Luís Corrêa Lima, sacerdote jesuita, es profesor del Departamento de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Río. Según la página del Instituto Humanitas Unisinos, cuya misión es «señalar nuevas preguntas y buscar respuestas a los grandes desafíos de nuestro tiempo, partiendo de la visión del humanismo social cristiano, participando activa y audazmente en el debate cultural en el que la sociedad del futuro está configurado», este sacerdote se dedica a desarrollar «investigaciones sobre la historia de la Iglesia, la modernidad, la diversidad sexual y de género. Tiene varios textos y artículos publicados sobre estos temas y realiza un apostolado con personas LGBT +. Es autor del libro: Teología y LGBT +: perspectiva histórica y desafíos contemporáneos».
El libro consta de cinco capítulos:
- SEXUALIDAD Y TRADICIÓN JUDEOCRISTIANA.
- EL SURGIMIENTO DE CUESTIONES DE GÉNERO Y ORIENTACIÓN SEXUAL.
- EL MUNDO CATÓLICO FRENTE A CUESTIONES DE GÉNERO Y ORIENTACIÓN SEXUAL.
- HOMOSEXUALES Y ACCESO AL SACERDOCIO MINISTERIAL.
- NUEVAS PERSPECTIVAS, DESAFÍOS TEOLÓGICOS Y PASTORALES.
Finalmente consta de unas consideraciones finales en las que el autor «muestra que la relación de las personas LGBT con la sociedad y con la Iglesia, a lo largo del tiempo, guarda cierto parecido con la historia del pueblo judío en la era cristiana: nazismo, antisemitismo moderno».
En una entrevista publicada en 2009 también en la página de Instituto Humanitas Unisinos, el sacerdote jesuita afirma «cuando la diversidad sexual se reconoce no como una desviación sino como un aspecto de la realidad humana (e incluso animal), uno puede tener otra comprensión de la creación misma. Las diversidades, que son tantas en la creación bajo las más diversas formas, apuntan a la diversidad existente en el creador mismo, en el ser divino que no se ve». Por entonces, Luís Corrêa Lima ya se mostraba favorable a la ordenación sacerdotal de personas homosexuales. Citando al ex superior general de dominicanos, Timothy Radcliffe, afirma que «Dios continuará llamando tanto a los homosexuales como a los heterosexuales al sacerdocio, porque necesita los dones de ambos». En esa misma entrevista defendió que «faltan modelos explícitos de santidad homosexual en los que la gente pueda basarse».
La posición de la Iglesia ante la ordenación de personas homosexuales
Decía hace casi cincuenta años un sacerdote santo que «se ve que es corriente, en todas las categorías del clero, que muchos no prediquen a Jesucristo y en cambio parlotean siempre de asuntos políticos y sociales, ajenos a su vocación», en clara alusión a esa mala doctrina y teológica que se estaba colando en la Iglesia en aquellos años y que a día de hoy sigue de actualidad.
En el año 2005 la Congregación para la Educación Católica publicó una instrucción «sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales antes de su admisión a los seminarios y órdenes sagradas». En la nota se recuerda que «respecto a los actos homosexuales, la iglesia enseña que en la Sagrada Escritura éstos son presentados como pecados graves. La Tradición los ha considerado siempre intrínsecamente inmorales y contrarios a la ley natural. Por tanto, no pueden aprobarse en ningún caso». Por lo que se refiere a las «tendencias homosexuales profundamente arraigadas» se vuelve a recordar que «tales personas deben ser acogidas con respeto y delicadeza; respecto a ellas se evitará cualquier estigma que indique una injusta discriminación. Ellas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en sus vidas y a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que puedan encontrar».
De este modo, la Iglesia insiste en que «a la luz de tales enseñanzas este Dicasterio, de acuerdo con la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, cree necesario afirmar con claridad que la Iglesia, no puede admitir al Seminario y a las Órdenes Sagradas a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostienen la así llamada cultura gay». La instrucción continúa afirmando que «dichas personas se encuentran, efectivamente, en una situación que obstaculiza gravemente una correcta relación con hombres y mujeres. De ningún modo pueden ignorarse las consecuencias negativas que se pueden derivar de la Ordenación de personas con tendencias homosexuales profundamente arraigadas».
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Y, «como el Pueblo es el que más órdena…», creo que en el Sínodo actual, este sacerdote jesuíta tiene razón…
La homosexuañidad, según los más prestigiosos psiquiatras, no solo cambia las apetencias sexuales, sino que produce graves problemas psicológicos. Vallejo Nájera lo explicaba en sus libros. Así que no creo que esta gente esté indicada en ciertas «profesiones».
Si no quieren publicarme esto, lo entenderé; no es políticamente correcto.
Desconocía esa acusación hecha, supongo que te refieres al Doctor Vallejo-Najera en respuesta al comentario anterior, no obstante viniendo de quién viene, el Probe Migue, intuyo que es una más de sus mamarrachadas habituales
¿Cullos? ¡Madre mía! Copia el libelo de la wikipedia aunque no tenga nada que ver con el tema, sólo porque han citado a un psiquiatra que no es de su cuerda… ¡Menudo nivel! Cuando parecía que no se podía decir una tontería mayor, el troll siempre se supera. ¿Alguna vez va a escribir algún comentario que coincida con la fe de la Iglesia? Porque que usted es contrario a la misma no es nada nuevo. Así que, puede ahorrarse sus patadas al diccionario, sus corta-pegas y su victimismo tras las réplicas. No aporta nada.
