. Dice que lo humanitario y digno es egoísta porque tiene invertidos los valores y el cerebro, no piensa bien, es un invertido, favorito de bergoglio con ese gusto por los insectos ponzoñosos más desagradables, que tiene el que está en Roma, su cara y cada célula es repugnante, por eso es muy recibido y festoneado en el vaticano.
    Adoran (él y su padrino) al mundo, la seudo-ciencia$$$$, y a los líderes, todo eso, pero nO a Dios.

  17. El científico Geert ven den Bossche ya predijo hace meses, que estas malas vacunas iban a provocar nuevas variantes del virus, más fuertes y que harían más daño. Precisamente por ser malas vacunas y por vacunar a toda la población, cosa innecesaria, ya que los jóvenes y gente sana, tienen suficiente capacidad inmunitaria para hacer frente al virus.

    1. También el Nobel Montagnier lo dijo, y el doctor McCullough, dos de los más relevantes virólogos del mundo, igual que el que usted nombra: los vacunados son el caldo de cultivo de las nuevas cepas. No puede estar más claro. En India apenas había casos; fué empezar avacunar y surgió la variante Delta, que avanzaba al mismo ritmo que las vacunas. Montagnier tiene un estudio de esto. Y en África, que no se han vacunado, el bicho ya casi ha desaparecido.

  18. No lo sé y, por ello, puedo estar probablemente equivocado. Pero tengo en la cabeza que «toda la gozosa popularidad» del P. James Martin es «una derivada», consecuencia de la «vinculación eclesial» con quien manda en la Iglesia. ¡Ojalá estuviera equivocado!

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