La Conferencia Episcopal presenta su labor en las cárceles españolas

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La Conferencia Episcopal Española ha dado a conocer la memoria del Departamento de Pastoral Penitenciaria, en la que analizan su labor en las cárceles españolas. El informe se presenta como “un homenaje y recuerdo a los 162 capellanes de prisiones y a los 2.560 voluntarios y voluntarias de Pastoral Penitenciaria que, colaboran “para hacer de la cárcel un lugar más justo y humano, un espacio donde se encarne el Evangelio de Jesús”, señala en la presentación el director de este departamento, Florencio Roselló.

En esta memoria se refleja el testimonio de 79 prisiones de las 82 que hay en nuestro país; de las dos Administraciones (la del Estado dependiente de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y la de la Generalitat de Cataluña) y aglutina a una población del 97,6% de toda la población penitenciaria existente en España en 2019, informa la CEE.

“Desde hace años en Pastoral Penitenciaria tenemos como objetivo el visibilizar nuestra acción pastoral”, escribe Florencio Roselló Avellanas, mercedario y director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la CEE, en la introducción de la Memoria.

“Esta pastoral no se puede conocer como el resto de pastorales, hace falta autorización del Estado para entrar en la cárcel, no tiene una ventana a través de la televisión ni redes sociales para verla”, señala el religioso.

La Pastoral Penitenciaria es oscura y desconocida, dice Roselló. “¡Si los muros, rejas y alambradas de la cárcel hablasen! Todo se queda dentro, en la celda, en los módulos, en los pasillos de la cárcel” y por eso “esta Memoria es una forma de visibilizar, compartir, liberar esta pastoral para que todo el mundo la conozca”.

“¿Qué liberamos con esta Memoria?”, se pregunta, “pues mucha solidaridad, mucho compromiso, mucha inversión de tiempo y dinero de la Iglesia de España, que hacen que las personas que están en prisión sean más personas y crean en un futuro, ¡su futuro!”, exclama.

“Detrás de cada dato hay un hombre preso, una mujer presa, que ha participado en una actividad, que ha rezado, que ha salido de permiso, que ha recibido un paquete de ropa, que ha recibido un dinero en peculio. Sí, hay personas, como tú y como yo, que la vida un día les colocó en el lado equivocado, donde no tenían que estar, y acabaron en prisión”, asegura Roselló.

La Pastoral Penitenciaria “cree que tienen futuro, que merecen una oportunidad”, quiere ser “la mesa de las segundas o terceras oportunidades”, sin preguntar “pasado, más bien, presentándoles futuro”. Los datos que aparecen en este estudio “son muy reales, y sin necesidad de hacer estimaciones”.

El religioso considera “un gran éxito” el alto nivel de respuesta. “Eso significa la implicación de delegados/as diocesanos/as, de capellanes y voluntarios”, asegura, adoptando un perfecto lenguaje ‘inclusivo’.

Hay mucha vida en la Pastoral Penitenciaria en España, manifiesta Roselló, “aunque no se vea, aunque no se conozca” pero lo importante es que “los pobres, los presos sí que lo saben, porque lo ven y son beneficiarios de ello”. Eso, afirma el religioso, “nos da una tranquilidad de conciencia” que le hace sentir “orgulloso de la gran calidad humana y evangélica de todos los agentes de Pastoral Penitenciaria en España”.

Como se ve por los cuadros y estadísticas, escribe Roselló, “la Iglesia en la cárcel ya es una realidad que ofrece respuestas serias y de futuro para los presos. Ni somos incógnita ni interrogante, la Administración Penitenciaria lo sabe y queremos renovar, con esta Memoria, nuestra colaboración para hacer de las prisiones un lugar más justo y humano, un espacio donde se encarne el Evangelio de Jesús, donde el hombre y mujer cumplan su condena, pero nunca pierdan su condición de persona ni de hijo de Dios”, termina.

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Comentarios
6 comentarios en “La Conferencia Episcopal presenta su labor en las cárceles españolas
  1. Yo soy libre de respetar un «stop» o saltármelo. Si no lo respeto no puedo quejarme de lo que me pueda ocurrir puesto que fue decisión mía, no de la vida o de otra persona

    1. Juan Brusi da usted una hermosa catequesis del Evangelio y la misericordia de Dios. Puesto que el mesías vino a salvar a los que no se saltaron el »stop» porque claro, los que se lo saltaron libremente tienen su debido merecido, ¿no?

      Entiéndase el sarcasmo.

  2. El asunto es que muchos piensan que la cárcel es injusta, y que todos somos de hecho buenos…puro determinismo, como bien dice usted. Creen que ante los delitos hay que responder con buenismo. La Orden de la Merced debería repensar su vocación desde la perspectiva que usted señala: la redención de esas personas a través de la fe en Dios y el auxilio de los sacramentos.

  3. Yo no sé por qué tiene que utilizar un «perfecto lenguaje inclusivo»: es vergonzoso ver cómo los sacerdotes y obispos caen en la trampa de lo políticamente correcto. Triste, muy triste.

  4. Le puedo asegurar que la Orden de la Merced, la cual lleva atendiendo y acompañando presos y familiares física y espiritualmente durante más de mil años, ha ayudado a reconducir vidas con el auxilio de Dios y la práctica de los sacramentos.

    No quiera usted utilizar este espacio para cuestionar la piadosa labor de esta Orden que tantos santos ha dado a nuestra Iglesia y la de tantos otros voluntarios anónimos o pertenecientes a otras ramas de la Iglesia que forman parte de la pastoral penitenciaria.

  5. No estoy cuestionando a ninguna Orden sino comentando unas desafortunadas declaraciones de un tal Roselló, a quien no tengo el gusto de conocer e ignoro si pertenece o no a esa Orden. Más bien parece que no, pues es director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la CEE.

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