42 instituciones religiosas -no solo católicas- en 14 países han anunciado conjuntamente su decisión de retirar sus inversiones en combustibles fósiles como petróleo, gas o carbón por su supuesto efecto acelerador del Cambio Climático. Entre ellas figura una española, las Hermanitas de la Asunción.
Leo a Lisa Zengarini en Vatican News que “a la declaración de intenciones conjunta, la primera firmada por un número tan grande de organizaciones confesionales en esta área, se han unido, entre otras, organizaciones católicas, metodistas, anglicanas y budistas. La participación católica es particularmente significativa en esta semana Laudato si’, celebrada en la víspera del año dedicado al cuidado de la Creación que comenzará el 24 de mayo en el quinto aniversario de la publicación de la Encíclica del Papa Francisco sobre la ecología integral”.
Una curiosidad: ¿algún Papa antes de Francisco había vuelto tantas veces sobre sus propias encíclicas? ¿Alguno había dedicado una semana entera a conmemorarlas? Es curioso, porque ni siquiera se trata de un escrito especialmente doctrinal; una parte importante del documento está dedicada a cuestiones que podrían firmar desde funcionarios de Naciones Unidas o ministerios de Transición Ecológica a la nube de ONGs que pululan en torno al Cambio Climático, dogma laico que aparece totalmente asumido por la jerarquía.
Otra sorpresa ligada a la noticia es enterarme de que congregaciones tales como las Hermanitas de la Asunción se muevan con esa soltura en los mercados de valores. Quizá lo de la compra del lujoso edificio en Londres con el Óbolo de San Pedro no sea, al fin, tan excepcional y escandaloso, visto lo visto.
Si partimos de la premisa de que las instituciones religiosas invierten sus fondos en el mercado abierto en lugar de administrarlos internamente y, sobre todo, destinarlos a las causas que los donantes suponen como fin inmediato, tiene sentido que se empleen criterios éticos. Es decir, resultaría incoherente que una institución católica, con el pretexto de lograr una buena rentabilidad para su inversión, pusiera su capital al servicio de empresas con fines incompatibles con la moral católica. No sé, Planned Parenthood o cosas así.
Pero, ¿es inmoral proporcionar financiación a las empresas energéticas convencionales? Es más que dudoso. Si extraer petróleo y gas fuera éticamente malo, lo lógico sería pedir, sin más, su desaparición, incluso si se supiera que pedirlo no sirve de nada. Pero si mañana por la tarde se dejara de utilizar combustibles fósiles, el mundo entraría en un colapso comparado con el cual la crisis que nos espera cuando salgamos del confinamiento sería una broma. Y, por supuesto, quienes iban a pagar el precio más duro, en forma de hambrunas y enfermedades, serían la enorme masa de los más desfavorecidos. Por una vez, al menos, el grito de los pobres no coincidiría precisamente con el supuesto ‘grito de la Tierra’.
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Hola. Estaría interesado en comprar sus automóviles de combustión fósil pues he supuesto que en coherencia con la susodicha desinversión también se desaharán de esos mecanismos de contaminación.
Por favor, llámeme al 111-11-10
Que den ejemplo –«testimonio» le llama insistentemente el Sumo Sacerdote– y se quiten la calefacción de los mamotréticos inmuebles vacíos que regentan y costeamos todos.
El Obispado tendría que quitarles la luz y ponerles placas solares y un molinillo eólico como generador. Saludos en el Señor.
Bien hecho
Nadie vive sin petróleo y esa demagogia. El mundo no está preparado para deshacerse de los combustibles fósiles dentro de 50 años.
¡ Mientras tengan para invertir y desinvertir ! En breve no tendrán ni para gastos de sepelio.
Ayudar a la Iglesia en su necesidades….
Un buen cristiano como Vd, seguro que lo hara!
