Ante el actual torrente del Nuevo Orden Mundial, caben dos actitudes: por una parte, replegarse al interior y plegarse al utilitarismo del “mal menor”; por la otra, ser signo de contradicción y vivir al margen de los dictados de la nueva religión civil. Esta segunda es, con toda probabilidad, la manera acertada de vivir cristianamente los tiempos que nos han tocado.
Sin embargo, esta ruta no es fácil: el camino es angosto y acechan los peligros y obstáculos: tibieza, comodidad, fariseísmo, descristianización, silencio, parálisis. Con frecuencia, los cristianos nos dejamos arrastrar por estos y muchos otros peligros que nos sacan del camino que sabemos correcto, pero es que, como reza el dicho “del dicho al hecho, hay un trecho”. No podemos, sin embargo, apartar nuestra vista de este camino, incluso en los momentos en los que caemos. Y, en este sentido, hay algo que siempre nos sujetará: la esperanza última. Porque ser cristiano es tener esperanza. Así se hunda el mundo, el cristiano tiene la convicción de que se asienta sobre una roca fuerte que perdurará más allá del espacio y el tiempo. Y esa es el arma más poderosa.
En los tiempos que corren, no faltan quienes arguyen que se dan claras muestras del comienzo del apocalipsis, y tampoco motivos para creerlo. Con frecuencia, la escatología se mira con desprecio o con sorna, y pocas veces se hace una aproximación madura y seria al tema. En «El Apocalipsis. Advertencia, esperanza y consolación”, Michael D. O’Brien, prolífico novelista canadiense, se revela como signo de contradicción ante esta tendencia.
Y es que la obra es una sugerente lectura que toma por los cuernos muchos temas de actualidad. A la luz de la doctrina de la Iglesia, y apoyándose en la obra de escritores y pensadores como Wojtyla, Ratzinger, Chesterton, Lewis, Newman o Josef Pieper, O’Brien despliega toda una serie de cuestiones que nos pondrán en alerta ante el panorama presente, relacionando pasado, tradición, presente y futuro en un mismo hilo conductor. Pero no es ésta una vigilia de miedo, sino de esperanza. Porque, pese a la denuncia del caos de nuestro tiempo, O’Brien no cesa de recordarnos que tenemos la llave de la esperanza.
Este ensayo es también una llamada de atención, no sólo de nuestra propia forma de vivir, sino de la vida social que compartimos, y de qué lugar debemos ocupar en la sociedad los cristianos. En los últimos años, algunas posturas en la Iglesia han propugnado por “la opción benedictina”: la construcción de núcleos fuertes, casi aislados, que permitan que la Fe y la tradición se conserven para una futura reevangelización. O’Brien, sin embargo, nos muestra otro camino: seguir la opción de Cristo, y ser signos de contradicción en medio de un mundo hostil, y no en la tranquilidad de mi propia comunidad.
Su texto nos hará meditar y nos facilitará el discernimiento, siempre basado en esta esperanza ya absoluta. Es, por tanto, una fuente de consuelo en estos días de tribulación. A pesar de ser una obra publicada en 2019, la lectura de «El Apocalipsis. Advertencia, esperanza y consolación» no puede no relacionarse con la crisis mundial actual, el abuso de los poderosos y la desesperanza social generalizada. Es un libro que sigue siendo de tremenda actualidad, y una lectura sugerente a la luz de nuestros tiempos.
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El autor
Michael D. O’Brien (Ottawa, Canadá, 1948) es un escritor, pintor, ensayista y conferencista canadiense especializado en temas de Fe y cultura desde una perspectiva católica. Autodidacta, ha escrito sobre una treintena de obras, la mayoría de ellas, novelas, como la conocida «El Padre Elías: un apocalipsis» y sus secuelas. Tras ser abusado en una de las escuelas residenciales de la red canadiense, O’Brien se graduó con dificultad. Agnóstico inclinado al ateísmo, no se convirtió al catolicismo hasta los 21 años. Sin recibir formación académica, comenzó a dibujar y pintar, con notable éxito. En 1994, con 46 años, comienza a escribir, y publica su primera obra de ficción en 1996. Gran parte de sus obras se sitúan en contextos apocalípticos.
Por Alejandro Cuevas
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«En los últimos años, algunas posturas en la Iglesia han propugnado por “la opción benedictina”: la construcción de núcleos fuertes, casi aislados, que permitan que la Fe y la tradición se conserven para una futura reevangelización. O’Brien, sin embargo, nos muestra otro camino: seguir la opción de Cristo, y ser signos de contradicción en medio de un mundo hostil, y no en la tranquilidad de mi propia comunidad.»
«NO FALTAN QUIENES PIENSAN QUE SE DAN CLARAS MUESTRAS DEL COMIENZO DEL APOCALIPSIS» ¿ACASO NO HAY MOTIVOS PARA PENSARLO?
Cardenal Sarah: el arzobispo francés “ordenó” como “diácono” a una mujer mutilada genitalmente
Durante una conferencia celebrada el 18 de septiembre en Draguignan (Francia), el cardenal Sarah habló de un caso que tuvo que tratar como prefecto de la Congregación para la Liturgia Divina y el Culto de los Sacramentos.
Un arzobispo francés se puso en contacto con él en relación con una mujer que, después de once años de matrimonio, había decidido convertirse en “hombre”.
Se sometió a un proceso de mutilación genital por el que se le extrajeron los pechos y el útero, y decidió ingresar en un seminario. Su arzobispo la “ordenó” como “diácono”, y poco después renunció a su cargo.
