El nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, ha confirmado que la carta de la Asociación Profesional de la Guardia Civil (APROGC) al Papa sobre la “connivencia” de algunos sacerdotes de la Iglesia vasca con ETA, fue remitida a la Secretaría de Estado del Vaticano.
En la nota pertinente, la Nunciatura Apostólica señala que es su “praxis normativa y general” transmitir a los oficios competentes de la Curia Romana, “principalmente a la Secretaría de Estado” del Vaticano, “todas las correspondencias que llegan en su oficio y que están dirigidas al Santo Padre, de las más importantes hasta a las más sencillas peticiones de oración”.
En este caso se trataba de una carta en la que la APROGC, cuya presidente, Begoña Uña, se reunió con Bernardito el pasado lunes , protestaban por la “connivencia” de algunos sacerdotes de la Iglesia vasca con ETA.
La carta de la APROGC hace referencias a declaraciones como las vertidas en un documental por el párroco de Lemoa, en Vizcaya, en las que el sacerdote, en palabras de los agentes, “justificaba a la banda terrorista relativizando sus atentados”, y pide al Papa que muestre en este caso que es “inflexible contra actitudes impropias del personal de la Iglesia”.
En la nota de la Nunciatura se añade que junto al documento de la APROGC, se han transmitido asimismo los textos de la Diócesis de Bilbao, documentos públicos y disponibles en el sitio web de la Diócesis, referentes al caso.
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Es lamentable que hay sacerdotes vascos que dan algún forma de apoyo a ETA.
Lo que han debido pedir los de la Guardia Civil es que los sacerdotes, solo tengan una afinidad: con Cristo, ninguna parcialidad ni hacia eta, ni hacia la Guardia Civil. Habrá que averiguar, si hay dineros de por medio, que por lo general suele inclinar la balanza, de repente alguna ong o algo por el estilo que financie a esos sacerdotes (?!)
Ha sido lamentable en muchos países cat ólicos que han sufrido la crueldad de la v iolencia ter rorista (en Europa, América, África y Asia), la activa participación del cle ro dio cesano y reg ular. En muchos casos con el conocimiento (a través de los nu ncios) y la anuencia tácita, de las oficinas vat icanas durante varios pon tificados post CVII…
Sobre éste tema no se debe olvidar a un tal setien que fungía de «obispo» mientras se negaba a oficiar funerales de militares, policías y guardias civiles asesinados por los asesinos de eta.
Igual hacían bastantes «sacerdotes» partidarios y, quizás algo más, de los asesinos.
Todo ello con un clamoroso y pavoroso silencio por parte del vaticano y los jesuitas, entre otros, y especialmente estos últimos que al parecer tuvieron mucho que ver en el nacimiento, posterior desarrollo y crecimiento de esa banda de criminales
No olvidemos el dicho español: «quién calla otorga».
Es una verdad como un templo.