Sobre la benevolencia en el juicio

|

“Señor… que mi disparo sea certero… sin odio en el corazón”

Esta frase que está tomada de la Oración del Soldado, bien puede ayudarnos a reflexionar sobre la Benevolencia en el juicio, es decir la buena intención que uno presupone al juzgar el obrar ajeno, mientras no sea evidente lo contrario.

La benevolencia en el juicio, no se opone a la firmeza con la cual hay que defender la verdad y el bien. Esto lo veo expresado en la frase de la oración del soldado, que encabeza esta reflexión.

Es bueno recordarlo en estos tiempos, en que algunas cosas dichas o hechas, por el Papa o algunos prelados, son juzgados por algunos como si el resto del Magisterio hubiera sido abrogado, cuando en realidad sigue plenamente vigente.

La sensatez que siempre nos debe guiar, nos permite entender que los dichos o hechos actuales deben ser considerados en armonía con el Magisterio anterior y el Evangelio, excepto que se excluyan mutuamente, pero la benevolencia en el juicio nos hace tener presente que no se ha querido excluir, el Evangelio o aquello que es perenne en el Magisterio, salvo que expresamente se haya dicho.

Alguien puede decir, que con aviesa intención se obra a medias, pero esto presupone un fundamento serio y externo a mi percepción. De lo contrario no hay benevolencia en el juicio, sino “maldad en el corazón”.

Si el soldado no debe tener odio en el corazón, ni siquiera contra quien viene a matarlo, y a quien debe darle un tiro certero. Tampoco nosotros debemos tener enojo en el corazón, cuando con firmeza debemos defender el Evangelio y aquella enseñanza perenne del Magisterio.

También debemos tener presente, que la unidad de doctrina está en aquello que es esencial o necesario, para la Salvación Eterna… que cualquier otra cosa menor a esto es secundaria y puede ser tratada con libertad (claro siempre dentro de los márgenes de la libertad que son la verdad objetivo y el bien que de ésta se deriva).

Y dentro de las cosas que pueden ser tratadas con libertad habrá algunas que tendrán más conveniencias que otras, la cual puede ser una conveniencia objetiva y en otros casos subjetiva, pero siempre estaremos dentro de aquello que se puede abordar con una libertad mayor o menor, dependiendo de lo que uno pueda decidir.

Volviendo al inicio de esta reflexión, que el Señor Jesucristo cuyo nacimiento estamos celebrado, nos de firmeza para defender nuestra Fe Cristiana y Católica, nuestra Patria y nuestra Familia; y que ésta firmeza, distintiva del soldado valiente no oscurezca la luz de bondad que siempre debe haber en nuestro corazón, aun en las circunstancias más apremiantes, como cuando se debe realizar un “disparo certero” contra el agresor.

Que la Benevolencia en el juicio, sea siempre nuestra guía y nuestra elección aún en las situaciones que pueden provocar algunas dudas.

Nunca presupongamos la mala intención, pero la cautela siempre debe estar despierta.

 

Julio Tomás Celis

Profesor de Filosofía y Teología

La Plata – Argentina –

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
13 comentarios en “Sobre la benevolencia en el juicio
  1. Error, error, error. Todo correcto excepto el siguiente párrafo:
    «También debemos tener presente, que la unidad de doctrina está en aquello que es esencial o necesario, para la Salvación Eterna… que cualquier otra cosa menor a esto es secundaria y puede ser tratada con libertad (claro siempre dentro de los márgenes de la libertad que son la verdad objetivo y el bien que de ésta se deriva).»
    Error garrafal. Menos mal que estoy aquí para detectarlo.

  2. Explicación:
    1. «lo que es esencial y necesario para la salvación» es el dogma de fe.
    2. Está diciendo que la doctrina sólo consiste en los dogmas de fe y el resto de doctrina lo desecha como secundario y que por tanto cada uno es libre de creerlo o no. Esto es falso.
    La unidad de doctrina es la totalidad de la doctrina, que incluye dogmas de fe y otras verdades de fe, secundarias y no necesarias para la salvación, pero obligatorias de creer para ser catolico, pues también son verdades reveladas. Es absolutamente mentira que la Iglesia católica haya dado libertad de opinión en todo lo que no sea dogma. Así precisamente es como el modernismo ha ido destrozando la Iglesia.

  3. ¿Pero en qué se basa para decir esta barbaridad sobre la doctrina? Jesucristo no puso ni un sólo dogma, puso su doctrina, y es la Iglesia la que buscando en esa doctrina verdadera, la que ha ido poniendo dogmas de fe. ¿Si la iglesia saca los dogmas de la doctrina, cómo va a ser esa doctrina originaria libre de creer y libre de tratar con libre decisión? Eso es lo que han hecho, cambiar la doctrina por otra doctrina modernista estrafalaria con el pretexto de que no era dogma de fe y los dogmas permanecian intactos. Los anatemas de excomunion de Trento son dogmas de fe y han sido cambiados o no se aplican. Dejen ya de marear, que no cuela.

  4. Can. 750

    § 1. Se ha de creer con fe divina y católica todo aquello que se contiene en la palabra de Dios escrita o transmitida por tradición, es decir, en el único depósito de la fe encomendado a la Iglesia, y que además es propuesto como revelado por Dios, ya sea por el magisterio solemne de la Iglesia, ya por su magisterio ordinario y universal, que se manifiesta en la común adhesión de los fieles bajo la guía del sagrado magisterio; por tanto, todos están obligados a evitar cualquier doctrina contraria.

    § 2. Asímismo se han de aceptar y retener firmemente todas y cada una de las cosas sobre la doctrina de la fe y las costumbres propuestas de modo definitivo por el magisterio de la Iglesia, a saber, aquellas que son necesarias para custodiar santamente y exponer fielmente el mismo depósito de la fe; se opone por tanto a la doctrina de la Iglesia católica quien rechaza dichas proposiciones que deben retenerse en modo definitivo.

  5. Esto se va convirtiendo, en una Iglesia, que ya nadie sabe lo que es la verdad.
    Se opina de todo, se sabe de todo, se manipula todo.
    Volvamos a empezar, todo lo necesario esta en el evangelio, los preferidos de Dios siempre fueron los humildes, que son los que siguen su camino, confiando en El.
    Nuestra meta es la santidad, hay que dejar todo lo que no nos conduzca a ello.
    No todas las «verdades» que sabemos son verdades, como también hay algunas que nunca las sabremos, dejemos a Cristo que sea El el que gobierne el mundo.
    Oh Madre de Dios, enseñanos a vivir los acontecimientos de la vida como los viviste tú, la más grande de las criaturas, porque fuiste la más humilde, y confiaste plenamente en Dios.

  6. Lectura de hoy para Belzu …

    La noticia que hemos oído de él y que nosotros les anunciamos, es esta: Dios es luz, y en él no hay tinieblas.
    Si decimos que estamos en comunión con él y caminamos en las tinieblas, mentimos y no procedemos conforme a la verdad.
    Pero si caminamos en la luz, como el mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
    Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
    Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad.
    Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
    Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo.
    El es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

  7. No creo que se atravieran a publicar lo que Viganó ha dicho sobre el Belén que han plantado en la Plaza de San Pedro.Yo estoy completamente de acuerdo con Viganó,no deja títere con cabeza,siempre con educacion, doctrina y Verdad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles