Una parroquia normal en tiempos coronavíricos

Parroquia de la Armada de Nuestra Señora del Carmen
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El pasado domingo tuve la fortuna de asistir a misa en la Parroquia de la Armada de Nuestra Señora del Carmen, cerca de la calle madrileña de Arturo Soria, y comprobar, en primera persona, que no en todas las parroquias se actúa arbitrariamente con las restricciones derivadas del coronavirus.

No es que no se respetaran las consabidas obligaciones para prevenir los contagios, para nada; todo el mundo portaba la mascarilla y los aforos se respetaban. Sin embargo, lo llamativo es que se acataban a su vez, con total normalidad, las normas de la Iglesia.

Los fieles que querían comulgar utilizando la mano, lo hacían; los que deseaban recibirla directamente en la boca, hacían lo propio. Los que se acogían a la segunda modalidad, simplemente, se colocaban los últimos. Sin reprobaciones, sin malas caras, sin humillaciones y señalamientos públicos; con naturalidad por parte de los fieles y del sacerdote. ¡Incluso se utilizaban ―con las prevenciones pertinentes― los confesionarios!

Y es que, en el último año y medio, numerosos eclesiásticos ―ya sean obispos o sacerdotes― han devenido en pequeños dictadorzuelos que se creen con el poder de saltarse a la torera las normas de la Iglesia: esto es, que todo fiel tiene el derecho a recibir el Cuerpo de Cristo en la boca.

Puede parecerte imprudente en tiempos de posibles contagios, pero eso es irrelevante, no es el debate. Tus pareceres no pueden estar por encima de las normas de la Iglesia. De hecho, cuando la pandemia empezaba a arreciar, y el desconocimiento y el miedo eran mayores que ahora, la Conferencia Episcopal Española llegó a “recomendar”, de manera “extraordinaria”, que los fieles comulgaran con la mano; en ningún momento precisó que fuera obligatorio.

Por tanto, en esta época de innumerables restricciones arbitrarias, con dictadorzuelos clericales por doquier, es de agradecer asistir a una parroquia en la que se armonizan con total normalidad las directrices de la Iglesia con las restricciones legales. Un templo en el que los sacerdotes ―que tendrán su opinión sobre la conveniencia, o no, de comulgar en la boca― no se comportan como los dueños de un chiringuito, sino como pastores fieles a la Iglesia.

Seguramente no sea, ni mucho menos, la única parroquia de Madrid en la que el comportamiento es normal, pero tenía que contarlo.

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Comentarios
4 comentarios en “Una parroquia normal en tiempos coronavíricos
  1. ¡Qué tiempos vivimos! Que sea noticia que los católicos que se acerquen a comulgar puedan -graciosamente- hacerlo como siempre se ha hecho: en la boca… En cuanto al templo que aparece en la foto que ilustra esta noticia, ¿es una iglesia católica? No tiene ni una sola imagen y esa cruz vacía recortada en neón… parece de una secta de ésas con telepredicador incluido. Entre éso, las eternas homilías socio-ecologistas y los insultos, no me extraña que cada vez haya menos fieles católicos practicantes. Da miedo.

    1. Encíclica ‘Mediator Dei’, del Venerable Pío XII:

      Así, por ejemplo, SE SALE DEL RECTO CAMINO quien desea devolver al altar su forma antigua de mesa; quien desea excluir de los ornamentos litúrgicos el color negro; QUIEN QUIERE ELIMINAR DE LOS TEMPLOS LAS IMÁGENES Y ESTATUAS SAGRADAS; QUIEN QUIERE HACER DESAPARECER EN LAS IMÁGENES DEL REDENTOR CRUCIFICADO LOS DOLORES ACERBÍSIMOS QUE EL HA SUFRIDO.

      Además del resto de las imágenes, aquí no sólo han hecho desaparecer la imagen de los sufrimientos de Cristo en la cruz: directamente han hecho desaparecer al mismo Redentor crucificado. Pero, ya se sabe: Pío XII era un «rígido». Por eso tienen paralizado su proceso de beatificación.

  2. Dice un sacerdote que si los dedos del sacerdote se llegan a mojar con la saliva del comulgante, es porque no sabe como ofrecerla, y según entendí, es tomándola con el pulgar en la parte de arriba.
    Dios Nuestro Señor que no es nada complicado,, viene a pasar por éstas complicaciones.
    Si tan sólo vieran los sacerdotes bien intencionados, que todas ésas reglas las están imponiendo los masones, entonces, no harían caso de ponerla en la mano,,pero ya la cizaña agarró fuerza en la tierra y ya será difícil quitarla.
    Solo Dios,,y esperemos que sea pronto.

  3. Caso reciente de un amigo residente en Valencia:

    1) en su parroquia, verboten la comunión en la mano «por orden del Sr. Arzobispo». No hace falta decir que ni el Card. Cañizares prohibió nunca lo que no puede prohibir, ni que el párroco, no era ningún ejemplo pristino de obediencia a las normas de la Iglesia (por ejemplo, homilías dadas por laicos)

    2) Este sábado hubo ordenaciones diaconales en la Catedral. Y no sólo se dijo «los que deseen comulgar en la boca que por favor lo hagan los últimos», sino que uno de los diáconos recién ordenados comulgó, de manos del Card. Cañizares, en la boca (y de rodillas).

    3) Mi amigo, con una tablet hermosota, el lunes le lleva al párroco el video para que vea que lo que dice no se sostiene. Respuesta: «en la catedral que hagan lo que quieran, aqui no se comulga en la boca». Diálogo, apertura, sinodalidad y demás palabras huecas……..

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