Justo Gallego, el hombre que construyó ―casi por completo― una catedral con sus propias manos, ha muerto a los 96 años.
Durante 60 años Gallego estuvo trabajando en este original edificio situado a escasos kilómetros de Madrid, en Mejorada del Campo. Gallego comenzó a levantarla en un terreno propiedad de su familia en 1961; en 2021 aún no está finalizada.
Gallego quiso agradecer a la Virgen María el haberse curado de tuberculosis, enfermedad por la cual tuvo que abandonar el monasterio soriano de Santa María de Huerta.
Este mismo año, Justo fue nombrado hijo predilecto de Mejorada del Campo por decisión del Ayuntamiento.
Hace unos meses, ante la edad avanzada de su autor, cabía preguntarse sobre el futuro del edificio, para garantizar su cuidado y la finalización del proyecto. InfoVaticana pudo saber que Mensajeros de la Paz, la ONG del padre Ángel había recibido la ‘catedral’ en calidad de donación.
Gallego, como Gaudí, no pudo ver su catedral terminada.
Requiem aeternam dona ei Domine.
Et lux perpetua luceat ei.
Requiescat in pace.
Justo Gallego, creador de la ‘Catedral’ de Mejorada, en Intereconomía TV
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Hace ya muchos años se estaba construyendo una catedral. Un hombre, siguiendo la costumbre más perpetuada en este país, se pasó por las obras para ver cómo otros trabajaban. Y allí se encontró con tres maestros canteros que, cincel en mano, estaban trabajando la piedra para construir el templo.
Se acercó al primero y le preguntó qué es lo que estaba haciendo. La respuesta fue contundente y malhumorada:
Pues es bastante evidente, ¿no? Aquí picando esta piedra con la solana que hace… y con la sed que yo tengo. ¡Y lo que me queda aún! Por no hablar de lo que me fastidia el capataz por aquí de paseo, sin dar un palo al agua. A mí también me gustaría ser capataz…
Al acercarse al segundo cantero, esto fue lo que le dijo sin apenas mirarle a la cara:
Pues aquí ando haciendo lo que me han mandado. Tengo mujer y cuatro hijos, ¿sabe?, así que toca obedecer para poder llevar el pan a casa.
Al acercarse al tercero, comprobó que éste trabajaba con un entusiasmo inusitado. Al hacerle la misma pregunta que a los dos anteriores, éste le respondió con satisfacción y orgullo:
¿Que qué estoy haciendo? Acaso no lo ve caballero: UNA CATEDRAL.
No hace falta decir quien es Justo Gallego. Que Dios lo tenga en su gloria a este hombre de Fe, como una catedral.
Donarlo a mensajeros por la Paz ha sido quizá su peor decisión. En cualquier caso, descanse en paz.
Me da que tienes razón. Gran hombre éste Justo, dedicado a Dios con su trabajo.
El padre «sociata», Angel, no se si la acabará pero seguro que si la termina, será para acoger a homosexuales y musulmanes, no para alabar a Dios. Es posible que el PSOE le de ahora dinero para acabarla, a saber con que intenciones.
Justo Gallego es un ejemplo que cómo la fe puede mover montañas o edificar catedrales.
Conocí personalmente a don Justo Gallego hace unos años, cuando lo visité en Mejorada del Campo. Lo ví trabajando solo con sus propias manos, sin ayuda de sofisticados aparatos ni nada moderno. Tenía un ayudante y nada más. Me contó que a veces tenía unos jóvenes que le ayudaban. Para mí fue una experiencia maravillosa estar con él, verlo trabajar y oírlo contar su aventura de la construcción de la catedral. Era un ser especial, un alma pura, sencillo, inocente. Dios lo debe tener a su lado gozando de la Visión Beatífica de todo verdadero Beato.