Su Santidad sigue subiendo su apuesta por la inmigración masiva hacia Europa desde el continente africano en la misa del séptimo aniversario de su viaje a Lampedusa. Ahora la orden es directa, y directamente de Dios. Pero, ¿realmente es una obligación moral y un deseo divino que África se traslade a Europa?
Dios mismo “golpea nuestra puerta hambriento, sediento, extraño, desnudo, enfermo, recluso, pidiendo ser asistido, pidiendo poder desembarcar», dijo el papa Francisco en la misa en Santa Marta dedicada a los inmigrantes y refugiados, en el séptimo aniversario de su visita a la isla italiana de Lampedusa, centro de ‘refugiados’ africanos que desembarcan las naves de las ONG.
Nos alecciona Su Santidad de que Libia es «un infierno».
«Nos dan la versión destilada. Pero no se imaginan el infierno que se vive allí, en campos de detención adonde esta gente venía solo con esperanza», agregó. Además, citó la frase del Evangelio: «Todo lo que le han hecho a uno solo de estos hermanos más pequeños, me lo han hecho a mí» y resaltó que «esta advertencia es hoy de candente actualidad» y «debemos tenerla en cuenta como punto fundamental del examen de conciencia que hacemos cada día». Y añadió: «Pienso en Libia, en los campos de detención, en los abusos y violencias de que son víctimas los migrantes, en los viajes de la esperanza, en los salvamentos y rechazos».
«La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos hace insensibles al grito de los otros, nos hace vivir en una burbuja de jabón, que son bellas, pero no son nada, son ilusión fútil, provisorias, que lleva a sentir indiferencia por los otros e incluso conduce a la globalización de la indiferencia», concluyó.
El Papa, naturalmente, tiene razón. Tiene razón en que los que inician el incierto periplo desde el África subsahariana son víctimas de todo tipo de abusos y violencias. Tiene razón en que Libia es un infierno, donde no pocos de los que consiguen llegar allí son vendidos como esclavos. Tiene razón en que en Occidente vivimos en una burbuja de bienestar que nos aísla y nos vuelve egoístas e indiferentes al sufrimiento ajeno. Tiene razón en que los cristianos tenemos que ver en cada inmigrante un hermano, y tratarlo con especial solicitud como a un hermano que sufre.
Tiene toda la razón, y por eso es desconcertante que extraiga la conclusión contraria a la que podría mitigar todo ese desastre y, de paso, no contribuir a esa destrucción de Europa, su cohesión, sus raíces, de la que ha advertido en varias ocasiones el cardenal Robert Sarah, él mismo subsahariano.
Solo ignorando la obviedad de que el ser humano responde a los incentivos puede mantenerse que el modo de evitar el desastre sea aumentarlo. Porque si Libia es un infierno, es porque hay muchos poderes interesados en ese desembarco. Si los emigrantes africanos sufren violencias y abusos es porque existen mafias perfectamente organizadas que son las que montan ese arriesgado viaje, y si existen esas mafias es porque hay poderosísimos intereses, económicos y polítcos- decididos a fomentar ese éxodo masivo hacia Europa.
Ver el drama de los inmigrantes y gritar a los países europeos “¡que se abran los puertos!” es, involuntariamente, promover que el horror continúe y crezca, que se enriquezcan más aún las mafias, que África se vacíe de su población más joven y dinámica, condenando el continente a la pobreza, a la corrupción de su liderazgo y a la tiranía, que los países europeos pierdan su cohesión social y su identidad.
Amar a los inmigrantes, como amar a los pobres, no debería ser amar que sean inmigrantes o pobres. Pero ese es un riesgo. Es el riesgo de acabar pensando en ‘inmigrantes’ como un categoría ontológica, casi una clasificación zoológica de especies que, por imperativo biológico, ‘vuelan’ hacia el norte. Pero no existen ‘inmigrantes’ -o pobres- en el mismo sentido que zurdos o varones o hemofílicos. No es algo que sean, sino algo que hacen.
¿Es África una tierra maldita? ¿Es inhabitable, debemos tirar la toalla en cuanto a su desarrollo? ¿Tiene eso algún sentido, más aún para un católico?
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¿A Dios no le interesan los africanos que no tienen dinero para pagar las mafias que los traen a Europa, y tienen que vivir en pésimas condiciones en África? A mi me parece que son los que defienden tanto la inmigración masiva, que no les interesa de verdad a los africanos.
