Mea culpa

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Ayer publiqué un artículo probablemente precipitado en el que vertía una dura crítica contra un sacerdote, Emilio-Jesús Montes Romero, cura-párroco de la Parroquia del Cristo de Valdepeñas, cuyo vídeo dirigiéndose a los feligreses para animarles a la generosidad con la parroquia tras unas costosas obras se hizo, como suele decirse, viral.

Y mi reacción fue, con toda probabilidad, injusta, al menos en el sentido profesional de que obvié todo contexto y ni siquiera tuve la prudencia de hablar con el protagonista para conocer su versión.

No me excusa en absoluto el hecho de que uno no siempre esté en condiciones de tratar todos los temas con la diligencia profesional que merecen, sobre todo por razones de tiempo y medios. Por eso quiero pedir disculpas a los lectores por mi negligencia y, especialmente, a don Emilio por todos los juicios temerarios y poco caritativos que vertí en estas páginas. Mea culpa.

En realidad, el blanco de mi crítica no iba dirigido a este sacerdote en concreto, cuyo caso usé como la proverbial anécdota que me permitía hablar de algo mayor y más universal, algo que llevamos viviendo desde los bancos desde hace mucho tiempo y que se ha intensificado con las restricciones impuestas con la excusa de la pandemia.

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Comentarios
19 comentarios en “Mea culpa
  1. Felicito a Carlos Esteban por su gallardía. Equivocarse es humano. Rectificar y pedir perdón enaltece a la persona. Sus artículos, en general, son muy buenos, el que se refiere a este sacerdote fue desafortunado.
    Gracias Carlos Esteban. Nos da un ejemplo de humildad.

    1. Señores de Infovaticana, no entiendo. Mis comentarios siempre aparecen pendientes de moderación, como el que acabo de realizar, el cual no tiene nada de lesivo, por el contrario, estoy felicitando a Carlos Esteban.
      Gracias.

  2. Está bien reconocer la falta de profesionalidad, que consiste en este caso en no haber hablado con el sacerdote para cotejar su versión. Pero eso no significa que las palabras que pronunció el buen sacerdote, y el tono en el que fueron pronunciadas, fueran adecuadas. Una cosa no quita la otra, como el propio periodista afirma.

  3. Creo que debe restituir la fama de un sacerdote ejemplar como es Don Emilio. Si no no volveré a estimar la credibilidad de esta página. Anoche publiqué tres comentarios con el nik «valdepeñero decente», absolutamente correctos y todavía están valorándolos, mientras que aparecían comentarios absolutamente denigrantes contra un sacerdote bueno y fiel.

    1. La relevancia que le ha dado a la excusa don Carlos es la misma que le dio al artículo, con foto incluida y titular que no deja nada a la imaginación, por lo que se entiende que cumple de sobra con el deber cristiano de enmendar en lo posible el entuerto. Y que Dios le perdone y le siga colmando con su gracia. Y a ese padre valiente que ha decidido que su iglesia no se va a venir abajo por incuria de nadie, aunque haya podido meter la pata en las formas para exigir un último esfuerzo. Bien por los dos. Dios sigue actuando entre nosotros en este mundo gris y pacato.

  4. Los juicios temeremos y poco caritativos ??
    Falta de Prudencia??
    Por fin se han dado cuenta de lo que algunos venimos advirtiendo y diciendo desde hace ya tiempo ….y por supuesto se nos censuran los comentarios que lo muestran ….
    Celebro el reconocimiento y deseo que sea un antes y un después …. en este blog

  5. Excelente nota de excusas.
    Es muy difícil encontrar en estos tiempos de fanatismos, injurias y coimas a periodistas tan responsables y nobles en su tarea como Carlos Esteban.
    Felicitaciones!!!

  6. La verdad es que cuando lo leí, me pareció más del estilo de La Cigoña, que no de esta página, pero por caridad no quise decir nada.
    D. Carlos Esteban, usted siempre es brillante, y un pequeño desliz, no desdice una trayectoria. Ánimo y adelante, que hace usted muy buena labor. Todos podemos excedernos alguna vez en nuestros comentarios. Así que nada: «Borrón y cuenta nueva». En cualquier caso, vale me algún pequeño exceso con tal de defender la verdad, que con tal de no equivocarnos estar siempre callados.

  7. Pues a mí su artículo de ayer me pareció atinado, D. Carlos. Este sacerdote tendrá muchas cualidades, pero aquella reprimenda a los fieles resultó muy desafortunada, tanto por el fondo como por el tono empleado. Una feligresía que ha sido capaz de reunir mediante suscripciones 600.000 euros, como el mismo cura reconoce, merece un aplauso y no una regañina y, menos, con ese tono tan mundano.

  8. Pues yo disfruté como un enano con el vídeo. 10 minutos antológicos. Dijo muchas, pero que muchas verdades, de esas de a pie de calle, de las cercanas, de las que vemos todos los días. Ya era hora, hombre, de que alguien dijera las cosas sin tapujos: tacaños, roñosos, miserables, a ver si os sonrojáis de la vergüenza, que lo mejor que tenéis es vuestro templo y lo que se realiza en él. Ya basta de monedicas de cobre sin valor, de tirar la calderilla para que no estorbe en el monedero, de poner la mano sobre la cesta para que todos lo vean, pero sin nada de valor dentro…. Muy bien por el cura. Alguien tenía que decirlo y lo dijo él y nadie más. Con un par. Así son los profetas. Y el que se pica, ajos come.

    1. Sí, unos fieles roñosos y que echan monedas de cobre en el cepillo pueden reunir 600.000 euros como han reunido los feligreses de este cura. Por cierto, ¿a los curas quién les dice las verdades?

      1. Es evidente que los 600.000 los reunieron los generosos, no los roñosos, que de todo hay en la viña del Señor.
        A los curas les decimos las verdades muchísimos en la cara y a través de las redes sociales. El año pasado, un dominico me quería excomulgar y yo le quería retirar las licencias para predicar y confesar.

  9. Le honra a Carlos Esteban está corrección: errar es de humanos, corregirse de sabios, perseverar en el error de demonios.

    Y me reafirmo en lo dicho en un comentario anterior: si bien yo no habría dicho eso así, confío, por principio, en el criterio del pastor.

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