Las autoridades chinas impidieron a cientos de fieles asistir al funeral de Stefano Yang Xiangtai, obispo emérito de Handan, diócesis situada 400 km al sur de Pekín, que falleció el 13 de octubre a los 99 años.
Bajo el pretexto de las restricciones por la pandemia de coronavirus que, según los datos oficiales, cuenta con unas pocas decenas de casos diarios de personas infectadas ―en un país de 1.300 millones de habitantes―, intentaron restringir la asistencia de los fieles al funeral.
Y es que, según relata Asian News, a pesar de no que no era un prelado de los llamados “clandestinos”, no gozaba de las simpatías del Gobierno comunista y los fieles le tienen un gran cariño.
Yang, además, había sufrido en sus propias carnes las lindezas del régimen de Pekín, ya que fue condenado a 15 años de prisión en la década de los sesenta.
Bajo el estricto control de las autoridades, la ceremonia fúnebre se llevó a cabo la semana pasada en la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes de Caozhuang. El gobierno de Hebei solo permitió pases para 800 personas.
Yang desafió la línea «patriótica» de las autoridades religiosas vinculadas al Partido Comunista Chino en varias ocasiones. En 2015, nos recuerda el mismo medio, apoyó las valientes protestas del clero de Wenzhou contra la demolición de cruces en la provincia de Zhejiang.
La censura del país, de hecho, canceló las publicaciones en las redes sociales que informaban sobre su hospitalización y su muerte.
El actual obispo de Handan, José Sun Jigen, le rindió homenaje en su elogio fúnebre describiéndole como un «pastor amable y gentil, cercano a nuestros corazones». Sun destacó que, en medio de las dificultades y adversidades, su predecesor «escribió un nuevo capítulo de servicio a su rebaño con su corazón y con su alma».
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Pues como cualquier día de estos estire la pata repentinamente Xi Jinping habría que ver las larguísimas filas de compungidos chinos desfilando ante su féretro y el multitudinario entierro del «emperador rojo». No creo que impusiesen las restricciones que le han puesto a esto pobre servidor del Evangelio.
Delo por seguro. Que para algo el virus es chino y deben de controlarlo a voluntad (del Partido Comunista, naturalmente).