La pandemia del COVID-19 obligó a la Basílica de Guadalupe, uno de los templos más visitados del mundo, a cancelar ya 2.000 de las 2.300 peregrinaciones programadas para 2020, y pone en duda la fiesta anual del 12 de diciembre que reúne al menos a siete millones de feligreses en el Tepeyac para cantar “las mañanitas a la Virgen”, informa Vcnoticias.
Sería un hecho sin precedentes cancelar la peregrinación al templo guadalupano que se realiza desde el siglo XVII. Las peregrinaciones no se interrumpieron ni siquiera durante la Guerra Cristera, entre 1926 y 1929.
“Mientras que no haya una vacuna, un medicamente que nos ayude a controlar todo esto y tengamos la seguridad de que la mayoría de los peregrinos que entran no están enfermos, no se dará acceso; mientras que no tengamos control estamos en peligro de que se cancele este año (la peregrinación a la Virgen)”, reveló Juan José Jiménez Monreal, coordinador de Peregrinaciones de la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe (INBG), recoge vcnoticias.
La peregrinación del año pasado reunió, entre el 10 y el 12 de diciembre, a 10,6 millones de personas en el Cerro del Tepeyac, ubicado en la capital mexicana.
Jiménez Monreal también dio a conocer que decidieron cancelar todas las peregrinaciones hasta el 31 de agosto, con el riesgo de que pudiera extenderse. Cabe señalar que se suspendieron desde marzo pasado, cuando el Consejo de Salubridad General decretó Emergencia Sanitaria en el país por la pandemia del coronavirus.
Entre las peregrinaciones canceladas al santuario guadalupano, destacan: la de Querétaro con 100 mil feligreses, que se realiza en julio, la Oaxaca del 12 de mayo y la femenil de Celaya del 8 de agosto, entre otras. Estas aportan gran parte de los 20 millones de visitantes que llegan al templo cada año.
Los datos registrados el sábado por la noche señalaban, a través de la Secretaría de Salud, que el país acumulaba 113.619 contagios confirmados de COVID-19, de los cuales 19.278 están activos y 13.511 personas fallecidas.
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La salud, la salud, la salud, la del cuerpo, claro; la del alma no le importa a la misericorditis vigente. El demonio está más que feliz. La Virgen llora, como su Hijo, como toda la Trinidad Beatísima ante tanto desprecio a las almas, que pueden ir a los supermercados y otros muchos sitios a proveerse de bienes materiales, pero los espirituales resultan inalcanzables
El coronavirus, una vez más, ha puesto de manifiesto la vacuidad de la nueva iglesia del viejo paradigma, tan viejo como el pecado. No tienen nada que ofrecer.
Gracias, Blanca. La he leído entera y hasta la he repasado. Todo lo que dice Viganó es oro de muchos quilates. Quizás la única referencia enteramente católica y apostólica de nuestra jerarquía.
Junto con Vd! No sea humilde …
Qué PENA tan ENORME
Tendrán que responderle a Dios de sus actos estos sacerdotes dóciles al nuevo gobierno mundial.
Dejar sin Oficios a una nación mariana no es pecado grave de omisión?
Al principio como argumentan que tienen que obedecer, trataba de entenderlos. Ahora me nace indignación. ¿con qué cara van a salir a encararse con sus fieles? ¿Cuál será su respuesta?
Cualquiera que sea su respuesta, los dejará sin problemas de conciencia?
Ya no hay sacerdotes santos que reaccionen ante tanta atrocidad?
No les da miedo el Juicio divino?
Al que no hay miedo es a su equivocado juicio, Mariana.
No, no le temen porque no creen.
Desde hace decadas dejaron de creer.
Ahora son una nueva especie de trabajadores sociales, no predican a Jesus ( les da pavor hacer proselitismo), no creen en la transubstanciacion ( no es cientifica…) y un largo etc.
Tertium.
Así es. Todo les da miedo. Miedo a que les llamen radicales. Como si eso fuera malo.
Da igual que Jesús dijera que sufriríamos persecución como Él.
Buscan el aplauso del mundo. Mucho mejor que el incómodo proselitismo
Lo que vamos a tener que pasar no tiene precedentes. Pero es necesario.
