«El Señor espera que le presentemos nuestras miserias, para hacernos descubrir su misericordia».
El Papa Francisco ha celebrado hoy el II Domingo de Pascua, o también llamado, desde hace justo 20 años, Domingo de la Divina Misericordia, en una iglesia situada a pocos metros del Vaticano, Santo Spirito in Sassia.
Les ofrecemos la homilía del Santo Padre, publicada en español por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
El domingo pasado celebramos la resurrección del Maestro, y hoy asistimos a la resurrección del discípulo. Había transcurrido una semana, una semana que los discípulos, aun habiendo visto al Resucitado, vivieron con temor, con «las puertas cerradas» (Jn 20,26), y ni siquiera lograron convencer de la resurrección a Tomás, el único ausente. ¿Qué hizo Jesús ante esa incredulidad temerosa? Regresó, se puso en el mismo lugar, «en medio» de los discípulos, y repitió el mismo saludo: «Paz a vosotros» (Jn 20,19.26). Volvió a empezar desde el principio. La resurrección del discípulo comenzó en ese momento, en esa misericordia fiel y paciente, en ese descubrimiento de que Dios no se cansa de tendernos la mano para levantarnos de nuestras caídas. Él quiere que lo veamos así, no como un patrón con quien tenemos que ajustar cuentas, sino como nuestro Papá, que nos levanta siempre. En la vida avanzamos a tientas, como un niño que empieza a caminar, pero se cae; da pocos pasos y vuelve a caerse; cae y se cae una y otra vez, y el papá lo levanta de nuevo. La mano que siempre nos levanta es la misericordia. Dios sabe que sin misericordia nos quedamos tirados en el suelo, que para caminar necesitamos que vuelvan a ponernos en pie.
Y tú puedes objetar: “¡Pero yo sigo siempre cayendo!”. El Señor lo sabe y siempre está dispuesto a levantarnos. Él no quiere que pensemos continuamente en nuestras caídas, sino que lo miremos a Él, que en nuestras caídas ve a hijos a los que tiene que levantar y en nuestras miserias ve a hijos a los que tiene que amar con misericordia. Hoy, en esta iglesia que se ha convertido en santuario de la misericordia en Roma, en el Domingo que veinte años atrás san Juan Pablo II dedicó a la Divina Misericordia, acojamos con confianza este mensaje. Jesús le dijo a santa Faustina: «Yo soy el amor y la misericordia misma; no existe miseria que pueda medirse con mi misericordia» (Diario, 14 septiembre 1937). En otra ocasión, la santa le dijo a Jesús, con satisfacción, que le había ofrecido toda su vida, todo lo que tenía. Pero la respuesta de Jesús la desconcertó: «Hija mía, no me has ofrecido lo que es realmente tuyo». ¿Qué cosa había retenido para sí aquella santa religiosa? Jesús le dijo amablemente: «Hija, dame tu miseria» (10 octubre 1937). También nosotros podemos preguntarnos: “¿Le he entregado mi miseria al Señor? ¿Le he mostrado mis caídas para que me levante?”. ¿O hay algo que todavía me guardo dentro? Un pecado, un remordimiento del pasado, una herida en mi interior, un rencor hacia alguien, una idea sobre una persona determinada… El Señor espera que le presentemos nuestras miserias, para hacernos descubrir su misericordia.
Volvamos a los discípulos. Habían abandonado al Señor durante la Pasión y se sentían culpables. Pero Jesús, cuando fue a encontrarse con ellos, no les dio largos sermones. Sabía que estaban heridos por dentro, y les mostró sus propias llagas. Tomás pudo tocarlas y descubrió lo que Jesús había sufrido por él, que lo había abandonado. En esas heridas tocó con sus propias manos la cercanía amorosa de Dios. Tomás, que había llegado tarde, cuando abrazó la misericordia superó a los otros discípulos; no creyó sólo en su resurrección, sino también en el amor infinito de Dios. E hizo la confesión de fe más sencilla y hermosa: «¡Señor mío y Dios mío!» (v. 28). Así se realiza la resurrección del discípulo, cuando su humanidad frágil y herida entra en la de Jesús. Allí se disipan las dudas, allí Dios se convierte en mi Dios, allí volvemos a aceptarnos a nosotros mismos y a amar la propia vida.
Queridos hermanos y hermanas: En la prueba que estamos atravesando, también nosotros, como Tomás, con nuestros temores y nuestras dudas, nos reconocemos frágiles. Necesitamos al Señor, que ve en nosotros, más allá de nuestra fragilidad, una belleza perdurable. Con Él descubrimos que somos valiosos en nuestra debilidad, nos damos cuenta de que somos como cristales hermosísimos, frágiles y preciosos al mismo tiempo. Y si, como el cristal, somos transparentes ante Él, su luz, la luz de la misericordia brilla en nosotros y, por medio nuestro, en el mundo. Ese es el motivo para alegrarse, como nos dijo la Carta de Pedro, «alegraos de ello, aunque ahora sea preciso padecer un poco en pruebas diversas» (1 P 1,6).
