«En el Evangelio de hoy, Jesús, invitó a la multitud y a los discípulos a interpretar la señal del milagro de los panes, y a creer en él, que es el verdadero pan bajado del cielo, el pan de la vida; y les reveló que el pan que dará es su carne y su sangre. Estas palabras suenan duras e incomprensibles a los oídos de la gente», señaló ayer Francisco, «hasta el punto de que, a partir de ese momento, “muchos de sus discípulos se vuelven atrás, es decir, dejan de seguir al Maestro. Entonces Jesús pregunta a los Doce: “¿También ustedes quieren dejarme?”, y Pedro, en nombre de todo el grupo, confirma la decisión de quedarse con Él: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”, dijo el Papa.
«Ante el gesto prodigioso de Jesús, que alimenta a miles de personas con cinco panes y dos peces, todos lo aclaman y quieren llevárselo en volandas», dijo el Papa, «pero cuando él mismo explica que ese gesto es “signo de su sacrificio, es decir, de la entrega de su vida, de su carne y de su sangre, y que los que quieren seguirle deben asimilarlo, su humanidad entregada por Dios y por los demás, entonces no, este Jesús ya no tiene razón»”, agregó.
Las palabras de Jesús
El Santo Padre, analizando la actitud de los que se retiran y vuelven atrás, decidiendo no seguir más a Jesús, se pregunta, ¿cuál es el origen de esta incredulidad, cuál es el motivo de esta negativa?
“Las palabras de Jesús causan gran escándalo: está diciendo que Dios ha elegido manifestarse y realizar la salvación en la debilidad de la carne humana. La encarnación de Dios es lo que da lugar al escándalo y es un obstáculo para estas personas, pero a menudo también para nosotros”, manifiestó Francisco.
De hecho, sigue más adelante el Papa, «Jesús afirma que el verdadero pan de salvación, que transmite la vida eterna, es su propia carne; que para entrar en comunión con Dios, antes de observar las leyes o cumplir los preceptos religiosos, hay que vivir una relación real y concreta con él”.
Esto significa, dijo el Pontífice, «que no debemos perseguir a Dios en sueños e imágenes de grandeza y poder, sino que debemos reconocerlo en la humanidad de Jesús y, en consecuencia, en los hermanos que nos pasan de lado por el camino de la vida. Porque “Dios se hizo de carne y hueso: se rebajó para hacerse hombre como nosotros, se humilló hasta asumir nuestro sufrimiento y nuestro pecado, y nos pide que lo busquemos, por tanto, no fuera de la vida y de la historia, sino en nuestra relación con Cristo y con nuestros hermanos”, afirmó el Papa.
La “escandalosidad” de la Eucaristía
«Incluso hoy -aseveró Francisco-, la revelación de Dios en la humanidad de Jesús puede causar escándalo y no es fácil de aceptar». «Es lo que San Pablo llama la ‘necedad’ del Evangelio frente a los que buscan milagros o sabiduría mundana. Y esta «escandalosidad» está bien representada por el sacramento de la Eucaristía”, y es que como se pregunta el Papa:»¿qué sentido puede tener, a los ojos del mundo, arrodillarse ante un trozo de pan? ¿Por qué alimentarse asiduamente de este pan?».
Por último su petición: “pidamos la gracia de dejarnos provocar y convertir por sus «palabras de vida eterna». Que María Santísima, que dio a luz a su Hijo Jesús en la carne y se unió a su sacrificio, nos ayude a dar siempre testimonio de nuestra fe con nuestra vida concreta”.
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Errores de Francisco:
“Antes de observar las leyes o cumplir los preceptos religiosos, hay que vivir una relación real y concreta con él” Falso, porque no existe dicotomía entre ambas cosas.
También al decir “Cuando él mismo explica que ese gesto es signo de su sacrificio… entonces no, este Jesús ya no tiene razón”, aquí el Papa no es claro, porque propiamente el motivo por el que lo dejan, es por lo que dice de que han de comer ese pan que se transforma en su Cuerpo. La idea de un mesías sufriente no era ajena a la mentalidad judía, pero sí la presencia real en la Eucaristía, que es el núcleo del escándalo.
Para poder cumplir preceptos y Mandamientos, se requiere primero creer en Jesús. ¿Cómo voy a creer en Jesús si no leo su Palabra, lo que dijo a lo largo de sus 3 años públicos, y conozco lo que hizo, sus milagros? La adhesión personal a Jesucristo es un requisito sinequanon. Vivir la Misa dominical por pura costumbre humana, sin un verdadero interés por Cristo, se queda en mera costumbre humana, aunque nadie niega que Dios seguirá dando Sus Gracias a cada uno. Mi respuesta, mi sí total a Cristo, dado el libre albedrío que El mismo nos ha concedido, es del todo necesaria.
Pero van juntos. Qué mania de separar.
No separo, simplemento hago hincapié en la necesidad de un encuentro personal con Jesucristo, un experimentar que Él verdaderamente es nuestro Redentor. Y eso principalmente se da en la oración, y porqué voy a orar a Jesús si no sé nada de su vida ni conozco Su Palabra.
También en la vida espiritual, hay unos primeros pasos que dar, para que luego puedan venir los segundos, terceros…etc.
Ud. Padre, lo sabe seguro mucho mejor que yo.
Neila. No digo que usted separe, el que hace dicotomías es Francisco. Los tres primeros mandamientos nos llevan directamente al encuentro con Dios y a amarle.
En cambio el lenguaje de Francisco quiere sembrar dudas sobre el valor de los mandamientos, que es absoluto como dijo San Juan Pablo II.
Más que error es un cuidado plan. Si fuera un error, sería una excepción, pero lo de este señor es una sistemática socavación de todas las enseñanzas de la fe. No se puede pensar otra cosa que imaginar a donde quiere ir con ese plan y mi conclusión es que lo que quiere está descrito en el último libro de la Biblia.
Totalmente de acuerdo, Padre, muchas gracias.
Para el papa paco, Jesucristo es solo su poeta de referencia