Como cada viernes, les dejo un resumen de lo más destacado de la semana:
Cisma a las puertas
“La Iglesia no puede bendecir las parejas homosexuales”. Así de categórico se muestra el cardenal italiano Camillo Ruini, ex Vicario de la diócesis de Roma. El purpurado espera “de todo corazón que no haya ningún cisma” y reza por ello. Sin embargo, no niega que exista un riesgo de cisma, “pero confío en que, con la ayuda de Dios, se pueda superar”, confiesa.
Se refiere, claro está, al desafío del 10 de mayo, alentado por un sector de la Iglesia en Alemania, cuyos miembros pretenden bendecir parejas homosexuales el próximo lunes, desobedeciendo las directrices dadas por Roma.
Sobre este asunto cabe preguntarse: ¿qué le puede pasar a un obispo que llama públicamente a la desobediencia a Roma o la tolera? ¿Puede un católico que se sienta no representado por su propio obispo en este asunto recurrir directamente a Roma? Un abogado canónico alemán responde a estas preguntas.
A todo esto, ¿es realmente un cisma? Hay ya algo que puede considerarse peor que un cisma, un cisma de las almas, de los fieles, de los pastores, pero sin drama y sin hacerlo explícito. Basta con que nadie pronuncie la palabra ‘cisma’ para que las cosas sigan a partir del lunes más o menos como hasta ahora, en una lenta apostasía, una sangría silenciosa y sin innecesarios dramatismos. ¿Qué podrá hacer el Papa al respecto?
Biden y la comunión
En Estados Unidos ha sido noticia estos días el debate sobre si a los políticos, y Biden como máximo exponente, se les debe permitir recibir la comunión eucarística si estos apoyan el aborto. Salvatore Cordileone, arzobispo de San Francisco, ha declarado en una carta pastoral que quienes rechazan la enseñanza de la Iglesia sobre la santidad de la vida no deben recibir la Eucaristía.
Otro prelado, el de San Diego, considera esta postura un error. “Su lógica es que el aborto y la eutanasia son males particularmente graves… e implican amenazas a la vida humana”, escribe. “Pero, ¿por qué no se ha incluido el racismo en la petición de sanciones eucarísticas contra los líderes políticos?”.
Los inmigrantes y los catequistas
El Papa Francisco ha instituido un nuevo ministerio en la Iglesia: el catequista. La semana que viene se presentará la Carta apostólica con la que hace oficial esta decisión, que dotara al catequista de un sentido vocacional a su misión, no un mero trabajo.
El Vaticano ha publicado el mensaje del Papa para la jornada de los inmigrantes. Para el Santo Padre las migraciones contemporáneas “nos brindan la oportunidad de superar nuestros miedos”. En el escrito denuncia los “nacionalismos cerrados y agresivos” y el “individualismo radical”; ambos, dice, “resquebrajan o dividen el nosotros, tanto en el mundo como dentro de la Iglesia”.
Una ‘catedral’ para el padre Ángel
Mejorada del Campo es una pequeña localidad situada a escasos kilómetros de la capital de España. Este lugar adquirió una fama mundial porque uno de sus habitantes construyó, con sus propias manos, una gigantesca ‘catedral’ con material desechable que casi está finalizada. Seis décadas de trabajo que, según nos han comunicado, ha sido donado al padre Ángel.
El encargado de anunciar al próximo Papa
Si el centro de atención de un cónclave es el señor de blanco que sale al balcón de la fachada de San Pedro, no tiene menor protagonismo el cardenal que anuncia el nombre del susodicho. Este cardenal no se escoge al azar: se trata del cardenal protodiácono. ¿Quién es el encargado de anunciar al Papa en caso de producirse un cónclave ahora?
Las elecciones de Madrid llegan al Vaticano
Las elecciones a la Asamblea de la Comunidad de Madrid no han pasado desapercibidas en el Vaticano, cuyo medio de comunicación ha destacado la victoria del PP y ha tildado de “nacionalistas” a los Abascal.
Belda, el ayudante de Osoro
En el lío inmobiliario que salpica a la diócesis de Madrid ha aparecido un inesperado protagonista: Francisco Javier Belda. ¿Quién es este sacerdote enviado por Roma para ayudar a Osoro? Se lo contamos aquí.
Napoleón y la fe
Esta semana se han cumplido 200 años de la muerte del emperador francés, un personaje en el que muchos vieron al anticristo. Sin embargo, pocos saben su relación con la fe, y cómo murió recibiendo los últimos sacramentos.
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