En esta fiesta de la Divina Misericordia el anuncio más hermoso se da a través del discípulo que llegó más tarde. Sólo él faltaba, Tomás, pero el Señor lo esperó. La misericordia no abandona a quien se queda atrás. Ahora, mientras pensamos en una lenta y ardua recuperación de la pandemia, se insinúa justamente este peligro: olvidar al que se quedó atrás. El riesgo es que nos golpee un virus todavía peor, el del egoísmo indiferente, que se transmite al pensar que la vida mejora si me va mejor a mí, que todo irá bien si me va bien a mí. Se parte de esa idea y se sigue hasta llegar a seleccionar a las personas, descartar a los pobres e inmolar en el altar del progreso al que se queda atrás. Pero esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos. Que lo que está pasando nos sacuda por dentro. Es tiempo de eliminar las desigualdades, de reparar la injusticia que mina de raíz la salud de toda la humanidad. Aprendamos de la primera comunidad cristiana, que se describe en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Había recibido misericordia y vivía con misericordia: «Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno» (Hch 2,44-45). No es ideología, es cristianismo.
En esa comunidad, después de la resurrección de Jesús, sólo uno se había quedado atrás y los otros lo esperaron. Actualmente parece lo contrario: una pequeña parte de la humanidad avanzó, mientras la mayoría se quedó atrás. Y cada uno podría decir: “Son problemas complejos, no me toca a mí ocuparme de los necesitados, son otros los que tienen que hacerse cargo”. Santa Faustina, después de haberse encontrado con Jesús, escribió: «En un alma que sufre debemos ver a Jesús crucificado y no un parásito y una carga… [Señor], nos ofreces la oportunidad de ejercitarnos en las obras de misericordia y nosotros nos ejercitamos en los juicios» (Diario, 6 septiembre 1937). Pero un día, ella misma le presentó sus quejas a Jesús, porque: ser misericordiosos implica pasar por ingenuos. Le dijo: «Señor, a menudo abusan de mi bondad», y Jesús le respondió: «No importa, hija mía, no te fijes en eso, tú sé siempre misericordiosa con todos» (24 diciembre 1937). Con todos, no pensemos sólo en nuestros intereses, en intereses particulares. Aprovechemos esta prueba como una oportunidad para preparar el mañana de todos, sin descartar a ninguno: de todos. Porque sin una visión de conjunto nadie tendrá futuro.
Hoy, el amor desarmado y desarmante de Jesús resucita el corazón del discípulo. Que también nosotros, como el apóstol Tomás, acojamos la misericordia, salvación del mundo, y seamos misericordiosos con el que es más débil. Sólo así reconstruiremos un mundo nuevo.
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Más misericorditis aguda y falsa: » Él quiere que lo veamos así, no como un patrón con quien tenemos que ajustar cuentas, sino como nuestro Papá, que nos levanta siempre».
Pues no y no y no. Dios me ayuda a levantarme si yo quiero levantarme. Respeta mi libertad. No se impone. Mo me impone la salvación. Soy yo quien tiene que corresponder a su oferta de salvación. No paras de engañar. Estás haciendo mucho daño con tu misericorditis mentirosa. Y sigues sin hablar del infi erno, porque no crees en él, pero ya lo verás, si sigues engañando, como el demonio. Nos quieres vender una salvación sin conversión y sin infi erno. Eso sí, te gusta hablar del diablo, para que te sigan los papólatras, pero un diablo que no puede llevar a nadie al infi erno, porque no existe, no es un diablo. Por cierto, Bergoglio, ¿ dónde mora ese diablo ?.
Hoy hay muchos pastores que distorsionan la verdadera misericordia, que en Dios va unida a su justicia. Sor Faustina habló de la misericordia, pero también de la justicia y de la ira de Dios. Y el Señor le mostró el infierno para que el mundo recuerde el castigo que espera a quien desobedezca la ley de Dios.
Acertadísimo. Muchas gracias. que Dios le bendiga. Necesitamos sacerdotes católicos y misas y sacramentos. Nos niegan todo.
Eso Egonegui,podrías tú contestar ,tú misma pregunta,y dejar de ver,tantos tontubernios?
Quien busca Dios misericordioso solo encuentra despues de buscar a Dios de la justicia.
Wadson, muy interesante. De hecho así se ve en la Biblia.
