Elena Lorenzo ha logrado vencer al sistema; esta coach, perseguida durante años por el lobby LGTB y por la propia administración, ha conseguido que la Justicia le de la razón. De este modo, se ha anulado la sanción de 20.001 euros que le impuso la Comunidad de Madrid en la utilización de la Ley LGTB, aprobada en 2016 por Cristina Cifuentes, ex presidente de la región, del Partido Popular, y que todavía a día de hoy está vigente en la Comunidad de Madrid, informa Religión en Libertad.
En su trayectoria profesional, Elena Lorenzo ha acompañado a numerosas personas con tendencias homosexuales y que libremente acudieron a ella. Ahora son personas felices y realizadas, pero el precio a pagar para esta coach ha sido muy alto. Aún así, siempre se ha mantenido firme en sus convicciones y ha luchado por la justicia, la verdad y para el bien de tantas personas que, debido a las leyes LGTB, no podrían recibir una ayuda que necesitan.
La sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid ha estimado el recurso que presentó la Asociación de Abogados Cristianos, que ha auxiliado a Elena Lorenzo, y ha obligado a la Comunidad de Madrid a la devolución de la sanción de 20.000 euros mientras condena a la administración madrileña a hacerse cargo de todas las costas.
En el auto judicial, informa Religión en Libertad, el Tribunal Superior de Justicia asegura que “siendo cierta y reglada la finalidad de la información previa, es obligado concluir que la Administración ha incurrido en fraude de ley en su utilización […]. Tales irregularidades procedimentales han supuesto una efectiva indefensión para la recurrente y una ausencia plena de procedimiento, por lo que son subsumibles en las causas de nulidad de pleno derecho”.
La presidente de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos ha denunciado que “se ha alargado 5 años el procedimiento sin ninguna justificación. Se ha tratado de una clara persecución ideológica a esta coach por parte del lobby LGTBI, amparada por la Comunidad de Madrid, en especial por el ex vicepresidente, Ignacio Aguado”.
Lorenzo nunca ha tirado la toalla en esta persecución ideológica contra ella, pero sobre todo por su apreciada labor con personas con tendencias homosexuales, que desmontaba todos los argumentos del lobby LGTB.
Cuando se anunció la sanción de 20.000 euros contra ella, Elena Lorenzo recordaba que la multa era “una advertencia muy seria a los que pensamos diferente, para que acatemos a través del miedo y del silencio” estas normativas, por lo que dijo estar “siendo víctima” de una persecución política.
En su opinión, aquella sanción pretendía “enmascarar” en la defensa de los derechos de las personas con tendencias homosexuales como grupo, pero ella considera que es todo lo contrario: “Limita y quiere eliminar la libertad de los homosexuales y heterosexuales como individuos sancionando una actividad donde muchas personas han querido desde su libertad buscar ayuda para orientar, descubrir y conocer su propia orientación o identidad sexual”.
Tras la aprobación de la ley, los obispos de Getafe y Alcalá de Henares, Joaquín Mª López de Andújar y Cánovas del Castillo y Juan Antonio Reig Pla, junto al obispo auxiliar de Getafe, José Rico Pavés ―actual obispo de Asidonia-Jerez―, emitieron una nota reprobando la nueva legislación.
La consideraron “un ataque a la libertad religiosa y de conciencia”, un ataque y censura “al derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propias creencias y convicciones” y un atropellos “a los idearios que inspiran la libertad de enseñanza”.
“Un atentado a la libertad de expresión, a la libertad de cátedra, a la libertad de los científicos y profesionales en la búsqueda de la verdad, y a la libertad de las personas para orientar su vida o para pedir ayuda, incluso religiosa, en aquello que crean necesitar”, escribieron.
“Consideramos, por ello, que se trata, en su esencia, de una ley arbitraria que no contempla ni siquiera la objeción de conciencia”, afirmaron.
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Enésima prueba del carácter totalitario de las leyes fruto del consenso progresista, sustentadas por todos los partidos, menos VOX.
Y luego los católicos ingenuos, siguiendo los consejos de sus directores espirituales siguen votando al mal menor, que está a favor del aborto. Otros que son mas atrevidos y mas modernos votan directamente a quien les va a quitar la nómina dentro de unos meses. Viva la España católica.
Non Nobis.
Me descubro ante la valentía, tenacidad e integridad de doña Elena Lorenzo. Lo que está soportando; abuso de poder de las instituciones, o mentiras acosos e insultos de los demonios legeteberos por defender la verdad no se lo deseo a nadie.
Felicidades a esta mujer y a los nunerosísimos católicos que votan PP ¡ Lo estáis haciendo de lujo, majaderos!
La ley Cifuentes, LGTBIQ+ismo (seguro que me faltará alguna letra, por eso lo del +) y máster en hacerse la rubia (=la tonta) y en hurtar en hipermercados.
La última vez que voté por el PP fue porque las papeletas de VOX no estaban.
Mig, la próxima vez en que le suceda eso, le aconsejo no vacilar y denunciarlo a los integrantes de la mesa electoral y al agente más próximo, dado que en tales condiciones sólo cabe suspender la votación hasta que se disponga de papeletas de tal formación.
Saludos.