Ante la posibilidad de la desaparición de la diócesis de Ciudad Rodrigo, la más pequeña de España, las instituciones públicas y la sociedad civil se están movilizando para tratar de evitar esa decisión. Les ofrecemos un artículo de José Ignacio Martín Benito, del Centro de Estudios Mirobrigenses.
EL CLAMOR DE LA SOCIEDAD CIVIL POR LA DIÓCESIS DE CIUDAD RODRIGO:
Diputación, ayuntamientos y asociaciones
Ayer viernes 30 de abril por la mañana, el pleno de la Diputación Provincial de Salamanca hacía una “Declaración institucional de apoyo a la diócesis de Ciudad Rodrigo”, firmada por el presidente de la institución y los portavoces de los grupos parlamentarios PP, PSOE, Ciudadanos y el diputado no adscrito. Con ello, la Diputación se unía al “sentir y la preocupación de los ciudadanos de Ciudad Rodrigo y de los municipios que conforman la diócesis” y firmaban la declaración “para que no se altere el estatuto jurídico de la Diócesis de Ciudad Rodrigo y se nombre un obispo titular propio y residente que pueda continuar con su labor”.
Sin duda, el apoyo manifestado por la institución provincial es muy importante, pues parte de la voluntad de los representantes de toda la provincia, un territorio donde conviven tres obispados: el de Salamanca, el de Ciudad Rodrigo y el de Plasencia. Cobra más importancia, si cabe, y despeja las dudas sobre la voluntad de sus representantes -incluidos los de las comarcas de la diócesis de Salamanca, en un contexto de los rumores de absorción de Ciudad Rodrigo por Salamanca o de unión en la figura de un mismo obispo. Por eso, la declaración de la Diputación provincial, saliendo en defensa de la diócesis de Ciudad Rodrigo y de seguir contando con un obispo propio y residencial, es de reconocer y de agradecer.
Casi en paralelo, ese mismo día, el pleno municipal del ayuntamiento de El Bodón aprobaba la moción que están suscribiendo la mayor parte de los ayuntamientos de la diócesis civitatense, en favor de la continuidad del obispado con un prelado propio, exclusivo y residencial. Veinticuatro horas antes lo había hecho también Pastores. Con estos, son ya más de 40 los ayuntamientos de la diócesis de Ciudad Rodrigo los que han aprobado la moción en sus respectivos pleno. Otros lo irán haciendo a medida que vayan celebrando sus plenos. Así viene sucediendo desde que el consistorio mirobrigense aprobó la moción el 1 de febrero, y remitió al resto de ayuntamientos de la diócesis.
Así pues, a la Nunciatura apostólica del Vaticano en España, a la Conferencia Episcopal Española y a la Congregación de los Obispos de Roma seguirán llegando adhesiones en favor de la diócesis de Ciudad Rodrigo -pequeña en extensión y en habitantes-, pero grande en su historia y vida pastoral.
La movilización de la sociedad civil se ha visto reforzada por las cartas enviadas al Nuncio apostólico de su Santidad en España por el mundo asociativo, como lo han hecho cerca de cuarenta instituciones y entidades públicas y privadas de Ciudad Rodrigo, comarca y obispado.
El Nuncio en España, la Conferencia Episcopal, el Vaticano y el Santo Padre no pueden permanecer ajenos a este clamor que surge desde las entrañas de una tierra desfavorecida y necesitada. ¿Cómo mirar para otro lado y hacer lo contrario de lo que el pueblo pide a sus pastores? Estoy casi seguro de que la sensibilidad y el espíritu franciscano del Papa Francisco hacia los más necesitados no defraudará a los feligreses de la diócesis civitatense en su petición de seguir contando con un obispo titular y residencial en Ciudad Rodrigo, y continuar una tradición con la Iglesia romana, iniciada hace más de 850 años.
Relación de Ayuntamientos que han aprobado la moción en defensa de la Diócesis y por un obispo titular, exclusivo y residencial en Ciudad Rodrigo.
- Ayuntamiento de Ahigal de los Aceiteros.
- Ayuntamiento de Alamedilla.
- Ayuntamiento de Alba de Yeltes.
- Ayuntamiento de Alberguería de Argañán.
- Ayuntamiento de Aldea del Obispo.
- Ayuntamiento de La Atalaya.
- Ayuntamiento de Bañobárez.
- Ayuntamiento de Barruecopardo.
- Ayuntamiento de Boada.
- Ayuntamiento de El Bodón.
- Ayuntamiento de Campillo de Azaba.
- Ayuntamiento de Carpio de Azaba.
- Ayuntamiento de Castillejo de Martín Viejo.
- Ayuntamiento de Cerralbo.
- Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo.
