El Papa Francisco quiso que algunas personas sin hogar que frecuentan las inmediaciones de la Santa Sede recibieran la vacuna contra el coronavirus. Por eso, esta semana, el Vaticano ha vacunado a 25 de esas personas.
Vatican News nos cuenta el caso, por ejemplo, de Mario, que está en una silla de ruedas porque no tiene piernas. El año pasado perdió su pensión de invalidez y se encontró en las calles de Roma justo en el momento del primer confinamiento de la pandemia y la llegada de la primera ola de coronavirus.
Él, al igual que otras personas pobres que frecuentan los alrededores de la Plaza de San Pedro, está hospedado en el Palazzo Migliori, la instalación puesta a disposición por decisión del Papa Francisco para sacar de las calles a las personas sin hogar.
«Salió muy bien, ahora tengo una seguridad extra», dijo Mario al salir del Aula Pablo VI, después de recibir la primera dosis de la vacuna. El Papa Francisco, que ya ha sido vacunado, decidió donar parte de las dosis disponibles para la campaña de vacunación del Vaticano a los más necesitados. «Agradecemos al Papa el regalo que nos ha hecho», reitera Mario y las otras 24 personas que, como él, han recibido la primera dosis esta semana.
«Es la realización de lo que dijo el Papa Francisco: nadie se salva solo y todos estamos en la misma barca», explicó a Vatican News Carlo Santoro, de la Comunidad de Sant’Egidio, que durante décadas ha sido uno de los trabajadores que se ocupan de las personas sin hogar en la zona de la Plaza de San Pedro y de los huéspedes del Palacio Migliori. Los pobres, explicó Santoro, han tenido muchas dificultades durante este año; sólo hay que pensar en la dificultad de recibir limosna o un simple bocadillo de las tiendas que ahora están cerradas.
«Incluso dentro del palacio ha habido casos positivos de coronavirus», dijo Santoro, subrayando que a veces no ha sido fácil explicarles la importancia de la vacunación. Muchos de ellos tenían miedo de la inyección y la aguja, o tenían miedo de las contraindicaciones de la vacuna, explicó Santoro.
Correspondió a los médicos y al personal sanitario disipar cualquier duda reiterando los efectos beneficiosos a largo plazo de la vacunación. «Aunque la importancia de este gesto no quedó inmediatamente clara para todos», dijo, «para todos ellos será una liberación porque la única esperanza de salir de la pandemia es vacunarse».
Durante la vacunación estuvo presente la Limosnería Apostólica de la Santa Sede, con el cardenal polaco Konrad Krajewski, quien superó precisamente el coronavirus hace unas semanas.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Ojo que en la cola de personas menesterosas para vacunar, no se cuele algún alcalde o sus «técnicos» colaboradores.
25 pedigüeños menos, pero para tan poco ahorro, se podían haber ahorrado las 25 ejecuciones.
Demagogo !! Que rey se han conseguido que reine sobre ustedes !!
Las estu pideces más grandes provienen mayormente desde Bruselas (todavía me acuerdo la limitación horaria para ir a buscar a un acusado en un registro en una vivienda) Ésta es magnífica. Yo a ese juez, me lo paseo sin mascarilla por la UCI del hospital donde yo estuve ingresado (por suerte no llegué a estar en UCI). Sólo eso, que se dé una vueltita y después hablamos de quién tiene que regular el uso o si afecta derechos fundamentales. En fin…
Supongo que antes les habrán vacunado contra el virus más dañino, el peca do, el causante de la segunda muerte, el infi erno, que es eterno. Esta vacuna es el anuncio del evangelio sin cortapisas. Sólo así estarán en condiciones de disfrutar un día de un hogar para siempre, el cielo..