Hola
Pero si es que, desde la cátedra de Pedro, mancillada, se nos está invitando al pecca fortiter luterano con tal de que creamos que ya estamos salvados por un Dios tan misericordioso que nos levanta siempre para que sigamos pecando, que ya nos volverá a levantar. Lo peor no es la tomadura de pelo a los fieles sino que se nos invita a los fieles a tomar el pelo al mismo Dios, pero de Dios nadie se ríe y menos Bergoglio, el mayor estafador de la historia de la humanidad. La justicia caerá sobre él de forma implacable.
Que si, que si
Cierto, Jesús es amor y misericordia, pero también justicia, y sí, hay que ajustar cuentas porque el Padre le dio todo el poder judicial ejecutivo.
Pues claro que tenemos que ajustar cuentas. La justicia y la misericordia, van a la par.
Es que Jorge se está imaginando un patrón según el patrón que los comunistas tienen en la cabeza de lo que es un patrón, valga la redundancia.
Además, nos quiere confundir y piensa que vemos a Dios como un patrón ¿Quién es él para juzgar cuál es la visión que tiene la gente de Dios?
Si no es quién para juzgar los actos homosexuales, que tampoco juzgue todo lo demás.
«El II Domingo de Pascua, o también llamado desde hace justo 20 años Domingo de la Divina Misericordia.»
Y llamado en realidad desde tiempo inmemorial ¡no 20 ni 50 años! Domingo in Albis y Octava de Pascua. Hizo falta osadía para poner las manos sobre el tiempo de Pascua y remplazar su octava, la octava de la Resurrección de Nuestro Señor, por una devoción procedente de revelaciones privadas (sin entrar siquiera a discutirlas, igual daría a estos efectos que fueran las más sólidas y de mejor doctrina entre todas las revelaciones privadas). Enseguida llegan los que exaltan a Juan Pablo II por esta desatinada extravagancia litúrgica pero despellejan a Francisco, como de costumbre, por seguir avanzando en la llamada misericorditis.
El hijo pródigo se dijo;
Me levantaré e iré a mi padre.
Levantémonos todos y vayàmos corriendo, a sumergirnos en La Divina Misericordia de Dios,,, sino,, ¿a dónde más? ¿A quién iremos?
como se preguntaron los apóstoles.
Señor, ten piedad y Misericordia de nosotros.
A quien iremos?.Tu tienes palabras de vida Eterna.
Un hombre ve con envidia cómo una familia es feliz,, y lo que hace es, en la primera oportunidad que tiene,,, de decirle al pequeño hijo,, «Ésos que crees tus padres, no lo son,, tus padres, bla bla bla, Y lo peor del asunto es que SÍ son los verdaderos padres,, fue solo el deseo de sembrar tristeza y dolor en el alma.
Así el demonio,, quiere quitar esta devoción,, le duele que se tenga fe,, la quiere quitar. Trabaja horas extras,, no descansa,,hasta en éso es contrario a Dios,,,, Dios se dió el gusto de descansar… Pero este otro,, cuando no tiene quehacer, con el rabo espanta moscas.
«Para castigar tengo la eternidad», tambien le dijo…
Dios es misericordioso, y también justo. El Día del Juicio tendremos que comparecer todos ante Él por nuestras palabras y actos, buenos y malos. Y con todos impartirá justicia, así como también tiene misericordia con quienes se humillan ante Él y se arrepienten de sus pecados, con la intención de alcanzar la santidad, «porque todo el que se ensalce, será humillado, y el que se humille será ensalzado» (Lucas 14:11).
No te equivoques, la hermana Faustina no va a ese juicio que dices.
Perdona nuestras DEUDAS como tambien nosotros perdonamos a nuestros deudores… Jesus mismo se compara con un juez o patron que perdona una deuda a un deudor que luego de no perdonar una deuda minima a otro lo ajusticia arrojandolo a el y su familia al fozo de los leones… lo advierte el padre nuestro.
Vaya!
Tiene razón. Por eso nos cambiaron el Padrenuestro, para que ya no hubiera deudas que pagar. Todo es un engaño manifiesto.
Que no hay deudas sólo lo creen los protestantes, ya que no creen en el purgatorio.
Si no hay deudas en el Padrenuestro, no hay purgatorio que saldar con el patrón. Por lo visto es sólo ofensas y no deudas, nada de sacrificio para satisfacer nada, nada de cruz redentora sino encarnación redentora de la raza humana, todos por igual.
Amen, el concilio y la Faustina, han hablado.
Vaya!
Tiene razón. Por eso nos cambiaron el Padrenuestro, para que ya no hubiera deudas que pagar. Todo es un engaño manifiesto.
