La situación a la que está llevando a la diócesis de Almería el obispo coadjutor, Antonio Gómez Cantero, está adquiriendo tintes de vodevil. Su pretensión de distanciarse del obispo titular, monseñor Adolfo González Montes, ha provocado una división en la diócesis que es noticia, día sí, día no, en los medios de esa provincia.
El “Diario de Almería”, entregado al obispo coadjutor, anunciaba que es inminente que el Papa le pida la renuncia al obispo titular, González Montes, ante la presión del coadjutor por quitárselo de en medio. Solicitud que contaría con los apoyos entusiastas de los cardenales Omella y Osoro.
El penúltimo episodio ocurrió el pasado 5 de julio, día en el que González Montes cumplía 24 de su consagración episcopal en Ávila. Estaba previsto, como así ocurrió, una celebración solemne en la catedral en la que participó una gran parte del clero de la diócesis. Quien no estuvo fue el obispo coadjutor que había comenzado unos días de descanso y según se decía en la diócesis estaba plácidamente descansando en una casa rural.
Quizá lo que no quería oír el obispo coadjutor fue la homilía del obispo González Montes en la, entre otras afirmaciones, hizo una reivindicación del Seminario de Almería que Gómez Cantero ha decidido cerrar.
Adolfo González Montes recordó que “a lo largo de mi ministerio entre vosotros he puesto un particular empeño en la necesidad de santidad que tenemos todos los ministros ordenados, puestos al servicio de la santificación del pueblo de Dios. Para ello se hacía necesario lograr una formación acorde con la mente de la Iglesia y la necesidad pastoral de cada momento y situación, teniendo en cuenta que la caridad pastoral de los sacerdotes define el espíritu sacerdotal, alejando a quienes han sido llamados al ministerio de una lenta pero progresiva asimilación al trabajo contractual marcado por reivindicaciones que de hecho estrechan el corazón del pastor. Una asimilación que sigue hoy creciendo desvirtuando la naturaleza del servicio sacerdotal; y de ahí la necesidad señalada por el Papa llamando a una verdadera “conversión pastoral”: conversión que algunos vacían de contenido evangelizador, para diluir el ministerio en un servicio de múltiple uso similar a la intendencia y la logística de las organizaciones benefactoras”.
Han sido varias las decisiones del obispo Cantero que están demostrando mucho nerviosismo. Tal y como han relatado varios testigos suele ser frecuente que el nuevo obispo pierda en las reuniones los papeles.
La más reciente fue la convocatoria el pasado 29 de junio a los sacerdotes de Almería a un retiro convivencia en el que anunció el cierre del Seminario y el traslado de los seminaristas a otra diócesis.
Los sacerdotes de Almería se preguntan si es verdad que este cierre responde a las negociaciones para abrir en el edificio del Seminario, recién restaurado, una residencia geriátrica, operación que estuvieran promoviendo algunos miembros del nuevo Consejo de Asuntos Económicos, entre los cuales hay alguna persona que ha levantado sospechas.
La reunión consistió en una plática espiritual y en una Asamblea, en la que Gómez Cantero justificó la decisión sobre el Seminario diciendo que quería “renovar las estructuras comunitarias” de la diócesis dado que “la Iglesia sigue dando las mismas respuestas de hace 40 años y esta sociedad ha cambiado mucho”. También insistía en que “debemos buscar caminos de encuentro con el mundo”.
¿40 años? El obispo coadjutor de Almería ha descubierto su vocación, inventar una nueva Iglesia enajenando el patrimonio de la antigua.
Diego Lanzas
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Que pena que diócesis enteras acaben en manos de estos sujetos. Cuántas almas se pierden en estos vendavales modernistas.
“La Iglesia sigue dando las mismas respuestas de hace 40 años y esta sociedad ha cambiado mucho”
Correcto, pero no en el sentido en que se refiere el Sr. obispo.