Por fin un prelado católico muestra su desacuerdo con la decisión del Gobierno de ‘resignificar’ el Valle de los Caídos y de, con total probabilidad, expulsar a la comunidad benedictina que regenta la Basílica que allí se encuentra. Pero no, no lancen las campanas al vuelo, no ha sido un obispo español.
Se trata de Héctor Aguer, el arzobispo emérito de La Plata -el Papa aceptó su renuncia tan sólo 9 días después de cumplir 75 años-, quien ha escrito un artículo en InfoCatólica en el que habla de ‘memoria’ y en particular de la iniciativa gubernamental en España.
El Gobierno de España “está empeñado en profundizar a fondo la secularización de la sociedad, que desde hace tiempo se viene impulsando con un carácter decididamente anticatólico”, escribe el arzobispo argentino. “La mala memoria se apoya ahora en una Ley de Memoria Histórica hemipléjica, que calla por sistema las persecuciones que ha padecido la Iglesia en el siglo XX”, afirma Aguer, que asegura que la futura ley tiene “el propósito de liquidación contra la tradición española ya debilitada”.
El traslado de los restos Franco, dice el prelado, “ha sido el inicio del desmantelamiento del monumental complejo del Valle de los Caídos”. “¿Por cuánto tiempo podrá mantenerse allí el monasterio, centro de oración que asume la dolorosa historia española?”, se pregunta.
Llama la atención, señala, “la lenidad del episcopado” -blandura-, “salvo alguna honrosa excepción, que debió y debe protestar sin vacilaciones contra el atentado que se está perpetrando”. En esta última frase discrepo con el arzobispo, ya que, y que alguien me avise si se me ha pasado, no he visto ninguna ‘honrosa excepción’. Héctor Aguer escribe una dura frase: “para numerosos fieles se trata simplemente de complicidad con la destrucción de lo que resta de la España católica”.
“Desde los años posconciliares el progresismo teológico, espiritual y pastoral ha venido socavando los cimientos de la ortodoxia eclesial, de la misión y de la proyección de la fe en la vida y cultura de la sociedad”, añade. “El «diálogo» y la «cultura del encuentro» no justifican la mala memoria”, asegura el prelado utilizando dos términos muy usados en el pontificado de Francisco.
“Será imprescindible intensificar la oración: apelar a la gracia de Dios, invocando la intercesión de la legión innumerable de santos hispanos, confesores de la fe, vírgenes y mártires”, concluye el arzobispo emérito de La Plata.
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Un obispo hispanoamericano defiende mejor la cristiandad en España que la mayoría de nuestra Conferencia Episcopal. Mi aplauso a Monseñor Aguer.
¡EL VALLE NO SE TOCA!
¡Olé! por el Monseñor, ¡torero, torero, torero…! Estamos en una España de acomodaticios, y desagredicidos cobardes de la herencia que recibieron de miles de mártires y por la que, desde los obispos hasta el último laico podía vivir su catolicismo gracias a ellos que dieron su vida y sus cosas. Y ya se sabe la ley de disonancia cognitiva de Festinger: se escudan en muchas supuestas razones para tener las tragaderas que tienen. Ley de disonancia que, por cierto, ya enumeró muy bien San Agustín: si no obras como debes acabas pensando como obras (retuerces el pensamiento veraz para no sufrir la incoherencia). En esas estamos.
Los más valientes se fueron a America y en España impera desde el 39 el
Servilismo y la cobardía.
Si empezando por aquel acuerdo en el que el dictador tenía potestad para decidir sobre el nombramiento de obispos españoles.
Acertadas palabras de Mons. Aguer.
Los obispos españoles, a nivel colegiado, sin embargo, no se han atrincherado en el silencio, sino que se han alineado claramente a favor de la tarea de demolición. Las perlas de Omella hace unos días, atacando a los monjes por «decir determinadas cosas» y culpándoles indirectamente de la situación, son una prueba.
…..¿y el silencio TAN ELOCUENTE de Roma?……
No te prives de darle un tomatazo o un huevazo a tu obispito en la próxima procesión en que aparezca. También un buen megáfono para llamarles cobardes es bien recibido. ¿No quieren dar la nota, verdad? pues encerrados en el obispado hasta la jubilación.
Pues no es una mala idea. Que no les salga gratis.
Aquí quien tiene la culpa es el Papa, es una Basílica Vaticana; los obispos obedecen lo que él les dice.
El emérito buonarense que no tiene nada mejor de lo que hablar… Así acaban algunos… meros comentaristas.
Creo que todo el terreno y la Basílica pertenece al Estado, que fue quien la construyó con el dinero de todos los españoles de entonces.
La Iglesia no puede hacer nada, porque nada es suyo excepto la consagración de la Basílica, y los monjes que habitan ahí.
Si pretenden destruir el Valle
y sus tumbas tambien profanar
en la Patria la voz del combate
que a los muertos sabremos vengar
no son versos de un poeta, son de un hijo de uno de los muertos del Valle de los Caidos.
Me parece increíble que pueda ser legal que el Gobierno se apodere de un monasterio, expulse a los monjes y lo reconvierta en sabe Dios qué.