Victoria del derecho a evangelizar en el Supremo estadounidense

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Damian Thompson, editor asociado de The Spectator, comenta la reciente sentencia del Tribunal Supremo estadounidense contra las restricciones a la libertad religiosa:

“El Tribunal Supremo dio ayer una sonora bofetada a un college de artes liberales de Georgia que empleó métodos grotescamente autoritarios para silenciar a los estudiantes cristianos que intentaban dar testimonio de su fe.

El Georgia Gwinnett College se enorgullece de ser la universidad más «diversa» del Sur. Pero cuando, en 2016, un estudiante llamado Chike Uzuegbunam intentó evangelizar y repartir panfletos, la “policía” del campus decidió hacerle probar cómo era la vida de los cristianos tras el Telón de Acero. Al parecer, un tipo de diversidad equivocado.

(…) Tras haberse detectado sus actividades el director de la Oficina de Integridad Estudiantil de Gwinnett advirtió a Uzuegbunam de que sólo podía hacer esas cosas en una de las «zonas de libre expresión» de la universidad, siendo «zona» un término bastante exagerado para referirse a dos zonas del campus del tamaño de un montículo de hierba. Y, por supuesto, necesitaría un permiso.

Uzuegbunam siguió adelante. Consiguió su permiso, asegurándose de que la universidad viera todos los folletos que pensaba repartir, y se dirigió a la zona asignada. Poco después de abrir la boca, fue detenido por dos policías del campus que le explicaron que la «libertad de expresión» no incluía nada que perturbara la paz.

La falacia de este argumento no es difícil de detectar. Uzuegbunam no supuso ningún tipo de amenaza para el orden público, a no ser que se considere que un berrinche de algunos estudiantes “ofendiditos” sea una violación de la paz. Se trata de un joven excepcionalmente educado y respetuoso con la ley; de hecho dejó de evangelizar en el campus y se graduó en Gwinnett.

Tal vez la universidad pensó que era un pusilánime. Gran error. Uzuegbunam y otro estudiante que quería evangelizar en el campus demandaron a Gwinnett. Inicialmente no le hicieron mucho caso. Luego, al observar que su ex alumno estaba representado por Alliance Defending Freedom, un bufete de abogados de gran éxito que defiende las creencias cristianas, se apresuró a abandonar su política de zonas de expresión libre.

Demasiado tarde: los abogados de Uzuegbunam llevaron el caso hasta el Tribunal Supremo.

Esta semana el Tribunal Supremo se ha pronunciado sobre si un caso como el de Uzuegbunam había quedado sin efecto por un cambio de política, o si los demandantes en su situación podían seguir pidiendo indemnizaciones en los tribunales.

El tribunal ha decidido que sí, y al redactar la sentencia, el juez Clarence Thomas señala que era «indiscutible» que Uzuegbunam había sufrido una «violación de sus derechos constitucionales cuando los demandados le aplicaron sus políticas de expresión«.

Para sorpresa de muchos, los jueces nombrados por Obama se sumaron a la argumentación de Clarence Thomas. De hecho, sólo hubo una voz disidente, la del presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, nombrado por George W. Bush.

No ha sido una buena semana para el Georgia Gwinnett College. Después de haber entrado en los libros de historia como la «universidad más diversa del Sur de los Estados Unidos» (US News & World Report), ahora se ha descubierto que ha cometido una «violación de los derechos constitucionales» de un joven de origen africano (Tribunal Supremo de los Estados Unidos).”

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Comentarios
5 comentarios en “Victoria del derecho a evangelizar en el Supremo estadounidense
  1. «La libertad es un sistema que se basa en la valentía» Charles Péguy

    Bravo por este estudiante que luchó por sus derechos. No hay que dejar pasar ni uno solo de estos atentados contra la libertad de culto y de predicar el Evangelio, allí donde todavía se pueda.

    Es tremendo que en un Estado como Georgia, donde me tocó vivir hace unos años y todavía había un gran respeto a la Fe cristiana, hoy se comporte de esta manera abiertamente anticristiana.
    Todo un signo.

  2. El anticatolicismo acampa por los campus universitarios. Menos mal que por una vez el Supremo se ha puesto del lado de la justicia.

    1. Gracias a Dios, acaban de sentar un precedente, y la justicia en EEUU, se basa en jurisprudencia, ahora podrán invocar la sentencia, que encima ha sido por abrumadora mayoría. Tal vez incluso pueda servir para darle a facebook y twitter.

  3. Hay una pregunta en el aire que no ha sido respondida
    ¿A cuanto asciende la multa y la indemnización que esa universidad tan «diversa» ha tenido que pagar por el daño cometido?
    Porque mientras no les toquen el bolsillo, esa sentencia no pasa de ser un pellizco de monja

  4. Necesitamos hombres y mujeres como este que defienden su fe hasta las últimas consecuencias. Llevemos a la Corte Suprema a quienes vandalizan templos y nos agreden y no son castigados por las autoridades que están de su parte.

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