Se cumple el octavo año de la renuncia que cambió la Iglesia

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El 11 de febrero de 2013, el hoy Papa emérito, Benedicto XVI, renunció a su cargo como Sumo Pontífice.

Hoy se cumplen ocho años de la renuncia de Benedicto XVI. El 11 de febrero de 2013, el hoy Papa emérito, renunció a su cargo como Sumo Pontífice. Fue el 28 de febrero de ese año cuando se hizo efectiva su renuncia y se trasladó a Castel Gandolfo.

A su llegada al pequeño pueblo pegado al lago Albano, se dirigió a las personas congregadas en la plaza y les dijo: «Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en esta tierra».

En una entrevista con el teólogo Elio Guerrero, autor de una biografía del propio Ratzinger, el Papa emérito explicó que una de las principales razones por las que renunció al pontificado en febrero de 2013 fueron sus limitaciones físicas y problemas de salud, que le impedían seguir viajando y cumplir con su deber como Sumo Pontífice.

“Tenía dos convicciones bien precisas: después de la experiencia del viaje a México y Cuba, ya no me sentía en la capacidad de hacer un viaje tan fatigoso”, contó Benedicto refiriéndose a la Jornada Mundial de la Juventud que iba a celebrarse ese mismo año en Río de Janeiro.

“Experimenté los límites de mi resistencia física. Sobre todo me di cuenta de que no podía afrontar en el futuro los vuelos transoceánicos por el problema del huso horario”, explicó.

Ratzinger asegura que no se veía capacitado para asistir a la JMJ y que fue esta la principal razón por la que decidió renunciar a su cargo. “Además con la estructura que San Juan Pablo II dio a estas jornadas, la presencia física de un Papa era indispensable. No se podía pensar en una conexión televisiva o en otras formas respaldadas por la tecnología”, cuentaba en la entrevista.

“Esta era una circunstancia por la cual la renuncia era para mí un deber. Tenía finalmente la confianza de que sin mi presencia el Año de la Fe habría llegado a buen fin. La fe, de hecho, es una gracia, un don generoso de Dios para los creyentes”, dijo Benedicto.

Asimismo, explicó que habló de estos problemas con su médico y que “desde entonces en adelante lo que tocaba era decidir en un tiempo relativamente breve la fecha de mi retiro”.

Es difícil de creer, que, tras cientos y cientos de años en que los Papas no se movían de Roma -o de Aviñón-, se de un peso tal a los viajes pontificios que el no poder realizarlos lleven a renunciar al cargo. Quiero creer que esa no fue la razón.

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Comentarios
15 comentarios en “Se cumple el octavo año de la renuncia que cambió la Iglesia
  1. Si hubiera sido buena la renuncia hubiera sido bueno el resultado eso es evidente aunque los descere brados, los menti rosos o los mal vados puedan decir lo que quiera no veo multitudes agradeciendo a Benedicto su renuncia en esta fecha pero los necios y jodi dos son multitud en estos días.

    1. Todos cometemos errores, y los papas también. La diferencia está en la frecuencia y cualidad de los mismos, y así, mientras Francisco abunda en graves equivocaciones, en el Papa Benedicto XVI son una excepción. Y entre los pocos que cometió durante su ministerio pontificio, se cuenta el de dimitir. No me parece convincente el argumento de que le faltaban las fuerzas físicas, y que “no podía afrontar en el futuro los vuelos transoceánicos.” Hay que saber establecer las prioridades. La Iglesia funcionó muy bien casi dos mil años sin JMJ y sin papas viajeros, y si Benedicto XVI hubiera tenido que limitar sus presencia es esos encuentros no hubiera pasado nada.

      1. Durante estos ocho años se ha demostrado que el Papa Benedicto XVI ha conservado bien su capacidad mental, y eso es lo importante para gobernar la Iglesia. Tal vez él pensó que se iba a deteriorar más, pero no ha sido así.
        Además, tras su dimisión, los cardenales nombraron a un sucesor que nos lleva por derroteros de ambigüedades, errores teológicos y torpezas pastorales. Por todo lo cual podemos concluir que la dimisión del Pontífice Ratzinger fue errónea en sus motivaciones y en sus consecuencias.

  2. En algún momento de la historia se descubrirán los verdaderos (y turbios) motivos por los que Benedicto se vio obligado a dejar el timón de la Barca de Pedro.
    Esta barca hoy en angustiosa fuga, como hospital de campaña y como baluarte del pob rismo y de la co rrupción, no es la Ig lesia en la que fui bau tizado.
    La desazón cunde en millones de cat ólicos.

  3. Hoy en día, la «nueva normalidad» ha impuesto al mundo la «conexión televisiva o en otras formas respaldadas por la tecnología» para la mayoría de las relaciones, con la anuencia de la Santa Sede. El Papa Francisco sigue en su trono pese aa ello, y ha durado más de lo que duró Benedicto en su papado. Y Ratzinger gozaba de suficiente salud para que al día de hoy esté vivo, y notoriamente mejor que Juan Pablo II en sus últimos días. D__s juzgará…

        1. Tengo el mismo derecho de preguntarle a Ud. que Ud. dice tener para preguntarle a Martín Bilotta, los derechos no son sólo suyos ¿Es Ud. francis quista no es así? Recuerde responder
          Y como francis quista es de izqu ierda aunque no milite.
          Me lo imagino como don Fulge ncio personajes de los Papeles de Benajamín Benavidez, el judío dice de este personaje: «más le valiera haberse casado», «nunca falta un roto para un descosido. Y los hijos hubiesen sido robustos. Él es cominero, movido y pesetero: hubiera podido manejar una casa sencilla ayudando a su mujer igualmente sencilla. Por ahí sí hubiera podido alcanzar una especie de perfección, una vida humana digna: la paternidad hubiera roto la costra del egoísmo; y esa salida de sí mismo, que es condición de la vida virtuosa, la hubiese podido operar la familia… Pero así como está ahora, es un monigote, un títere, una mojiganga tirada por hilos y sin nada adentro, ….»

          1. Alberto Ramón Althaus,

            Lo que usted imagine dice mucho de usted; no de mí.
            En palabras de Jesús :» de lo q hay en el corazón habla la boca».

      1. Martín Bilotta,

        No se tome a mal mi comentario.Hace tiempo q tengo ganas de conocer a un judío por temas bíblicos.

        No era con mala intención.Si le he molestado, discúlpeme por favor

  4. El titular de la noticia está muy bien escogido. La errónea decisión de renuncia de Su Santidad Benedicto XVI, cambió la Iglesia al dejarla en manos de Francisco. Fue un cambio para peor, pues mientras el Papa alemán era un excelente teólogo y un brillante pastor, que no solía cometer deslices; en cambio Francisco es un desastre, una cascada de errores, que está perjudicando gravemente la Iglesia.

  5. Benedicto es un hombre de Dios,no es un impulsivo que dimitió porque se cansó.Obviamente lo rezó mucho,siempre buscando darle el gusto a Jesucristo.Si vino Francisco,no es culpa de Benedicto y Dios,que sabe más que nosotros,sacará bien de mal.

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