Usted no defiende directamente genocidas (sí su ideología), y a mí me gusta mucho la lechuga. Sus recursos de troll de cuarta no funcionan aquí, no sé si lo ha notado.
Aparte de ser especialista en desviar todos los temas, como buen troll, señale dónde hidaspes ha hecho una defensa «absurda y sin límites de la defensa propia». ¿A que no lo hace? Está claro que el octavo mandamiento no fue hecho para usted (está reñido con él). Absurdo es todo lo que usted escribe. Hidaspes es de los comentaristas más razonables que hay. Pero claro, usted con éso también está reñido: con la razón (no que no tenga usted razón, que no la tiene nunca, sino por sus posturas «irracionales», a la par que hereticas. No sé por qué sufre tanto leyendo y comentando en estos foros. Total, no va a convencer a nadie, además de que el proselitismo es muy malo, malísimo, propio de «rígidos» (aunque se haga proselitismo heretico).
Tenía que ser de la cizaña jesuítica . No hay mal guiso donde no estén.
Lo bueno de la situación actual es que ya se está separando el trigo de la cizaña.
«… y al tiempo de la siega diré a los segadores: ‘Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero.”
Con la deriva de la «Iglesia de Francisco», este sacerdote hace puntos para ser obispo.
Otro libro a la basura y otro jesuita que debería ir a la calle…
Como ya han señalado, jesuita tenía que ser. Y encima, «enseñando»… Así se explica que luego pase lo que pasa.
Habría que leer el libro, cosa que yo no pienso hacer, y también conocer otros obras y escritos de este jesuita, que dadas las costumbres actuales de otros autores de la Compañía, a mí, desde luego que no me apetece, por lo tanto le voy a conceder el beneficio de la duda. ¿Que responde a una inquietud personal de buena fe?. Vale. ¿Que lo que pretende es vender libros?, desde luego que conmigo no va a contar. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia que pongan las cosas en su sitio, ¿o no?. Si somos mayores de edad, deberíamos tener discernimiento para saber lo que se debe pensar al respecto.
Espero que al menos no cojee de esa patita y que su «investigación» sea producto de una sincera búsqueda, aunque equivocada en sus conclusiones, y no un intento de autojustificación.
Piensa mal y acertarás…… por desgracia casi siempre de cumple
El 86% de los abusos/pederastía cometidos por sacerdotes han sido cometidos contra varones de 15 años en adelante, por curas homosexuales. Por lo tanto el llamar al sacerdocio a más homosexuales, denota la intención de seguir destruyendo a la Iglesia desde adentro.
¿Cullos? ¡Madre mía! Copia el libelo de la wikipedia aunque no tenga nada que ver con el tema, sólo porque han citado a un psiquiatra que no es de su cuerda… ¡Menudo nivel! Cuando parecía que no se podía decir una tontería mayor, el troll siempre se supera. ¿Alguna vez va a escribir algún comentario que coincida con la fe de la Iglesia? Porque que usted es contrario a la misma no es nada nuevo. Así que, puede ahorrarse sus patadas al diccionario, sus corta-pegas y su victimismo tras las réplicas. No aporta nada.
Era una respuesta al comentario del troll, que ha salido mal aquí. La repito en su sitio que si no el pobre se pierde.
No hace ninguna falta hacer un llamamiento para que homosexuales se hagan sacerdotes: con la obligación del celibato, obviamente, el sacerdocio es una puerta de escape o burladero para que los homosexuales se oculten en él.
Sota, el celibato no es el problema, sino el relativismo del todo vale.
¿Qué tiene que ver el celibato? ¿Es que sólo se les exige a los homosexuales que aspiran al sacerdocio? Porque si algo nos ha mostrado la crisis de los abusos sexuales del clero es que una mayoría abrumadora (el 85%) se produce entre curas homosexuales contra adolescentes de más de 15 años y adultos jóvenes. ¿Cómo es que los curas que no son homosexuales no abusan de menores en la misma proporción, si el celibato es igual para todos, sean homosexuales o no lo sean? Además, en la sociedad actual, no sólo permisiva con los homosexuales, sino que los privilegia, ¿de qué se tienen que ocultar metiéndose a curas? En el mundo actual de las apps de citas, ¿necesita alguien meterse a cura para satisfacer sus bajos instintos? ¿Es una broma? Menuda demagogia barata.
¿Usted ha defendido éso? Yo no. Así que, no desvaríe, que la noticia trata de otra cosa. Si se aburre haga sudokus o salga a un banco a que le dé el solecito.
Que escriba un cura, no: que escriba ESE cura, en todo caso. Y no lo hará por cura, sino por jesuita, donde parece que la cosa priva, ¿verdad, James Martín, S.J.?
La homosexualidad no es algo extendido entre el colectivo sacerdotal, sino en un subgrupo dentro de tal categoría: el de los sacerdotes que abusan.
No confundamos. Sacerdotes con apetitos desviados los hay muy pocos, pero esa minoría acapara el 81 por ciento del total de los abusos documentados.