| 11 mayo, 2020
Les ofrecemos la homilía del lunes de la V semana de Pascua, 11 de mayo, de Santiago Martín, fundador de los Franciscanos de María.
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Y la Fe también, si no queremos caer en el luteranismo bergo liante: ««Tú tienes fe, pero yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las obras. ¿Tú crees que hay un solo Dios? Pues muy bien, pero eso lo creen también los demonios y tiemblan».»
Carta de Santiago, 2 – 18,19.
Perfecto! Enhorabuena!
… pero a la referencia del Santo Padre, desgraciadamente no me puedo adherir….
No es así. El amor se demuestra con obras, y la fe… también. Si faltan las obras, no hay verdadera fe: está muerta. La fe obra por la caridad. Esto es de cajón.
Disculpa. Te entendí mal… Es como dices (y como digo).
Que obras son amores, y no buenas razones.
Mi hermano y hermana, tienen obras a montones, pero no tienen «buenas razones» ésas yo las tengo. Creo en Dios, hablo de Él,,, pero no con Él. No tengo obras. Es una disyuntiva. ¿Qué pasará ahora que muramos?
No hablas con Él, Spes? 😳
😁 ACS,para facilitar te diré que Cristo mismo nos puso el ejemplo del buen samaritano,, pasaron frente al desmayado, fariseos, sacerdotes que hablaban de Dios,,, no hicieron nada. El que ayudó, ése conocía a Dios, y lo vió en el golpeado. Ésa explicación la he oido.
Obras son amores,,,,
Igual San Francisco,, el de Asís,,,ayudó a un leproso venciendo su repugnancia y éste era Cristo disfrazado,,, Obras son amores.
Me faltan obras. 😔
Difícilmente se puede amar a las personas si no condenamos, si no odiamos, el error y el pecado en que podemos caer. Igualmente, difícilmente podemos amar a ciertas personas, especialmente las enemigas, si no contamos con la ayuda de la gracia divina por medio de los sacramentos.
Cuando se olvida de Fco hace unas predicaciones interesantes, Belzu. Como ésta.
Gracias Betsaida, pero de Bergoglio, el mayor peligro actual para la Iglesia Católica, creo que no hay que olvidarse nunca y denunciar todo lo denunciable, hasta a grito pelao, para que no se nos pegue la porquería, como a tantos.