Francisco: “No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano”

Vatican News
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Su Santidad se explayó ayer sobre uno de sus temas favoritos, la ecología desarrollada en su encíclica Laudato Sì, ante un grupo de laicos franceses comprometidos con la causa que recibió en el Palacio Apostólico, informa Vatican News, el órgano online de la Santa Sede.

Somos parte de una sola familia humana, llamada a vivir en una casa común de la que constatamos, juntos, la inquietante degradación”, empezó Su Santidad el discurso preparado para recibir a los franceses.

La casa común a la que está llamada a vivir la familia humana no es, como podría esperarse, el cielo preparado por Dios desde toda la eternidad y para toda la eternidad para quienes siguen sus mandamientos, sino este planeta de cuya creciente degradación se lamenta con insistencia cada vez mayor.

La crisis sanitaria que atraviesa actualmente la humanidad nos recuerda nuestra fragilidad”, dice el Papa en referencia a la pandemia de coronavirus. “Comprendemos hasta qué punto estamos ligados unos a otros, inseridos en un mundo cuyo devenir compartimos, y que maltratarlo no puede por menos que acarrear graves consecuencias, no sólo ambientales, sino también sociales y humanas”. La relación entre el Covid-19, cuyo origen sigue siendo un misterio, y la degradación medioambiental es cualquier cosa menos evidente, pero en cualquier caso antes, durante y cuando acabe esta plaga la gente seguirá enfermando y muriendo como perpetuo recordatorio de su fragilidad.

Como motivo de esperanza ante el negro panorama medioambiental, el Papa se alegra de que “la toma de conciencia de la urgencia de la situación se haga sentir en todas partes, de que el tema de la ecología cale cada vez más en las formas de pensar en todos los ámbitos y empiece a influir en las decisiones políticas y económicas, aunque quede mucho por hacer y sigamos siendo testigos de demasiada lentitud e incluso de retrocesos”.

En este proceso de curación, “la Iglesia Católica quiere participar plenamente en el compromiso de la protección de la casa común. No tiene soluciones preestablecidas que proponer y no ignora las dificultades de las cuestiones técnicas, económicas y políticas que están en juego, ni todos los esfuerzos que este compromiso conlleva. Pero quiere actuar concretamente donde sea posible, y sobre todo quiere formar conciencias para favorecer una conversión ecológica profunda y duradera, que es la única que puede responder a los importantes desafíos que enfrentamos”.

Francisco desarrolló el entronque de esta urgente preocupación ecológica con la visión cristiana de esta forma: “La Biblia nos enseña que el mundo no nació del caos o del azar, sino de una decisión de Dios que lo llamó y siempre lo llama a la existencia, por amor. El universo es bello y bueno, y contemplarlo nos permite vislumbrar la infinita belleza y bondad de su Autor”.

Cada criatura, incluso la más efímera, es objeto de la ternura del Padre, que le da un lugar en el mundo. El cristiano no puede sino respetar la obra que el Padre le confió, como un jardín para cultivar, para proteger, para que crezca según sus posibilidades”.

En este jardín que Dios nos ofrece, los seres humanos están llamados a vivir en armonía en la justicia, la paz y la fraternidad, el ideal evangélico propuesto por Jesús”.

¿Qué rompe esta idílica armonía en nuestros días? El Papa lo explica: “Por lo tanto, todo está conectado. Es la misma indiferencia, el mismo egoísmo, la misma codicia, el mismo orgullo, la misma pretensión de ser el amo y el déspota del mundo lo que lleva a los seres humanos, por una parte, a destruir las especies y a saquear los recursos naturales, por otra, a explotar la miseria, a abusar del trabajo de las mujeres y de los niños, a derogar las leyes de la célula familiar, a no respetar ya el derecho a la vida humana desde la concepción hasta el fin natural”.

Concluye en consecuencia el Santo Padre que “si la crisis ecológica es una eclosión o una manifestación externa de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad, no podemos pretender sanar nuestra relación con la naturaleza y el ambiente sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano”. Y, así, “no habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano, y es mediante la curación del corazón humano que se puede esperar curar al mundo de su malestar social y ambiental”.

Se necesita un Hombre Nuevo, pero, dado que parece no haber llegado aún, no debe de ser el ‘hombre nuevo’ del que hablaba San Pablo, renovado por la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

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Comentarios
15 comentarios en “Francisco: “No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano”
    1. Varios de los comentarios son expresiones muy concretas de caminos muy lejanos de un precepto Cristiano tan claro como contundente: «amarás al Señor, tu Dios, y a tu Prójimo como a título mismo» …lo demás es demagogia barata.

  1. Un «hombre nuevo» y una «sociedad nueva», como propugnaban los revolucionarios comunistas… Ya vivimos en esa sociedad nueva, donde Dios no existe, Cristo es el «gran infame» (como decía Voltaire), la Iglesia es irrelevante, y el hombre es el centro de sí mismo.

  2. Por que les pide que reaccionen como católicos si no lo son, si odian el catolicismo? Y se situaron en el lugar donde podían destruirlo, y de hecho lo hicieron. Seguramente primero debieron investigar, estudiar de verdad el inicio del catolicismo, para desarticularlo. Jesús como personaje es funcional, se le puede hacer decir a o b según convenga.

  3. Dice Francisco: Se necesita un Hombre Nuevo, pero, dado que parece no haber llegado aún, no debe de ser el ‘hombre nuevo’ del que hablaba San Pablo, renovado por la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
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    En consecuente promesa de redención el hombre nuevo, según Jesús el Cristo y Apocalipsis aparecerá en este planeta Tierra como dueño y señor del mismo después haber sido, él, muerto; y por ende, después haber sido resucitado.

  4. La naturaleza forma el espléndido joyero de la que viene a ser la primera enseñanza de nuestro primer papa, Simón Pedro, cuando Jesucristo pide a Pedro que guíe mar adentro la barca y eche las redes. Se llenan tanto que están a punto de romperse.
    Ahora nuestro papa Francisco rescata esa escena tan maravillosa para que cuidemos de nuestro hogar terrenal. Hagámosle caso y confiemos en sus sabías y fraternas palabras. Que el Espíritu Santo lo guíe y acompañe en cada momento.

  5. Se necesita un Hombre Nuevo, pero, dado que parece no haber llegado aún, no debe de ser el ‘hombre nuevo’ del que hablaba San Pablo, renovado por la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

    El Hombre nuevo que en modo y manera, tal cual y cómo está escrito ya ha llegado a este planeta Tierra está a punto de darse a conocer. En parte de la diversidad de su personalidad bíblica se puede encontrar leyendo -y teniendo compromiso de fe- en el Evangelio de: (Mr.9,10,13; y Lc.17,10-13)

  6. El nuevo ser humano es el redimido por Cristo, el bautizado, el que escucha Su Palabra y la cumple.
    Todo lo demás, es masonería pura.
    No pienso escuchar ni dar crédito alguno a una sola palabra que se salga de la Biblia y de la riquísima Tradición Católica.

  7. El nuevo ser humano es el que tiene un encuentro con Cristo. Así como lo tuvo St.Pablo. Un encuentro que nos cambia la vida en un segundo.Un nacer de nuevo. Porque Cristo hace nuevas todas las cosas.

    El hombre nuevo nace en el encuentro con Cristo.

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