“La prohibición de entrada en la República de Bielorrusia me impide, como Ordinario de la Arquidiócesis de Minsk-Mogilev y presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de Bielorrusia, ejercer el ministerio pastoral y participar en los actos eclesiales programados”.
El arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz, presidente de la Conferencia de los obispos católicos de Bielorrusia, ha emitido un comunicado, recogido por Vatican News, tras la negativa de las autoridades gubernamentales a que el prelado entrara en el país eslavo el pasado 31 de agosto.
“El 31 de agosto de 2020, mientras cruzaba” el puesto fronterizo, escribe el arzobispo, “sin ninguna explicación, se me negó el regreso a Bielorrusia”, aunque, precisa, “los guardias fronterizos se comportaron de modo correcto”.
Kondrusiewicz señala que esta decisión de los servicios fronterizos es completamente incomprensible porque, según la ley, no se puede restringir el derecho de un ciudadano bielorruso a entrar en la República de Bielorrusia.
“La prohibición de entrada en la República de Bielorrusia me impide, como Ordinario de la Arquidiócesis de Minsk-Mogilev y presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de Bielorrusia, ejercer el ministerio pastoral y participar en los actos eclesiales programados”, escribe Kondrusiewicz.
Además, recuerda que “en las condiciones de la crisis sociopolítica” que atraviesa actualmente su país, “ha llamado y sigo llamando al diálogo y a la reconciliación”. “No quiero que la decisión injustificada e ilegal del servicio de fronteras agrave la tensión en nuestra patria”, afirmó el prelado. “Espero que esto sea sólo un molesto malentendido, que será corregido lo antes posible”, añade.
Kondrusiewicz se dirige a sus hermanos en el ministerio episcopal y sacerdotal, a los monjes, a los laicos y a las personas de buena voluntad, y les pide que recen por su pronto regreso y por la resolución pacífica de la grave crisis sociopolítica que está atravesando Bielorrusia.
“Los encomiendo a todos a la Madre de Dios y al patrono celestial de Bielorrusia, el santo Arcángel Miguel, y de todo corazón los bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, termina el comunicado.
El arzobispo de Minsk-Mogilev se había pronunciado recientemente en defensa de los manifestantes que protestaron por los resultados de las elecciones del pasado 9 de agosto, las cuales mantuvieron en el poder a Alexander Lukashenko, presidente del país desde 1994.
El 19 de agosto, el prelado rezó en el exterior de una prisión donde unos manifestantes arrestados habrían sido torturados. Dos días después Kondrusiewicz se reunió con el ministro del Interior, Yuri Karaev, para expresar su preocupación por la dura respuesta del Gobierno a las protestas.
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Oremos pues por este pastor, que parece bueno, y por ese pueblo sometido a la bota de las ideologías maliciosas de siempre.
Y si no es esta bota maliciosa ¿Qué otra bota peor podría caer? Creo que mejor malo conocido que….