La increíble historia del P. Picaña

Por Diego Lanzas
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Las reuniones de la formación permanente se están volviendo muy aburridas. Están empeñados en meternos los conceptos y la neolengua de este pontificado, que si “sinodalidad”, que si “en salida”. Si nosotros salimos, a ver quién entra ahora a hacerse cargo de esto.

Miro las caras de mis hermanos y me imagino en lo que está pensando cada uno. Yo, prefiero dejar volar la imaginación… La increíble historia del P. Picaña, jesuita, que tiene a todo el mundo en vilo. El otro día me contaron algo que …

Se podría decir que el P. Picaña es un jesuita de los de toda la vida. Alto, buen porte, con verbo fácil, siempre cercano en los gestos y en la mirada. Su voz, esa voz que hace las delicias de los ejercitantes. Porque el P. Picaña, además de ocupar relevantes cargos en Roma y en España, siempre ligados a la teología espiritual, es un eximio director de Ejercicios Espirituales de San Ignacio, un orador de lujo. Sus tandas de mes en el verano llevan mucho tiempo con el cartel de “No hay plazas”.

El P. Picaña, que nunca ha sido provincial de los jesuitas pero manda más que ellos, ha recibido de lo más alto una misión, reformar la Iglesia, acabar con los curas homosexuales, cargarse a los seminaristas con pluma, a los tridentinos y a los que caminan. Viaja todos los meses a Roma a recibir instrucciones secretas sobre cómo limpiar la Iglesia en España de obispos conservadores, ratzingerianos, juanpablistas. En sus viajes a la ciudad eterna, entra y sale del sancta sanctórum como perico por su casa. Todo el mundo sabe que trabaja para el Number One y que lo suyo son todo confidencias. Nadie se interpone entre ambos. Ni la poderosa Secretaría.

Hace tiempo que el P. Picaña ha tendido sus redes en las diócesis a través de una agencia secreta de información. El Number One piensa que España es un lío. Y por eso le ha encargado al P. Picaña que trabaje a fondo.  De ahí que este jesuita ha montado algo así como un batallón de Anacletos, agentes secretos. Línea paralela a la Nunciatura, claro. Que el Nuncio, monseñor Piazzabala, parece que no se entera, aunque otros dicen que demasiado, pero calla.

Los Ejercicios Espirituales del P. Picaña, de mes y medio, como no podía ser menos,  son una tapadera para formar a sus células activas. Son la larga mano de la purificación del episcopado y del clero. Todos sabemos en nuestra diócesis quién es el agente del P. Picaña. De hecho, alguno de los agentes del P. Picaña han sido descubiertos por sus obispos e inmediatamente desactivados, a estudiar una temporada a Roma. Pero también hay obispos que pronto se pegaron al lado del P. Picaña y le hicieron su director espiritual. Según las estadísticas del Centro Nacional Eclesial de Inteligencia (CNEI), el 20% de los obispos españoles está en manos del P. Picaña. Obispos algunos que ya son arzobispos e incluso cardenales. Por cierto que varios de los agentes del jesuita han comenzado a recibir cargos diocesanos, que si arcipreste, que si vicario, que si delegado de no se sabe qué, incluso algún obispo auxiliar.

El otro día, una fuente del CNEI, me contó el caso de la diócesis de Algrabía, sede histórica. Tiene esta diócesis un obispo tradicional, al que le gustan las cosas claras, que no chalanea con la progresía, con un Seminario en el que no se enseñan herejías, ni se organizan fiestas los fines de semana. Como el obispo tenía, por su edad, pontificado para rato, un grupo de curas, dirigido por otro obispo de una diócesis cercana, uno que se la tiene jurada al titular porque una vez le dejó en ridículo en una Asamblea Plenaria, decidieron enviar a uno de los descontentos a unos Ejercicios de entrenamiento del P. Picaña.

Y allí se fue todo un mes, y medio, a prepararse para la lucha reformadora de las dos banderas. Volvió hecho un santito. Hasta rezaba el rosario todos los días. Pero allí firmó y selló el documento de pertenencia a la red del P. Picaña. En sus informes mensuales, el jovencito sacerdote, con más ambición que entrega, no hacía más que enviar datos del obispo conservador, ratingeriano, altivo, al P. Picaña. Y como este sacerdote, además, trabaja a tiempo parcial en la curia, iba recogiendo papeles por entre las mesas, informaciones de café de media mañana. Pruebas que inmediatamente ponía en conocimiento del P. Picaña, que a su vez las enviaba a esa Roma que no se despega de un renacimiento que no acaba.

El expediente del obispo de Algrabía crecía y crecía. Había que tomar cartas en el asunto. El P. Picaña, entonces, decidió que lo mejor era irse a ver al obispo de Algrabía y ofrecerse como su director espiritual, ayudarle en su conversión a la reforma del papa, que abriera su alma, que se arrepintiera de sus pecados y se entregara de lleno a los vientos de la nueva iglesia “en salida”. Porque si no, cualquier día recibiría una llamada y tendría que viajar de urgencia a Roma. Allí le esperaba la firma de un documento bajo amenazas de excomunión y una vida de penitencia, oración, disciplina. Y días y días en una oficina de la curia firmando permisos para visitar las tumbas vaticanas.

¿Qué hizo el obispo de Algrabía?

-“Oye, aplaude, coño, aplaude, que ya ha terminado el pesado éste. ¿Pero dónde estás?”

-“Juan, perdona, estaba con la loca de la casa imaginando lo último que me han contado del P. Picaña”.

-“¿Del P. qué?”

-“Del P. Picaña, que rima con…”.

 

Por Diego Lanzas

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Comentarios
11 comentarios en “La increíble historia del P. Picaña
    1. Pero hombre tanto tiempo en infovaticana y no sabe que hablan de German Arana SJ, el verdadero hombre del papa, de quien dicho sea de paso, nadie tiene datos biográficos, ni donde nació, ni en qué año, ni donde se formó ni si estuvo en Roma, si fue o no secretario de Arrupe, rien de rien. ¿Alguien sabe algo?

  1. Pues es lo que ocurrió en Argentina, en la diócesis de San Luis al obispo con 64 años, a los seminaristas de San Rafael y a curas de la misma diócesis, mediante su intolerante obispo… A todos los tenían en el punto de mira para culminar nos! Los curas se han salvado de la purga, de momento….

  2. El común de los católicos no ha entendido nada del texto.
    Y si ese era el propósito, no sé para qué lo sacan en un periódico, es más propio de un chat privado.

    1. Cierto.

      Es bien probable que al común de los católicos pronto les cambien la doctrina de la fe y el rito válido del santo sacrificio de la Misa, y tampoco se den por enterados.

  3. «…que rima con…»

    La migraña que produce esta maraña de referencias a Picaña con más o menos maña, me recuerda a una cabaña perdida en la montaña en la cual crecí entre alimañas y telarañas y me perdía en la musarañas recordando una cena en la Bretaña, con picaña y con xampaña, y con recuerdos de España donde con el tiempo y una caña volvería… y entre el trigo y la cizaña encontraría una ermitaña que trata a todos con saña, que engaña y no desengaña, que encizaña y enmaraña , que tergiversa y amaña. Mala calaña, mala calaña… Medianoche : Santa compaña, camino a ciegas por tierra extraña. Que la paciencia sea mi hazaña. Nada me hiere nada me daña. De amor bendito tu corazón me baña.

    Lo de la rima es lo único que he entendido. Torpeza la mia…Catxins!!!!!!

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