Su sucesor descubrió el desaguisado tres meses antes de la fecha de ordenación sacerdotal, y consultó a Sarah, quien -evidentemente- le dijo que lo cancelara todo. Sarah fue prefecto de Liturgia desde noviembre de 2014 hasta febrero de 2021.
¿El comienzo del Apocalipsis? Señores de Infovaticana…el Apocalipsis empezó el día que el Papa Juan XXIII decidió no hacer caso a Fátima. Están 60 años tarde…El libro está ya en sus profecías finales.
Lo narrado en el Apocalipsis se dará cuando Dios quiera, no cuando pretendan quererlo adelantar los malos.
Este es un jose farsante el verdadero jose no escrive asi y yo supongo que si emos pasado el apocalipsis.
lea los joseicos aver si le damos un empujon,creo que los joseicos se quedara al final como un grupo parecido al apusdei, si es que lo admite la iglesia catolica y si no lo admite pues por su cuenta.
Woytila en discurso en la tumba de Ghandi: «hay que ir hacia un nuevo orden mundial».
Ratzinger en su primer discurso de Navidad creo que en 2008: «hay que construir un nuevo orden mundial».
Pues yo lo siento mucho, pero esta es la verdad, si se referian a otra cosa, tiempo tuvieron o tienen todavía para explicarse mejor.
PD: el viejo orden mundial es el el orden social cristiano, y no es nuevo, sino bastante antiguo.
Decir que estamos al final de los tiempos me parece pecar contra el Espíritu.
Lo que tenemos que pensar es que mis malos nos han tomado ventaja, por nuestros pecados y porque la tecnología les ha favorecido, seguramente de todo lo nuevo sacan mejor partido antes.
Además, no podemos abandonarnos
1 Juan 2:18
«Hijitos, ya es la postrera hora; y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir, así también al presente han comenzado a ser muchos anticristos; por lo cual sabemos que es el último tiempo.»
Lo cual no significa que vamos a estar poniendo fechas y hora del dia fin del mundo, esa esta en la autoridad del Padre, como dijo su Hijo Unigenito Jesucristo.
Gloria a Jesús El Nazareno.
Jamás en toda la historia de la humanidad se había encerrado a todo el mundo como lo hicieran ahora.
Jamás en toda la historia de la humanidad se había usado la fuerza bruta a un mismo tiempo contra toda la raza Humana para » buscar su salud» .
Siempre ha habido de todo, ya que no hay nada nuevo bajo el sol. Pero nunca, con la complicidad de todos los gobiernos y a un mismo tiempo,,cómplices y verdugos.
Muchos,,demasiados, sufrimos por esta psicópata tiranía.
Y cuándo sólo Dios la puede arreglar,, es porque debe estar próxima su venida.
Apostasia general y extension del evangelio a los confines de la tierra.
Solo ahora -y nunca antes- se cumplen esas condiciones para el apocalipsis. Y con ellas, otros muchos signos menores como los que comentas.
Técnicamente, el Apocalipsis (que significa Revelación) comenzó con la primera venida de Jesucristo (allí dieron comienzo los «ultimos tiempos»). El mismo libro del Apocalipsis nos dice que es un relato de lo que es, lo que era y lo que ha de venir (de modo que nos hace una pintura de cosas pasadas, de cosas contemporaneas a Juan y de cosas futuras). Ahora, si con el «comienzo» se quiere dar a entender en la aparición de la «bestia del mar» (el cuarto reino profetizado por Daniel, la «bestia» política) y la «bestia de la tierra» (la impostura religiosa, el falso profeta que se levanta con la gran apostasía, el que se sentará en el Templo de Dios como si fuera Dios, el hombre de iniquidad, como nos dice San Pablo en 2 Tes 2:2-4), y sí, todo da a entender que estamos viviendo esos tiempos o estamos en los mismísimos prolegómenos a ellos.
Puede que en vez de al principio del fin estemos al fin del principio.
En serio, en España hace 90 años se dieron situaciones análogas y después peores. Y lo de las dos guerras mundiales se dice pronto.
Las diferencias pueden ser que la masonería estaba mas sujeta y ahora está desatada, o la revolución tecnológica, que nos hace pensar si perderemos los libros, la verdad, la filosofía, la historia (no la «memoria»), el pensamiento científico (que no tiene que ver con la tecnología, que cabe en esta ciencia politizada, sino con la libertad de cátedra, de debate, de pensamiento…), quizá podría quedarnos sólo la ley natural y espero que alguna Biblia, para volver las cosas a su cauce.
Aunque nuestros hijos sean esclavos, nuestros nietos serán libres
Pero lo de la pandemia puede ser el principio dada la capacidad de los políticos para convertir cualquier pequeño problema en una catástrofe. Puede ser nuestra guerra.
Antes no hubo apostasia general dentro de la Iglesia.
Consternado por el olvido que veo que hay aquí, tengo que decirlo:
No se si saben que actualmente hay un proclamado «papa» que ha establecido la comunión para los divorciados vueltos a casar (adulteros y fornicarios) .Y junto con la jerarquía mas´ próxima ha adorado idolos paganos en el Vaticano, que ha metido en la misma Basílica. Eso entre otras muchas otras burlas que, casi a diario comete contra Cristo y sus enseñanzas, amen de promover casi cualquier medida a favor del régimen que promueven los enemigos de Cristo.
Eso es un signo del fin de los tiempos. En el apocalipsis ese personaje tiene un nombre.
Y hubo un Papa que compró el papado, estando en esa sede por tres veces, una lo dejo con intención de casarse; y lo de los Borgia/Borja