- Ayuntamiento de La Encina.
- Ayuntamiento de Espeja.
- Ayuntamiento de La Fregeneda.
- Ayuntamiento de La Fuente de San Esteban.
- Ayuntamiento de Fuenteguinaldo.
- Ayuntamiento de Fuentes de Oñoro.
- Ayuntamiento de Gallegos de Argañán.
- Ayuntamiento de Hinojosa de Duero.
- Ayuntamiento de Ituero de Azaba.
- Ayuntamiento de Martín de Yeltes.
- Ayuntamiento de Pastores.
- Ayuntamiento de El Payo.
- Ayuntamiento de Puebla de Azaba.
- Ayuntamiento de Puebla de Yeltes.
- Ayuntamiento de Puerto Seguro.
- Ayuntamiento de La Redonda.
- Ayuntamiento de Retortillo.
- Ayuntamiento de La Sagrada.
- Ayuntamiento de Saelices el Chico.
- Ayuntamiento de San Muñoz.
- Ayuntamiento de Saucelle.
- Ayuntamiento de Sepulcro-Hilario.
- Ayuntamiento de Serradilla del Llano.
- Ayuntamiento de Tamames.
- Ayuntamiento de Vilvestre.
- Ayuntamiento de Zamarra.
- Diputación provincial de Salamanca.
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Se debería establecer un premio para el que sea capaz de explicarnos esto: por una parte, nos pasamos el tiempo derramando lágrimas (¿de cocodrilo?) por el triste destino de la España vaciada, pero por otra, vamos vaciándola, desplazando las industrias y suprimiendo sus instituciones, como es el caso del obispado de Ciudad Rodrigo.
Pidan la sinodalidad, donde en un Sínodo comparezcan la CEE y el Vaticano para justificar de manera transparente la causa de la desaparición de la diócesis, y que sea el Sínodo diocesano que debata, delibere y decida si ha de desaparecer. En Italia hay muchas pequeñas diócesis que no se tocan, y es injusto que en España sí: o todos moros o todos cristianos. Además, puede ser el inicio de concentración de las diócesis españolas en unas 20 macrodiócesis, con pocos obispos muy controlados, afectando a la pluralidad y la diversidad.
Que un par de alcahuetas sean capaces, con la lengua, de fulminar a un obispo me parece razón más que suficiente para la supresión de la diócesis de Ciudad Rodrigo…
Más bien para fulminar al que tomó la decisión de fulminar al obispo
Que ha demostrado ser más alcahuete que esas dos a las que usted se refiere
Sobran soplones en Roma y falta verdadera fraternidad en el episcopado nacional. Si tan rehén de esas dos veían al Obispo fulminado lo que tenían era que haberle ayudado (si es que se dejaba, que esa también es otra cuestión que no sabemos)
Italia está preñada de diminutas diócesis, como Europa. Primero que empiecen por Italia. Al paso que quieren ir, en España y en Europa sólo habrán un puñado de obispos de la cañada del Papa reinante. Ya no saben qué hacer.
Siempre he defendido la conveniencia de mantener esas diócesis históricas por pequeñas que sean. Son un magnífico banco de pruebas para los nuevos obispos, que pueden aprender el oficio en lugares donde conocerán por su nombre y apellidos a todo su clero y a buena parte del laicado.
Conviene mantenerlas, oportunamente apoyadas por las diócesis vecinas más grandes o por la sede metropolitana. Si no pueden, por falta del conveniente número de vocaciones mantener un seminario mayor propio, que envíen a sus seminaristas al seminario metropolitano. Y lo mismo puede hacerse con otras funciones y organismos diocesanos.
El presbítero al que le encomiende una diócesis de este tipo, si no tiene afán carrerista y tiene corazón de verdadero Pastor, será un hombre verdaderamente feliz.
De todos esos que emiten comunicados y votan mociones para que la diócesis no desaparezca ¿cuántos van a misa? ¿cuántos aprueban todas las políticas anticatólicas y anti ley natural que se van implantando en España? ¿qué motivo hay para creer que semejantes personas actúan movidos por un fervoroso deseo de mayor gloria de Dios y bien de la Iglesia? ¿cuántos fieles ganará la Iglesia haciéndoles caso?
Niego rotundamente que la Iglesia deba hacer caso a los políticos para escuchar al pueblo; en el mejor de los casos, representan al pueblo político, en ningún caso son representantes del pueblo de Dios. No confundamos los habitantes de un territorio (pueblo demográfico), los que tienen derechos políticos, pueden votar, en un territorio (pueblo político) y los que en ese territorio guardan la fe católica (pueblo de Dios); son tres cosas distintas y el de Dios no debe someter su organización eclesial a los criterios de los otros dos.