Muchos tienden a pensar que detrás del concepto de ‘influencer’ de Instagram ―en este caso nos referimos a aquellas mujeres que cuentan con miles de seguidores y aconsejan sobre moda, complementos, y otras cuestiones― sólo hay frivolidad o superficialidad.
Esta semana, Alfa y Omega ha publicado una entrevista, firmada por José Calderero, que desmiente esa visión, al menos en parte, y nos enseña que, detrás de una ‘influencer’, puede haber profundidad y un sentido cristiano de la vida.
La entrevista es a Loreto Gordo que, a sus 31 años, y contando con más de 35.000 seguidores en Instagram, compagina su labor en las redes con las labores del hogar y el cuidado de sus tres hijas. “Mi familia para mí lo es todo”, confiesa al medio de la archidiócesis de Madrid. “Ellos son lo primero y todos los días le doy las gracias a Dios por el marido que tengo, Fer, y los tres regalos que nos ha hecho: Loreto, Martina y Vega. Me siento muy afortunada y me encanta cuidarles, hacerles felices y estar al 100 % para ellos”, asegura.
Loreto no esconde su catolicismo, y recomienda a los matrimonios que realicen el Proyecto de Amor Conyugal, un método para matrimonios basado en las catequesis de San Juan Pablo II sobre el amor humano. Ella y su marido lo realizaron, y Loreto reconoce que “ha sido una de las mejores experiencias a nivel espiritual y conyugal”.
“Yo me casé hace seis años pensando que no podía estar más enamorada de Fer, pero qué equivocada estaba. El retiro marcó un antes y un después en nuestro matrimonio y se lo estoy recomendando a todas mis amigas casadas. Gracias al retiro pude descubrir y conocer mejor mi verdadera vocación, y ver el matrimonio como Dios lo pensó. Te contaría más, pero no quiero revelar nada”, señala.
“Se lo recomiendo a todos los matrimonios que se han casado, no importa que lleven dos años casados, cinco, diez… De hecho, cuanto antes mejor”, aconseja Loreto, y subraya que “no tienes que estar en crisis para hacerlo”. “Se trata de descubrir el verdadero sentido del matrimonio y las gracias que nos da este sacramento”, explica.
“Cuidar el matrimonio es esencial para la familia. Para los esposos –marido y mujer– y para los hijos (en caso de que los haya) porque es lo que ven y presencian en sus casas en el día a día. Es muy importante crear un ambiente en el que haya amor, paz, respeto, entrega… Y esa paz y serenidad, en nuestro caso, solo la encontramos en Dios”, indica Loreto en la entrevista.
La ‘influencer’ dice que la fe ocupa en su vida “un lugar muy importante”, de hecho, no concibe la vida “sin fe”. “Todos los días doy gracias porque mis padres me la hayan inculcado desde pequeña. No podría vivir tranquila ni en paz sabiendo que Dios no existe… para mi Dios es mi refugio de paz. Cada vez que acudo a Él vuelvo serena, en paz, feliz…”, señala.
Sin embargo, reconoce que le gustaría practicarla más. “Estoy en una época de mi vida un poco complicada con un bebé en casa, un gran volumen de trabajo y mucha logística de niñas, colegios y casa. No me gusta excusarme y sé que en esta vida todo es cuestión de prioridades. Estoy aprendiendo a organizarme mejor para poder asistir todos los días a la Santa Misa, ya que desde que hice el Seminario de Vida en el Espíritu, hace casi tres semanas, me he enamorado aún más de Dios y le necesito a diario. ¡Cómo cambia la vida cuando empiezas el día con Él!”, comenta.
“Y hablando del seminario… ¡se lo recomiendo a todo el mundo! Es una experiencia maravillosa, algo inexplicable, sobrenatural; en algunos momentos de ese fin de semana sentimos estar en el cielo, o al menos tocarlo, estando aquí en la tierra… ¿Hay algo más increíble que eso?”, se pregunta Loreto.
Puede leer la entrevista completa aquí.
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No quiero echar ningún jarro de agua fría, pues las intenciones seguro que son buenísimas, como los retiros que aconseja, pero estoy convencido de que, si se le sometiera a esta influencer, o lo que sea, a un examen de doctrina católica, difícilmente lo superaría, como la inmensa mayoría. La culpa no es suya sino de quienes ni forman ni dejan formar y hasta ridiculizan la doctrina como algo obsoleto y rígido, como hace Bergoglio, cuando es una explicitación de la Verdad, que nos hace libres. YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.
He tenido la suerte, más bien la gracia de Dios, de recibir una buenísima formación en el Opus Dei, cuando era una Gran Catequesis, como soñó San Josemaría Escrivá. Ahora, como casi todas las instituciones eclesiales, es la gran confusión, el gran lío ¡Hagan lío! Pues eso.
Por cierto, Alfa y Omega deja mucho que desear. Ya no es lo que era, si es que fue. Por un buen artículo tiene cuatro infumables o con gazapos.
Tampoco hay que estar todo el rato buscando la más mínima imperfección de todo el mundo. Que yo sepa, en el texto de este artículo no trasluce ningún error ni falta de formación. Decir que probablemente tenga mala formación es algo bastante arbitrario, como si dice que probablemente sufrió un trauma infantil. Pues a lo mejor sí, o a lo mejor no. No sé qué formación tendrá, pero desde luego proclama su fe, cosa que estoy seguro el Señor le reconocerá en su momento, y por lo que dice en el texto, la vive cotidianamente.