La devoción a Nuestra Madre es personal. Puede tener manifestaciones colectivas, pero son de esa devoción personal.
Las manifestaciones multitudinarias pueden incurrir en que la devoción se convierta en evento, y la piedad en superstición. Si todos los asistentes son movidos por una verdadera piedad, la imposibilidad del evento no perjudicará la devoción ni la piedad. Los que simplemente acuden a un festejo social, se verán privados de ese festejo.
Estas circunstancias, indeseadas, son purificadoras.
Sí Joaquín,, puede ser que tengas razón,, las que van no creo que tengan doctorado en filosofía, ni son estudiantes avanzados en teología, y menos catedráticos renombrados,, son tan solo gente sencilla que le gusta ir con Ella de visita,,, pero habrá muchos, como hubo de los que seguían a Jesús,, solo por curiosidad y superstición.
De lo que hablo es acudir por costumbre o por ser un festejo, y no como una muestra de devoción.
Pues a éso mismo me refiero,, ¿qué no estoy diciéndo que también a Cristo lo seguían por otros intereses que no por oír sus palabras?
Son cientos de miles de personas que caminan hasta 8 días, más,, y se va uniendo gente a su paso, y no conformes con éso,, todavía desde el atrio, entran de rodillas al templo.
¿Podrá ésa disposición frenar ésas devociones?
¿Podrán detener a personas tan humildes que tienen en la Virgen María de Guadalupe su gran defensora, su gran ayuda?
Yo no sé,, me dá tristeza,, La Virgen misma remediarà esta situación
Si,, Ella verá como los dejará pasar, 😁👋,, gracias Tertium
No les entiendo, para ser sincera. Ante la primera pandemia mundial, de la que desconocemos su alcance último, aquí los comentaristas se permiten alegremente condenar lo que, a mi modo de ver, es una medida de prudencia lógica. Y recuerdo que la prudencia es virtud. La terquedad no lo es y solo obedece a un proceder regido por la pasión. Dice Santo Tomás sobre la paciencia: Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse.
Neila.
Aquí se trata de tener miedo o no y a qué.
Yo no tengo miedo al virus chino. Me parece bien quien lo tenga y no sea por inoculación de los medios de comunicación.
Me parece absolutamente irresponsable suprimir misas, peregrinaciones, sacramentos.
La cosa es fácil. Quien tenga miedo que se quede en casa. Curas incluidos
Esta no es la primera pandemia mundial, valga la redundancia.
La prudencia se basa en la memoria del pasado, el conocimiento del presente y, hasta donde al hombre le es posible, en la previsión de las consecuencias de las decisiones. Indica la medida justa de las demás virtudes, entre el exceso y el defecto, entre la exageración y la carencia o la mediocridad.
Estimada Neila:
Si te parece bien y lo deseas así,, me gustaria que vieras un video que me ha dejado sorprendida. Es en mi patria;
Normas en las Iglesias ante la Nueva Normalidad. Padre José de Jesús…
No sé si allá esté ésa moda que te invitan a una boda,, y te dicen cómo debes ir vestida, y como un requisito si es que te decides a ir. Te dan ganas de romper la invitación.,
Mucha prudencia para las peregrinaciones, hasta suprimirlas. Ninguna, o escasa, para supermercados, terrazas, medios de transporte, etc. La salud y la vida del alma por los suelos. Sólo cuenta el alimento y la salud del cuerpo. Nos iremos al infi erno bien cebados y con unos años más de vida, si nos dejan, que esa es otra, pues las leyes eutanásicas se van aprobando a ritmo galopante, para equilibrar el sistema público de pensiones.
… ES NADA LO QUE TE ASUSTA… NO TEMAS ESA NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD (como el coronavirus)…
¿Pero creemos en lo que la Virgen le dijo al indio Diego y nos dice también a nosotros? No es ella nuestra salud:
“Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón, no temas esa ni ninguna otra enfermedad o angustia. ¿Acaso no estoy aquí yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo?… ”
No temamos de acudir a nuestrra Madre, estamos en su regazo.
¿No es ella nuestra salud? (corrijo, va con interrogantes)
Nada te turbe
nada te espante
salvo el virus chino.
Y santa Teresa hubiera acabado ahí.
Es increíble el poder de parálisis del miedo.
No lo entenderé jamás.