La Iglesia en Irlanda está amenazada en su propia existencia debido a las consecuencias financieras del cierre de los templos como reacción a la pandemia, asegura en The Irish Times el padre Brendan Hoban, cofundador de la Asociación de Sacerdotes Católicos.
Sin la colecta, señala Hoban, “la vida católica, tal como la conocemos, desaparecería”. La situación es alarmante en un país antaño considerado como ‘reserva católica’ de Europa y que ha pasado al extremo opuesto, llegando a ser el único en aprobar el aborto en referéndum.
Pero ahora la ruina es económica, por las draconianas restricciones impuestas al culto y, en consecuencia, al cepillo.
En la Archidiócesis de Dublín, los ingresos derivados de la colecta a los fieles cayeron un 80% con el cierre de las iglesias el pasado marzo. Desde la reapertura en junio, “hay una mejora testimonial en la colecta, pero evidentemente el reducido número de fieles que se permite en las misas sigue siendo un desafío”, señala una portavoz de la archidiócesis.
Dos fuentes de donaciones -el ‘fondo común’ para los sacerdotes y el ‘fondo de reparto- cayeron el 70% y el 80%, respectivamente, entre marzo y junio con respecto al mismo periodo del año anterior.
Hoban recuerda que, desde principios del siglo XIX, los sacerdotes en Irlanda “dependen directamente del pueblo fiel para sus ingresos”, así como para la “infraestructura parroquial”, como la residencia del párroco o las capillas.
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El problema de la Iglesia en Irlanda, y en todas partes, no es un problema económico; es un problema de Fe. No creemos, en general, en la divinidad de Jesucristo ni en su salvación en la cruz. Apenas hay obispos, sacerdotes, fieles, santos, santos de verdad. Sin santidad no hay Iglesia, pues no dejamos actuar al tres veces Santo.
Es un problema que está presente en casi todo el mundo, pero es fundamentalmente por falta de fe. Los templos no son fuente de contagio, porque cualquier germen maligno es destruido por la presencia de Cristo, eso los adoradores del Santísimo Sacramento lo saben muy bien, y en la Santa Misa o Santo Sacrificio se hace presente en Señor, y los germenes causante de enfermedades, que están ligados directamente con el demonio, huyen porque los rayos de luz que salen el Cuerpo del Señor que es la Hostia Consagrada los quema, pero claro, si no se adora al Señor, no se tiene experiencia del mundo espiritual, se ignora que el ser humano posee una alma inmortal, que la patria definitiva es el Cielo junto a Dios por eternidad de eternidades, se aferran a lo terrenal, porque creen que van a morir y van a perder lo que poseen, cuando son bienes pasajeros, que Dios quiere dar a sus hijos Vida Eterna, Felicidad, todo en plenitud, que nada de lo que existe aquí en la tierra se compara a eso.
«Lloráis como mujeres lo que no pudisteis defender como hombres». BTW: solo hablan de amenaza existencial estos señores cuando se les cae el quiosco económico. Pero cuando caen los valores morales y la apostasía cunde, no se oye, padre.
Efectivamente Mandraco, se les cae el kiosko económico, el moral no importa. No han defendido nada de nada, no han querido ponerse en contra del mundo, salvo excepciones que no han sido respaldadas por la jerarquía. Esperate en España, que como quiten la X de la renta, veremos el llanto y crujir de dientes de la Conferencia Episcopal, los lamentos se van a oir hasta en Marte. Van a llorar todo lo que no han llorado antes, por su silencios cómplices y sus risitas con los gobiernos de turno.
Hoy dìa se puede buscar alternativas como la pàgina web dono a mi iglesia que se creo en España precisamente a causa del Coronavirus. El problema de la Iglesia es cada dìa los creyentes somos menos, aunque con un amor muy grande a Dios y a la Virgen. Pues sòlo hace falta recordar como nos emocionamos cuando pudimos volver a nuestras parroquias a confesarnos y asistir a la Santa Misa por primers vez después de màs de dos meses confinados. También hay muchos fieles descontentos con la actitud de la Iglesia como se expresa en los comentarios.
Pero no me atraverìa a decir que el problema econòmico sea el màs importante.
Mateo, 6 – Bíblia Católica Online
«31.No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? 32.Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. 33.Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.»