No dejemos que todo siga como antes

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Nos encontramos en una situación extraordinaria, nuestro mundo se ha visto petrificado por culpa de un virus microscópico que lo ha trastocado todo. El hombre posmoderno se encuentra, de pronto, frente a un vacío existencial que la cercanía de la muerte y la vulnerabilidad -que estando siempre allí se había visto silenciada en los últimos decenios por el progreso técnico- han desenmascarado.

Es el momento propicio para el retorno de la Trascendencia, la vuelta a lo espiritual, mirar de nuevo a Dios. Esta sensación de falta de control sobre nuestras vidas, un momento en el que hemos podido comprobar, más que nunca, que el suelo que pisamos es mucho más frágil de lo que pensábamos, puede ser la oportunidad que nos da la Providencia para volver a lo esencial.

El hombre está deseando salir de su letargo, de una vida que sólo consiste en trabajar para ganar un sustento con el que poder elegir entre las ofertas del mercado, y así poder satisfacer sus ansias consumistas. La enfermedad y la muerte, la precariedad y la miseria, le están situando frente a un espejo, en el que se está viendo como lo que es: una pobre criatura.

Encerrado en su casa, está comprobando que el trabajo no lo es todo, que quizá a lo que más daba importancia en su vida, en el fondo, no la tiene tanta y, sin embargo, estaba dejando de lado lo que si la tenía. Sus familiares, quizá mayores, a los que nunca visitaba y de los que no se ha podido ni despedir; sus hijos y su mujer, a los que apenas veía, sumido siempre en el trabajo o en cosas más importantes, ya los que ahora está empezando a conocer; su relación con Dios, que ya había dado por perdida o la que asumía intentaría mejorar en un futuro, cuando la muerte llamara a su puerta.

La epidemia que asola el mundo es un toque de atención, una llamada a reformar nuestra vida, una invitación a la conversión. De nosotros, y de abrirnos a la Gracia, depende el que esta situación nos impulse a enderezar nuestra existencia, o que sigamos adormecidos una vez pasado el susto. De nosotros depende reconstruir sobre roca aquello que lo estaba sobre arena y salir renovados de esta tormenta cuando amainen las aguas.

No dejemos que todo siga como antes.

Franz Joseph von Hohenstaufen

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Comentarios
13 comentarios en “No dejemos que todo siga como antes
    1. Sí, muchísima, en los laicos; en los pastores es prácticamente nula. Tenemos que evangelizar a los pastores, que son más bien lobos, por lo que es difícil que se dejen. Hasta Sarah ¿ quién lo iba a decir ? recula.

  1. Bueno,, éso es un poco confuso. Están las «celebritys» apoyando la nueva forma de vivir, haciéndo publicidad a que nos comportemos como nos ordenan. Quieren acabar con el pasado. El incendio de Notre Dame, mientras andaban los millonarios brindando por el Sena,, a mi me dió la impresión de festejo.
    Todo nuevo, los primeros que cayeron fueron los adultos mayores, también los enfermos, y sobre todo los pobres que no tendrán ni trabajo ni comida.
    No sé hasta dónde querer que se vaya el pasado esté bien,,, mejor sería, corrijàmos nuestras vidas, no huir del pasado.

    1. Es la «narrativa» que se nos va imponiendo, por los mass-media. Nuestra lucha no es contra la carne ni la sangre, sino contra los espíritus del mal que habitan en el mundo de tinieblas. Esta guerra antes que todo es una guerra del lenguaje, por eso, combatamos, estemos atentos, cada nueva redefinición en los términos es un peligro, ante los que nos debemos sublevar.

      1. Por de pronto, la ONU, a la que hay que obedecer, según Bergoglio, considera los vocablos marido y mujer poco inclusivos, por lo que propugna su derogación. ¿ Habrá que decir pareja/o ?

  2. Los 10 mandamientos de Dios y los 5 de la Iglesia nos llevan necesariamente a desobedecer a la ONU y a Bergoglio, que son lo mismo. Bueno Bergoglio todavía peor, pues se nos presenta como papa, aunque, afortunadamente, ya ha renunciado a vicario de Cristo y sucesor de Pedro. A reconocimiento de parte ..

    1. Pero nos llevan a amar al prójimo. Entre los que se encuentra el Papa, los obispos, el resto de los católicos, los cristianos no católicos, y los no cristianos. Incluso a los que participan en este blog.

      Empiece a amar, no maltratando ni de obra ni de palabra, no desee mal alguno … Y luego, si quiere desobedezca a la ONU, a la OTAN, o a la CEOE y a la UGT juntas.

    2. Respecto a la renuncia:

      Según vd como va a renunciar si no es Romano Pontífice?

      Pero pese a eso: que más quisiera Vd!! Otra alucinación. No deje la pastillita!

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