«Para el ecumenismo no hay atajos, porque el ecumenismo verdadero transita por el camino de la verdad creída y practicada».
La Iglesia celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero de 2021 con el lema “Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia” (cf. Jn 15, 5-9). Ya están disponibles los materiales que preparan conjuntamente el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias.
(Isabella Piro/Vatican News)- «Para el ecumenismo no hay atajos, porque el ecumenismo verdadero transita por el camino de la verdad creída y practicada» escribe la Conferencia Episcopal Española (CEC) en un mensaje publicado con motivo de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se celebrará del 18 al 25 de enero de 2021. El tema elegido para el evento, tomado del Evangelio de Juan (15, 1-17), es «Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia» y para profundizar en él, el tradicional material preparado para la ocasión, lo realizó la Comunidad Monástica de Grandchamp, en Suiza.
La unidad de la Iglesia – escriben – no es fruto de nuestros consensos, de los acuerdos que podamos lograr entre confesiones cristianas, aunque esta búsqueda de acuerdo sea asimismo necesaria para acercarnos a la unidad que Cristo quiere para su Iglesia. “Para que estos acuerdos sean eficaces y produzcan fruto es necesario que sean vividos y logrados por sus protagonistas como lo que de verdad son, obra del Espíritu Santo. De ahí que el ecumenismo espiritual tenga tanta importancia y deba ser valorado como verdadera intendencia de cuanto hacemos los cristianos de unas y otras confesiones por lograr la unidad visible de la Iglesia”.
Si, en efecto, se cede a la tentación de detenerse sólo en las dificultades y obstáculos que persisten entre una Iglesia y otra y entre las Iglesias y comunidades eclesiales, se comete «un grave error», “de no hacer justicia a la verdad de la fe que profesamos cada una de las confesiones cristianas”. En este sentido “para el ecumenismo no hay atajos, porque el ecumenismo verdadero transita por el camino de la verdad creída y practicada”. Los prelados españoles son conscientes, por supuesto, de las dificultades que persisten, que son evidentes y que es inútil negar. Pero esto debe ser una invitación a «orar con intensidad por la unidad» de la Iglesia.
La CEE exhorta a tener plena confianza en la palabra de Cristo y a “permanecer unidos a Él». En el momento en que nos alejamos de Cristo – es de hecho la advertencia de los obispos – todos nuestros proyectos de unidad para la Iglesia tropiezan se ven obstaculizados. El mensaje de la Subcomisión Episcopal concluye con una invitación, dirigida a todos, a «conversión a Cristo, encomendándonos recíprocamente para que podamos cumplir en nosotros su voluntad y se haga realidad la unión de los cristianos en él».
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Efesios 4 Biblia Eunsa
1. Así pues, os ruego yo, el prisionero por el Señor, que viváis una vida digna de la vocación a la que habéis sido llamados,
2. con toda humildad y mansedumbre, con longanimidad, sobrellevándoos unos a otros con caridad,
3. continuamente dispuestos a conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
4. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como habéis sido llamados a una sola esperanza: la de vuestra vocación.
5. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
6. un solo Dios y Padre de todos: el que está sobre todos, por todos y en todos.
La unidad de la Iglesia es fruto de la Verdad y de la unión de los sarmientos a la Vid. No es, ni siquiera a corto plazo, fruto de consensos, tomas y dacas, o negociaciones varias. Somos apóstoles, enviados a evangelizar, y no mercaderes del templo.
……no «construimos» la verdad, sino que transmitimos la Verdad, que se nos ha revelado. Y profundizamos en la Verdad.
Con nada de lo que dicen estoy en comunión y a mucha honra, porque seguiré en comunión con lo que los católicos han creido siempre y con lo que la iglesia catolica ha enseñado y condenado siempre, pues durante 1965 años la iglesia no ha podido errar tanto. Seguiré creyendo lo que creyó santa Teresa. Y ellos sabrán con quien estarán en comunión.