El protocolo gubernamental para la vuelta de las celebraciones religiosas incluye acciones específicas «desde una perspectiva de género».
En la capital argentina se dispensó del precepto dominical el 13 de marzo y las misas se suspendieron desde el 19 de marzo. Ayer, 186 días después, se celebraron misas públicas en Buenos Aires.
Las eucaristías vuelven a celebrarse, eso sí, bajo estrictas medidas de seguridad: una persona cada quince metros cuadrados con un tope de veinte fieles, uso obligatorio de mascarillas, pilas de agua bendita vacías, limpieza y desinfección, etc… El documento, que pide multiplicar el número de misas, precisa que la dispensa del precepto dominical continúa vigente «hasta nuevo aviso» y ruega a la población de riesgo, a los mayores y a los enfermos, que se abstengan de acudir.
“Durante estos últimos meses participamos de reuniones periódicas con referentes de otros cultos (judíos, musulmanes, evangélicos y otros más) en el marco de un diálogo continuo con las autoridades del Gobierno de la Ciudad”, comienza el comunicado de la diócesis firmado por el cardenal Mario Poli, arzobispo de la ciudad, y sus obispos auxiliares.
Esas “diálogo” lo realizaron a través de la Dirección de Entidades y Cultos “y en otras”, con la presencia del jefe de Gobierno, el jefe de Gabinete y ocasionalmente con el Ministro de Salud.
Desde la diócesis que pastoreara Jorge Mario Bergoglio antes de ser elegido Papa, aseguran que siempre el horizonte “estuvo puesto en disponer la vuelta al culto público y comunitario”, pero la situación de la epidemia “hizo que la decisión se tuviera que diferir”.
“El camino elegido ha sido el de avanzar en el despliegue del culto público con la seguridad de no tener que volver atrás por decisiones imprudentes, atendiendo a los cambios de la situación sanitaria de cada momento”, continúa el escrito.
Para la Iglesia porteña la prioridad “sigue siendo colaborar con el bien común, cuidando la salud de todos, evitando contagiar y contagiarnos”. Apelando a “la responsabilidad de los pastores y de los fieles, comenzaremos a celebrar pública y comunitariamente los sacramentos, siguiendo algunas recomendaciones necesarias para el cuidado sanitario”, dice el escrito de la archidiócesis bonaerense.
“Pedimos que las “Disposiciones particulares” del Arzobispado, en consonancia con las del Gobierno de la Ciudad se cumplan responsablemente. No está de más recordar que el incumplimiento de las mismas puede llevar a denuncias y sanciones penales, como ha sucedido ya en otras diócesis hermanas. Sería una lástima que por la imprudencia de alguna comunidad y su pastor se atente contra el bien común y la comunión eclesial, y por tal motivo, se tenga que volver atrás en los pasos avanzados”, dicen.
La diócesis acompaña el documento de sus disposiciones adjuntando el Protocolo para el funcionamiento de lugares de culto para prevención y manejo de casos de Covid‐19, emitido por el Gobierno de la Ciudad, “al cual debe ajustarse la práctica religiosa permitida en la Ciudad con presencia de fieles”.
En este protocolo, dedicado como su título indica a las normas para la vuelta de los lugares de culto, hay una sección titulada «Acciones específicas desde una perspectiva de género», algo, como saben, fundamental para la vuelta de la liturgia.
«Los establecimientos se comprometen, en la medida que les sea posible y la actividad se lo permita, a promover que las decisiones que se tomen favorezcan el ejercicio de los derechos de los varones y mujeres de manera igualitaria. Asimismo, deberán evitar reproducir estereotipos de género en su accionar, sobre todo en lo que refiere a las necesidades de cuidado de los hogares de los/as trabajadores/as, reconociendo sus necesidades particulares».
En fin.
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Y como no pasa nada, como ningun ser celestial arregla eso, piensan que habra un gran castigo despues de la muerte, o el año que viene. Nunca se les ocurre incluirse entre los castigados, el castigo siempre es para otros.
Que lo arreglen los seres celestiales. Pero explicitamente, no que ustedes lo digan.
Esto, precisamente, es lo que no va a suceder jamas. Y creo que lo saben. Solo que no pueden aceptarlo, porque si no, se termina su protesta y no pueden ir mas.