Tras un mes ingresado por coronavirus, el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, es dado de alta.
Ayer por la tarde, según comunicó la diócesis abulense, José María Gil Tamayo recibió el alta hospitalaria. Permanecía ingresado en el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, de Ávila, desde el pasado 20 de marzo. A partir de ahora continuará su convalecencia en su domicilio.
Gil Tamayo quiso agradecer el interés y el cariño de cuantos han rezado por su recuperación y se han interesado por su salud durante este último mes. Además, quiso reconocer y dar las gracias públicamente por la extraordinaria labor, la entrega y los desvelos de todos los profesionales sanitarios del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles.
También a todos cuantos se esfuerzan por paliar sus efectos, tanto a nivel sanitario como social y económico: instituciones, administraciones, fuerzas y cuerpos de seguridad locales y estatales, empresas, y ciudadanos solidarios que trabajan por el bien común de una sociedad dañada.
Gil Tamayo quiso también mostrar su cercanía y cariño con todas las personas que padecen esta terrible enfermedad, así como con todas aquellas familias que han sufrido la pérdida de alguno de sus seres queridos.
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Me alegro de su alta hospitalaria. Pido a Dios que este tiempo de convalecencia le haya llevado a comprobar la necesidad de pastores que confirman en la Fe y no se distraen con cuestiones que competen a los laicos.
Una familia con magníficos sacerdotes, alguno ya fallecido y magnífico ejemplo de cómo se ejercita de forma
Silenciosa y fecunda el sacerdocio. Y la formación de sacerdotes.
Alegrándome de su recuperación y de todos los enfermos, aceptando la voluntad de Jesucristo.