¡Hombre Joaquín! en sus necesidades, no para sus «juergas». Y los que no somos clero y nos tomamos en serio el Mandamiento solemos escoger a quién damos. Hay muchas instituciones buenistas, ecologistas (moribundas por cierto ) que no necesitan nada, como éstas que cita el artículo que tienen para invertir. A mí a veces me llegan peticiones de instituciones que tienen buenas universidades, colegios, etc. etc , que no son gratuitos por cierto, y las tiro a la papelera; en fin, que a mí no se me ocurriría hacer un «crowdfunding» o micromecenazgo para pagarme las vacaciones.
Hay que ayudar a la Iglesia. Quienes no son iglesia, sino más bien anti iglesia, van camino de la extinción, afortunadamente. Habrá que ayudarles a que el proceso no se largue más.
La vergüenza es que tuvieran invertido. ¿Lo saben los fieles, que su dinero se usa para invertir en bolsa?
El petróleo lo más seguro se acabe en 2050 según dicen los estudios y en España ya se están cerrando minas de carbón y se están utilizando más la energías renovables como la mareomotriz, eólica, biomasa, hidroeléctrica, etc. Aunque a los negacionistas del cambio climático como Belzunegui no les guste.
El petróleo como tal no se acabará nunca. Una buena parte se quedará en los pozos, sin extraer. ¿Por qué? Porque dejará de ser rentable. Hay detallitos de los que la gente no se da cuenta. Por ejemplo, cada vez hay que emplear más energía para sacar petróleo, porque cada vez está más difícil de alcanzar, más profundo. Cuando se empezó a extraer la «rentabilidad» era de 1 a 100 (por cada julio que se empleaba en sacar pertróleo se obtenían 100 julios). Ahora anda por 1 a 5… y bajando.
El coche eléctrico ya está ahí. A punto de reventar. Muy pronto habrá una disrupción brutal. Muy pronto es en un par de años. Y va a ocurrir así:
El petróleo no volverá a levantar cabeza. El coche eléctrico es caro, ahora mismo, pero si haces muchos muchos km. vale la pena. Así que los primeros coches a gasolina en abandonar la carretera serán los que más km hacen. A medida que se hacen más, y se investiga, el coche eléctrico seguirá bajando de precio.
Qué zas…
Espero que estas instituciones no se les ocurra usar nunca más, coches de gasolina, ni gas para su calefacción.
Los fósiles no quieren los fósiles.
¡Ja, ja, ja, ja…!
Más de cuarenta instituciones religiosas anuncian su desinversión en fósiles.
Primero. No sé por qué invierten.
Por honestidad, no pongo mi dinero a rentar en el banco. Ni poco, ni mucho ni nada, porque las transacciones no son limpias. Actúo según mis principios morales y religiosos y estos no me permiten invertir más que en aquello donde la polilla no puede roer.
Entiendo que haya instituciones religiosas que les traiga al pairo lo que dice Nuestro Señor, pero no entiendo por qué ahora dejan de invertir. Aunque seguro que tiene que ver con Laudato si. Se mueven a golpe de lo que diga Fran cisco, Soros y la Greta Turner.
Son im béciles y ma los a partes iguales
No puede roer, no.
Puede roer, quise decir
A mí me parece muchísimo más grave el hecho de que en las ciudades estemos tragando el humo de los coches que el supuesto efecto invernadero de ese humo. En mi opinión, llevamos 70 años de retraso con el coche eléctrico. Es vergonzoso que todavía no se haya implantado
Llevamos más de 70 años.
Las energías libres llevan ya tiempo y nunca saldrán a la luz.
De la semana ‘laudatosí’ no habla nadie y no tiene ninguna presencia más allá de los medios del régimen. No son capaces de entender que no está el horno para bollos y que a nadie interesa las cosas ‘laudatosí’ con la epidemia que nos rodea y la terrible crisis planetaria que nos empieza a afectar. Pues, genio y figura, se pretende alargar la semana y convertirla en un año ‘laudatosí’. Un buen número de los inscritos, en su mayoría instituciones religiosas, están de lleno inmersos en arriesgadas inversiones fósiles que en este momento mejor no mirar. Terrible publicidad para los apasionados ‘laudatosí’. Specola.