El cardenal Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, ha reaccionado a los persistentes rumores sobre una directiva papal que aboliría o restringiría lo dispuesto en el motu proprio Summorum Pontificum sobre la celebración de la Misa Tradicional, con una carta en la que expresa su alarma por esta posibilidad.
“No estoy considerado como un extremista de esta forma litúrgica, y he trabajado activamente, como sacerdote y como obispo, en la reforma litúrgica posterior al Vaticano II; tratando también de evitar los excesos y los abusos”, asegura el cardenal chino en la carta que ha colgado en su blog personal. “Pero no puedo negar, por mi experiencia en Hong Kong, el mucho bien que produjo el motu proprio Summorum Pontificum y el que se deriva de la celebración de la Misa Tridentina”.
Recuerda el cardenal que “por la comunidad que participa en la forma extraordinaria en Hong Kong han pasado muchos jóvenes, que a través de esta Misa han redescubierto en sentido de la adoración y de la reverencia que debemos a Dios, nuestro Creador”.
“La Misa Tridentina no es divisiva”, termina Zen. “Al revés, nos une a nuestros hermanos y hermanas de todas las épocas, a los santos y a los mártires de todo tiempo, a quienes han luchado por su fe y han encontrado en ella un inagotable alimento espiritual”.
La última vez que Zen voló desde Hong Kong a Roma con una petición para el Santo Padre, relativa a los pactos vaticanos con las autoridades comunistas chinas, ni siquiera fue recibido por Francisco. No es probable que esta petición vaya a tener mejor acogida.
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Llegará el momento en que la misa novus ordo tenga que prohibirse. Guardad los misales antiguos y aprendeos de paso las declinaciones por si viene el susto de repente, porque vais a quedar fatal.
Se os trabará la lengua y nos reiremos.
Vaya muestra de amor a tus hermanos en Cristo pensando en reírte de ellos en vez de pensar en ayudar a formase si fuese necesario.
«La Misa Tridentina no es divisiva”(…). “Al revés, nos une a nuestros hermanos y hermanas de todas las épocas, a los santos y a los mártires de todo tiempo, a quienes han luchado por su fe y han encontrado en ella un inagotable alimento espiritual”.
Lo que dice el cardenal Zen es de un sentido católico (y común) apabullante: la Misa Tridentina, al igual que el «Novus Ordo», nos une a través del tiempo y del espacio a la Comunión de los Santos.
Exactamente.
No es lógico que se quiera restringir La Misa Tridentina que ha estado vigente durante tantos siglos.
Sólo el odio a la Tradición justifica tanta manía a esta Misa.
El demonio no descansa
GRACIAS , CARDENAL ZEN, POR EXPRESAR LO QUE TANTOS CATÓLICOS SENTIMOS Y PENSAMOS. DIOS LO BENDIGA Y LE DÉ LARGA Y FRUCTÍFERA VIDA!
«no fue recibido por el Santo Padre»… Udes. Creen que a un Cardenal, anciano y que proviene de un País muy lejano y comunista se le puede dejar plantado como un geranio, y hala! a echar raíces??? Vamos, a esperar sentado? en mi tierra, entre otras cosas, se le llama mala educación al «plantan te» o sea a BERGOGLIO
¿Qué mal puede haber en hacer accesible a todos la Misa Tradicional?, se pregunta el cardenal Zen…
…Es que (según han confesado los demonios bajo exorcismo) les molesta terriblemente a ellos y a Sat.anás, y es de suponer que este último ya ha dado órdenes para que la quiten de en medio cuanto antes.
La persecución a la misa bimilenaria ha durado cuarenta años. Se trataba de una prohibición de facto, aunque sobre el papel, lo único que se exigía para celebrarla era un «permiso». Una farisea manera de prohibirla, sin dar la cara. SS Benedicto XVI, tan ardiente defencor del concilio y de la «Nueva Teología»en su juvewntud, la liberó de todas las trabas y se pudo disfrutar en multitud de parroquias conciliares sin necesidad de acudir a los valientes lefebvrianos, que hicieron de la misa de siempre su bandera. A pesar de los rumores, creo que la misa formal, respetuosa, trascendente a las lenguas y culturas de los distintos pueblos, durará lo que dure vivo SS Benedicto XVI. Suprimirla ( o ponerle restricciones) de nuevo supondría un evidente choque entre el papa y el emérito. ¿Después? ¡Dios dirá!. Bueno, siempre nos quedarán las parroquias lefebvrianas o de la Fundación San Pedro (mientras la permitan).