(Luca Volontè/La Nuova Bussola Quotidiana) Este lunes 21 de junio ha empezado la 47ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que finalizará el próximo 13 de julio. Los documentos en discusión y en el orden del día para la votación son los peores que se hayan visto nunca, de una insistencia obsesiva a favor del aborto y de la ideología de género que sólo muestra una cosa: los amos del mundo reclaman ahora la victoria final. El ataque frontal contra la Iglesia confirma que los católicos son el principal escollo.
En estos días en Ginebra asistiremos a una clara promoción de la agenda LGBTI y del aborto, todo ello disfrazado de «derechos sexuales y reproductivos». Por supuesto, la «educación sexual integral», la negación de los derechos de los padres y de la objeción de conciencia forman parte del «paquete» diseñado para el mundo entero. También habrá reconocimiento para los «trabajadores del sexo», las personas trans y un llamamiento a la prohibición de las terapias de conversión. Uno de los informes más importantes será el relativo a la orientación sexual e identidad de género (Sogi, en sus siglas en inglés). El documento pretende impulsar la negación de los derechos religiosos/de conciencia, atacando a cualquiera que afirme que existe una «ideología de género» o una «agenda LGBTI». El pasado mes de febrero ya se hizo una invitación a sugerir organismos, personas e iglesias para ser incluidos en «listas negras» internacionales.
Uno de los documentos más peligrosos es el relativo a los «Derechos de salud sexual y reproductiva de las mujeres y las niñas en [situaciones de] crisis». El texto es el resultado del grupo de trabajo sobre la discriminación de la mujer. El documento contiene un récord de 151 declaraciones en favor de la llamada «salud sexual y reproductiva». El párrafo 40 dice: «El Grupo de Trabajo denuncia en los términos más enérgicos… la criminalización de las mujeres y niñas acusadas de haber abortado, incluso en situaciones de abortos espontáneos y mortinatos». En el párrafo 47, el Grupo de Trabajo «condena los requisitos de notificación… para las mujeres que han tenido o se sospecha que han tenido un aborto y la criminalización en la participación en la realización de abortos, que afecta a los trabajadores de la salud». El párrafo 48 denuncia a todos los que se oponen al dogma del aborto libre, una «reacción impulsada por algunos gobiernos, incluso en el Consejo de Derechos Humanos, que desafía la universalidad de los derechos humanos… Una estrategia central de la oposición organizada ha sido socavar los derechos de salud sexual y reproductiva de las mujeres en su conjunto, utilizando su oposición ideológica al aborto como eje». Así, en el siguiente párrafo, se ataca a los países firmantes de la «Declaración del Consenso de Ginebra», suscrita por varios gobiernos en favor del derecho a la vida del concebido y de la familia natural, a los que se define como «un ejemplo de la perjudicial movilización de Estados con agendas conservadoras y contrarias a los derechos de la mujer para socavar los derechos humanos de las mujeres y las niñas».
Encontramos también denuncias contra los Estados que, durante la pandemia de Covid-19, no facilitaron el acceso al aborto (párrafo 53). El párrafo 77 pide a los gobiernos que: «a) Garantizar el acceso a una gama completa de información y servicios de anticoncepción para mujeres y niñas, incluidos los anticonceptivos de emergencia, y aumentar su disponibilidad en situaciones de crisis; b) Despenalizar el aborto, ampliar el acceso a los servicios de aborto seguro, incluido el aborto con medicamentos y la atención postaborto, y eliminar los obstáculos legales al aborto en situaciones de crisis; c) Garantizar el acceso oportuno a los servicios de salud materna y a la atención obstétrica de urgencia, incluido el tratamiento de las afecciones relacionadas con el embarazo…».
