Informábamos el pasado 4 de junio del plan del gobierno de Nueva Gales del Sur en Australia para poner todos los cementerios bajo el control del Estado.
Ahora nos llega la noticia de que el gobierno de Nueva Gales del Sur ha abandonado esos planes de poner los cementerios católicos locales bajo el control del Estado, tras las protestas públicas y la oposición de la archidiócesis de Sidney.
El martes, el gobierno confirmó que la primera ministra del estado, Gladys Berejiklian, había ordenado que se abandonara el plan de combinar cinco fideicomisos de cementerios independientes en un solo organismo gestionado por el gobierno.
Los planes habían sido anunciados por primera vez el 25 de mayo por la ministra de Agua, Propiedad y Vivienda, Melinda Pavey, quien argumentó que la fusión era necesaria para hacer frente a la escasez de lugares de enterramiento y a las carencias financieras de los operadores independientes.
La archidiócesis de Sídney y el Catholic Metropolitan Cemeteries Trust, que iba a ser absorbido por el gobierno, se opusieron enérgicamente al plan. Ambos organismos argumentaron que el cuidado de las tumbas católicas ya estaba totalmente financiado y que recientemente se habían adquirido terrenos para dos nuevos cementerios.
Los líderes católicos también expresaron su indignación por el hecho de que el gobierno no hubiera realizado ninguna consulta previa antes de tomar la decisión.
El arzobispo de Sidney, Anthony Fisher, OP, calificó la política y la falta de consulta como un acto de «descarado desprecio hacia los creyentes gente de fe» y advirtió en una serie de declaraciones públicas que el plan del gobierno ponía en peligro la libertad de la Iglesia para cuidar las tumbas católicas y dejaría los cementerios vulnerables a la venta o reubicación por parte del gobierno.
Tras las quejas y presiones, el plan ha sido descartado y Pavey ha sido apartada del proyecto. En su lugar, el viceprimer ministro de Nueva Gales del Sur, John Barilaro se hará cargo del asunto.
Al parecer, el gobierno está estudiando un modelo de dos organizaciones: una en la que se fusionarían los otros cuatro operadores de cementerios, la otra que continuaría siendo la católica.
El líder del Partido Laborista de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, elogió al primer ministro del estado por «rectificar a un ministro que ha tomado una mala decisión».
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