El Papa declara Siervo de Dios a un sacerdote español

Siervo de Dios
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El Papa Francisco ha firmado hoy el decreto por el cual declara las virtudes heroicas del Siervo de Dios Diego Hernández González, sacerdote diocesano, nacido el 3 de enero de 1915 en Javalí Nuevo (Murcia) y fallecido el 26 de enero de 1976 en Alicante.

Cuando tenía diez años ingresó en el Seminario diocesano San Fulgencio de Murcia. Francisco López, que fue compañero de seminario del ahora Siervo de Dios, recuerda que en el Seminario “destacó siempre por su vida de piedad y estudio, su vida de oración y disciplina, su aprovechamiento escolar. En este tiempo, por mi proximidad y cercanía a él, puedo afirmar que impactaba su recogimiento y humildad. Puedo y debo manifestarlo así porque, en mis dos primeros años en el Seminario, estuve como a su cuidado y confianza”. 

Al comienzo de la Guerra Civil, la hermana del sacerdote cuenta “un albañil abrió un boquete en la Iglesia parroquial apartando el Sagrado Corazón. Entraron otros hombres y después de rociar con gasolina la Iglesia, le prendieron fuego. Como debajo del Corazón de Jesús estaba el Sagrario, porque el párroco al estar enfermo decía allí la misa, a toda prisa Diego entró por el mismo boquete abierto y quemándose sacó el Santísimo Sacramento del Sagrario. Lo dejó en la casa del Párroco. Al tiempo después de la guerra, la persona que había rociado la Iglesia  estando para morir se confesó con él”.

El 30 de noviembre de 1936, ingresó detenido en la prisión provincial de Murcia y posteriormente fue juzgado por un Tribunal popular que lo condenó a tres años de trabajo obligatorio. Estuvo encarcelado en el Seminario diocesano de Orihuela (Alicante) convertido en cárcel. Al tiempo, fue trasladado a Granada para realizar una carretera en trabajos forzados, donde se vio amenazado de muerte en varias ocasiones. Terminada la Guerra Civil, reanudó su formación sacerdotal, fue ordenado sacerdote en Barcelona el día 9 de junio de 1940 por Monseñor D. Miguel de los Santos Díaz y Gómara, obispo de Murcia y administrador de la archidiócesis de Barcelona. Celebró su primera Misa solemne el día 29 de junio de 1940, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, en la iglesia parroquial de la Purísima de su pueblo natal.  

Falleció el 26 de enero de 1976 con fama de santidad. Su causa de canonización fue iniciada el 25 de enero de 2002 y declarado finalmente venerable el 13 de octubre de 2021. Entre su predicación destacó por hablar sobre la santidad, eucaristía, apostolado, fe, esperanza y caridad.

Sobre el apostolado dejó escrito que “el apostolado es un desbordamiento del amor de Dios y de sacrificio hasta la cruz. No es andar, ni correr, ni saber cosas, ni hablar bien, no es simpatía ni halago, el apostolado es obra del Espíritu Santo que actúa por medio de un instrumento pobre y débil a sus propios ojos que se tiene por nada y se deja pisar por todos, que ama mucho a Jesús y se abraza a su cruz para morir por Él y con Él en el desprecio de todos”. De igual modo, en referencia a la misa dejó escrito “¿qué vida espiritual puede llevar quien a menudo y por comodidad o pereza deja la comunión? No creo en esas vidas espirituales, son caricaturas. Aunque tenga que confesar todos los días, no deje la comunión”.

Oración de intercesión:

Dios misericordioso,

que en tu siervo Diego, sacerdote,

nos has dejado claro ejemplo

de amor a Jesucristo y a la Iglesia,

trabajando sin descanso

por la santificación de las almas:

te rogamos que, si es voluntad tuya,

sea reconocida ante el mundo su santidad

y me concedas por su intercesión el favor

que tanto espero de tu mano providente.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)

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Comentarios
2 comentarios en “El Papa declara Siervo de Dios a un sacerdote español
  1. Hasta aquí se ha llevado la confusión mezclando un ejemplo como el de este santo varón con un Juan Bta. Montini que ciertamente fama tuvo pero de cualquier cosa menos santidad.

    1. El papa Francisco reconoció las virtudes heroicas del siervo de Dios Diego Hernández, declarándole así venerable, vivió la vida cristiana en virtud y en gracia, por lo tanto se le puede rendir culto aún privado

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