Si Francisco tuviera razón, entonces se habrían equivocado Papas como Gregorio VII, Gregorio XIII, Eugenio III, y otros. Y también se habría equivocado San Bernardo de Claraval, los Reyes Católicos y tantos otros que defendieron la cristiandad frente a la invasión musulmana.
No. Yo creo que el que está equivocado es Francisco. Yo creo que Dios no quiere que desembarque el islam en Europa.
Amén.
Sacerdote católico.
Si los países europeos permiten el desembarco, pueden coordinar la logística desde el origen de los migrantes, quitando de en medio a las mafias. Y sacan de la miseria a los qu estan desesperados como es el andato evangèlico. Si demas, los paises europes invierten y hacen prestamos significativos y planes integrales de desarrollo, muy pronto, no habrà quienes quieran salir. Europa, asi como EUA estan pagando muy caro su indiferencia hacia naciones pobres, que con muy pocos recursos podrian reconvertir sus economìas. Ahora pagan su miopia egoista con migraciones masivas. El primer mundo no puede cerrar los ojos al mundo necesitado, las epidemias nacen en esos paises, y quiza nazcan muchas mas y el primer mundo la paga con muchisimo dinero mas sangre mas sudor y mas lagrimas.
Lo que no se hizo por caridad tendra que hacerse por supervivencia. No es postergable ya la ayuda a los paises pobres, ha habido pandemias con 50% de mortalidad de los infectados y si COVID hubiese sido asì? .
Y ahora a todo se le pone «cultura»
Cultura del bienestar, cultura del tabaco, cultura del ocio.
Algunos están en la «cultura» de perder el norte, el sentido común. También llevan años adoptando la cultura del neolenguaje y de las nuevas subnormalidades.
Qué lástima.
Francisco, dónde está tu hermano (y tocayo)…
¿En el Vaticano?
Excelente análisis. Una observación: la frase «No es algo que sean, sino algo que hacen», debería cambiarse por «no es algo que sean, sino una situación en que están», no más.
En estos momentos el islam representa en torno al 4% de la población de Europa.
Según el prestigioso Pew Research Center, con una inmigración cero (si cerráramos las fronteras), debido a su alta natalidad, en el 2050 los musulmanes superarían el 8% de la población europea. Y si se mantiene el ritmo actual de inmigración, superarán para ese año, el 17%.
Las matemáticas no engañan. Si no cambia la tendencia, Europa será musulmana.
Y Francisco, de forma irresponsable, está contribuyendo a la islamización de Europa.
Si se mantiene la actual inmigración musulmana que fomenta Francisco, con la misma tendencia en el 2080 más del 70% de la población europea podría ser musulmana.
Por si me publican el comentario:
¿Desembarcar? El domingo se me cayó el alma a los pies viendo las calles de Lérida llenas de negritos tirados en las aceras como perros, trabajadores del campo, que no tienen siquiera una habitación donde refugiarse, con el evidente riesgo de contagiar y ser contagiados ¿Cómo es posible que no se les ponga al menos un camping donde puedan vivir como personas? ¿Dónde están los del Black-nosequé, SOS racismo, los sindicatos y los políticos buenistas? Los primeros derribando estatuas y los otros poniendo el cazo, supongo.
Creo que es tan necesario el control de fronteras como las puertas en las casas y más durante una pandemia, pero toda esta gente buenista es hipócrita no, lo siguiente. Y por cierto, Jesús no andaba violando las leyes ni agrediendo a los guardias romanos.
Hace algunos años, cuando ya se veía la deriva migracionista del vaticano, les dije a mis alumnos en una clase de teología ¿Se imaginan que en el futuro Italia sea musulmana y que el papa haya contribuído a esa invasión? Bueno, han pasado unos años y la cosa sigue. Por cierto, no me he olvidado que en ese viaje a lampedusa el señor papa se llevó a 10 familias, y ninguna de ellas era cristiana, a pesar de que habían cristianos allí, abandonó a los suyos para llevarse a musulmanes
Aún me conmuevo de solo pensar en las pobres familias cristianas ilusionadas en ser rescatadas por el papa, y quedarse abandonadas porque solamente eligieron a familias musulmanas. ¡Pobres hermanos!
Tristísimo.