La cosa no acaba ahí. En el documento sobre la violencia contra la mujer, se reitera en el párrafo 114 que «los Estados deben abolir todas las disposiciones que penalizan las relaciones sexuales consentidas entre adultos, como el adulterio o las relaciones homosexuales, y las que penalizan el aborto en caso de violación». El Addendum 1 del mismo documento reitera que «los Estados deben derogar las leyes que prohíben el aborto… Los Estados tienen la obligación de respetar, cumplir y proteger el derecho a la salud sexual y reproductiva, incluso en relación con la anticoncepción y la planificación familiar. Las violaciones de la obligación de respetar los derechos a la salud sexual y reproductiva incluyen la criminalización de las mujeres que se someten a un aborto; la criminalización de la actividad sexual consentida entre adultos; la prohibición o la negación del acceso a los servicios y a los fármacos para la salud sexual y reproductiva».
La obsesión por el aborto y la ideología LGBTI lleva necesariamente a identificar enemigos que hay que eliminar. La Catholic News Agency explica cómo se ha recuperado el clásico cliché contra la delegación de la Santa Sede en la ONU, utilizando un sistema de difamación e intimidación hacia la Iglesia basado en los delitos de pederastia, según un tenebroso guión ya ensayado desde hace años (véase, por ejemplo, el caso de Irlanda). Al Papa Francisco le están enviando la carta mafiosa que ya le enviaron a Juan Pablo II y a Benedicto XVI: si no quieres acabar en la lista negra, debes abjurar de la Biblia, de la vida y de la familia. El ataque por la pederastia, según sospecha CNA, pretende «obligar a la Santa Sede y a la Iglesia Católica a ceder ante el aborto y la ideología de género.»
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Está claro que la ONU ataca con el tema de la pederastia (de unos pocos) para desacreditar injustamente a la Iglesia y tenerla callada. Pero es un grave error que el Papa Francisco ceda y caiga en dejación de sus obligaciones de denuncia contra el aborto y la ideología de género.
Callar para que no nos difamen, es como si San Pablo no hubiera evangelizado para que no le censuraran por haber perseguido al principio a los cristianos, o como si San Pedro se hubiera escondido avergonzado por haber negado tres veces a Cristo.
Pero no. Cristo cuenta con nosotros, pobres pecadores, para anunciar la verdad y denunciar el pecado del aborto y la ideología de género.
De todas formas, opino que el caso de Francisco va más allá de callar por miedo. La trayectoria de su pontificado apunta a que existe una auténtica afinidad del Papa hacia el aborto en algunos casos, y también hacia la ideología de género.
Efectivamente Sacerdote Mariano, de hecho, Jeremías transmite muy claramente sobre los malos pastores:
Jeremías, 23 1-2, 11-12
“1 ¡Ay de los pastores que dejan perderse y desparrarmarse las ovejas de mis pastos! – oráculo de Yahveh.
2 Pues así dice Yahveh, el Dios de Israel, tocante a los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado las ovejas mías, las empujasteis y no las atendisteis. Mirad que voy a pasaros revista por vuestras malas obras – oráculo de Yahveh.
…..
11 Tanto el profeta como el sacerdote se han vuelto impíos; en mi misma Casa topé con su maldad – oráculo de Yahveh.
12 Por ende su camino vendrá a ser su despeñadero: a la sima serán empujados y caerán en ella. Porque voy a traer sobre ellos una calamidad, al tiempo de su visita» – oráculo de Yahveh.”
Totus Tuus!
Muy bien aplicado los casos de San Pablo y San Pedro con sus respectivos pasados de perseguidor y de traidor. Gracias SACERDOTE MARIANO-
La tibieza cuando no la complicidad de muchos, es inaudito, a cambio de unos años de tranquilidad van camino de la perdición .- ( sacerdotes y obispos )
Claro, hasta ahora el tema del aborto nos tocaba de lejos, era algo que se hacía en no sé qué clínicas y que no veíamos, no estábamos de acuerdo pero nos influía poco. Pero ¿qué pasará cuando en una iglesia se presente una pareja de hombres o de mujeres diciendo que quieren casarse? Según la ONU no casarlos sería una gravísima discriminación, con las peores consecuencias para la Iglesia. Esto se va a poner muy pero que muy feo. Santo Tomás Moro, ruega por nosotros.