(Agencia Fides)- “Podemos tomar medidas preventivas y volver a la iglesia. La Santa Misa y la Eucaristía son la mejor manera de unirse con Jesucristo. Seguir una misa online no tiene el mismo efecto que puede dar la Santa Misa con la participación física en la liturgia. Para los enfermos y para los impedidos físicos, la misa online es perfecta; pero ahora el pueblo de Dios puede y debe participar en la Eucaristía en presencia, en la iglesia”: así lo ha declarado el cardenal Patrick D’Rozario, arzobispo de Dhaka y presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Bangladesh (CBCB), dirigiéndose a los fieles e invitándolos a superar el miedo al coronavirus. Después de un período de encierro, los fieles están autorizados, en cumplimiento de las medidas de distanciamiento y protección, a participar en reuniones religiosas. Sin embargo, según la información recibida en la Agencia Fides desde la Iglesia local, menos del 20% de los católicos asisten a la misa dominical por temor a la infección por coronavirus.
El cardenal Patrick ha invitado a los fieles a seguir las pautas dadas por las autoridades civiles para contener el coronavirus, “para proteger nuestras vidas y las de los demás”, instando a todos a avanzar en la vida y actividad cotidiana, respetando las medidas necesarias. Pero también ha advertido: “Para mantener el distanciamiento social, nos estamos alejando de las relaciones humanas, y esto no es bueno”.
El Cardenal ha citado el pasaje del Evangelio en el que Jesús dice: “Vengan a mí todos los que están fatigados y oprimidos, y les daré descanso”, y ha recordado que “Jesucristo nos consuela mientras vivimos la crisis del coronavirus”.
El Arzobispo también ha dicho que “el ser humano se ha dado cuenta de lo débil e indefenso que está durante la pandemia de coronavirus”: “Estamos indefensos. Nos hemos dado cuenta de que nos hemos dejado llevar por la frustración y la desesperación en este período. En este momento difícil, hemos escuchado del Evangelio en que Cristo Jesús nos invita a ir a Él en busca de un refrigerio. Entonces sigamos su camino”. El cardenal ha elogiado el hecho de que, durante la pandemia, “cada casa se convirtió en un lugar de culto. Los miembros de las familias cristianas practicaron la gracia, la misericordia, el amor y el perdón de Dios. También gracias a la oración, muchas personas enfermas se han recuperado en casa y en el hospital. En los momentos más difíciles, hemos recibido la bendición de Dios. Por ello podemos decir: alabado sea Dios”.
Publicado por la Agencia Fides.
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¿ Volver para que nos la vuelvan a quitar ? Tienen que pedir perdón y reconocer: » Nos hemos equivocado. No podemos privar a los fieles de lo más sagrado que instituyó Jesucristo. No tenemos poder para eso «. Y hacer pública penitencia.
Digan lo que digan , Vd en contra. Su soberbia no tiene parangón. No tienen porque pedirle perdón. Si no quiere, no vaya a Misa.
Sus comentarios le definen: invita a no cumplir el precepto dominical ahora que se puede acudir a la Santa Misa y es obligación dominical.
Quien le entienda, que le compre!!
Infovaticana : No conviertan en lodazal su propio portal. Cuando ustedes consienten los insultos de Manolo a los comentaristas, ustedes se están haciendo cómplices de esos improperios.
Claro, ahora que hay menos peligro tengo que ir a que me consuele Jesucristo. Pero si se vuelve a poner fea la cosa mejor me quedo en casa y que me consuele por internet, que tampoco hace falta ir a dar culto al templo. Cuando estábamos en mitad de lago y me pedía que caminase hacia Él sobre las aguas, le dije que mejor me quedaba en la barca, y ahora que estamos en la orilla voy corriendo a decirle cuánto le quiero.
¿Quién es el párroco para decirme ahora que no hay suficiente peligro como para quedarme en mi casa encerrado? ¿Y si a mí me da miedo que me caiga un meteorito de la que camino hacia la iglesia? ¿Quién es él para decirme que ese peligro no es lícito?
La única opción segura es verla por internet, y el párroco no me puede decir que ahora ya no vale. Si cancelamos la obligatoriedad de ir a misa por un peligro, la cancelamos para siempre. Nuestra cobardía ha quedado patente. Vamos a pagar nuestra falta de fe.