Al igual que la situación en que se encuentran nuestros hermanos católicos chinos, pakistaníes,afganos…
Para Francisco sólo existen los hermanos musulmanes.
Cuando alguien se nos presenta dándonos órdenes en el nombre de Dios tendemos a no escucharlo o a considerarlo un iluminado que ha perdido el ‘oremus’. Los profetas verdaderos son muy escasos en la historia, que al contrario, está llena de falsos profetas, y suelen confirmar sus palabras con los hechos que les dan credibilidad. Francisco parece tener las cosas muy claras: ‘Dios pide desembarcar’ es la orden del mismo Dios que nos llega por Francisco, su profeta. «Dios pide tierra», dice cuando habla de los africanos que aspiran a llegar a Sicilia. No es posible que Europa se haga cargo de toda África y la acoja en nuestras pobres tierras. Lo que está sucediendo en África no parece importar a nadie, ni a Francisco, y nadie quiere acometer la situación que obliga a los sufridos hijos de África a abandonar sus ricas y bellas tierras.
¡ Cuánto habla de acoger migrantes y qué poco de acoger hijos, como Dios quiere, sin necesidad de ser profeta ! Está en la biblia.
Europa está entrado en una fase de grave crisis económica y social que afectará a la visión de muchas cosas que damos por sentadas. Los flujos migratorios pueden cambiar de sentido. La reciente incorporación de los ‘migrantes’ a las letanías lauretanas, su horrenda instrumentalización con el título de «Solacium migrantium», hará huir a los ‘indígenas europeos’ y ciertamente no traerá muchos ‘migrantes’, en su mayoría musulmanes. Una locura más en estos tiempos de tantas locuras. Specola.
Dios pide, y no hace falta ser un profeta, que todos, incluidos los musulmanes, nos convirtamos al Dios verdadero, el único Dios, el de Jesucristo, pero predicas todo lo contrario engañándonos con que todo las ¿religiones? son manifestación de la sabiduría divina. No hablas de lo que Dios quiere y atribuyes a Dios lo que no quiere: la invasión musulmana.
Hace unos días pusieron una película sobre Pablo VI en 13TV, y al llegar a su nombramiento como Papa, lo primero que hizo fue renunciar a la tiara, pidiéndoles a sus colaboradores asombrados, que la sacaran a subasta y el dinero se lo dieran a los pobres. Esta anécdota refleja el modernismo de la iglesia a la perfección. Por un lado se desprecia, se renuncia a la Tradición secular de la iglesia y se sustituye por un populismo izquierdista, con el argumento de que lo primero son los pobres. Se sustituye pues al mensaje evangélico por una ideología pseudomarxista que es la antítesis del mensaje de Cristo. Cristo nunca hizo divisiones entre ricos o pobres, todos estamos llamados al Reino de Dios, cumpliendo los mandamientos y aplicando las Bienaventuranzas. Y caridad total con el prójimo, por que el que no tiene caridad permanece en la muerte. Claro que, los modernistas también han borrado esa palabra, la han proscrito, ahora copian los lemas del liberalismo…..
EP.
Lo de Pablo VI, de traca.
Si alguien quiere flipar, que busque fotos de la tumba de su madre. Pa echar a correr y no parar en 3 horas. Y si alguien dice que su hijo no tuvo nada que ver, pues que se informe que para eso están los libros.
Lo que tendrían que hacer las naciones del llamado Primer Mundo, especialmente las más poderosas y ricas, es ayudar a crear en los países africanos las condiciones económicas y sociales para que los africanos no tuviesen que emigrar. Existe tecnología suficiente para que Africa sea un lugar en el que se pueda vivir con dignidad, pero interesa más explotar sus riquezas naturales en beneficio de unos pocos y dejar a su población pobre y en situación de emigrar.
Antes que una política de emigración habría que hacer una política de promoción de los países africanos para que sus habitantes no se viesen forzados a emigrar. Pero eso no interesa al liberalismo capitalista.
Inmigrantes al Vaticano. El Papa Francisco les da alojamiento.
Y Sarah, el anti migracionista, calla y traga, como se ha tragado las letanías migracionistas, que ya no son lauretanas, sino demagógicas, desacralizadas. ¡ Qué decepción, qué gran decepción ! Nos queda Viganó, gracias a Dios.
Carlos Esteban, completamente de acuerdo