Que no hay deudas sólo lo creen los protestantes, ya que no creen en el purgatorio.
Vaya!
Tiene razón. Por eso nos cambiaron el Padrenuestro, para que ya no hubiera deudas que pagar. Todo es un engaño manifiesto.
Que no hay deudas sólo lo creen los protestantes, ya que no creen en el purgatorio
El pontificado, es un decir, de la misericorditis es la mayor estafa de la historia de la humanidad. Quien quiera irse al infi erno lo tiene muy fácil: Dejar a Jesucristo y su senda estrecha y marcharse con Bergoglio por la autopista al averno.
Pero si es que, desde la cátedra de Pedro, mancillada, se nos está invitando al pecca fortiter luterano con tal de que creamos que ya estamos salvados por un Dios tan misericordioso que nos levanta siempre para que sigamos pecando, que ya nos volverá a levantar. Lo peor no es la tomadura de pelo a los fieles sino que se nos invita a los fieles a tomar el pelo al mismo Dios, pero de Dios nadie se ríe y menos Bergoglio, el mayor estafador de la historia de la humanidad. La justicia caerá sobre él de forma implacable.
La mentalidad de pecado está tan extendida en la iglesia que no ven en todo esto una llamada de Dios a la conversion, no ven que el mundo tiene que girar 180 grados, por eso las iglesias permanecen cerradas, piensan que esto pasara y despues a seguir la vida como si bada.
Monumental escándalo sacerdotal de pederastia en Colombia. En la archidiócesis de Villavicencio. Que, según el Anuario Pontificio de 2019, tiene 139 sacerdotes, de los que 22 ya han sido suspendidos por sus superiores y el número de involucrados es de 36, por el momento.Todo comenzó con la denuncia de un varón que, después de varios intentos fallidos, pudo contar que desde sus 13 años comenzó a ser víctima de abuso sexual por parte de sacerdotes de la Arquidiócesis de Villavicencio. El perfil de la víctima repite tres patrones muy comunes en el abuso sexual clerical: la víctima es muy pobre, proviene de una familia disfuncional y es varón.
¿ Nos querrán todavía los bergo liantes homosexualistas vendernos su mentira de que los abusos clericales no tiene nada que ver con la homosexualidad de una gran parte del clero ? No se puede consentir que el sacerdocio católico se convierta en un refugio homosexual.
Monumental escándalo sacerdotal de pederastia en Colombia. En la archidiócesis de Villavicencio. Que, según el Anuario Pontificio de 2019, tiene 139 sacerdotes, de los que 22 ya han sido suspendidos por sus superiores y el número de involucrados es de 36, por el momento.Todo comenzó con la denuncia de un varón que, después de varios intentos fallidos, pudo contar que desde sus 13 años comenzó a ser víctima de abuso sexual por parte de sacerdotes de la Arquidiócesis de Villavicencio. El perfil de la víctima repite tres patrones muy comunes en el abuso sexual clerical: la víctima es muy pobre, proviene de una familia disfuncional y es varón.
¿ Nos querrán todavía los bergo liantes homosexualistas vendernos su mentira de que los abusos clericales no tiene nada que ver con la homosexualidad de una gran parte del clero ? No se puede consentir que el sacerdocio católico se convierta en un refugio homosexual.
Pero si es que, desde la cátedra de Pedro, mancillada, se nos está invitando al pecca fortiter luterano con tal de que creamos que ya estamos salvados por un Dios tan misericordioso que nos levanta siempre para que sigamos pecando, que ya nos volverá a levantar. Lo peor no es la tomadura de pelo a los fieles sino que se nos invita a los fieles a tomar el pelo al mismo Dios, pero de Dios nadie se ríe y menos Bergoglio, el mayor estafador de la historia de la humanidad. La justicia caerá sobre él de forma implacable.
El mismo relato del Evangelio hodierno alude a la acción de «jueces», instituidos por el mismo Jesús, ya que les dio potestad, para «perdonar los pecados o retenerlos» (Jn 20, 23). Ahora bien, para tal discernimiento, es necesario juzgar, si un penitente está o no en situación de obtener el perdón.
El Señor «personaliza» a cada pecador. A Cleofás y su compañero, el Resucitado les dio un buen tirón de orejas, tratándolos de «poco perspicaces y dura cerviz» (Lc 24, 25). A Tomás lo reprendió: «No seas incrédulo, sino creyente» (Jn 20, 37). A Pedro, por tres veces, le pidió dejara atrás sus tres anteriores negaciones (Jn 21, 15 17).
Misericordia, claro está (opus operatum), pero no menos disposición personal (opus operantis) para recibirla, apreciarla y custodiarla.
Quitaron las deudas por ofensas en el padrenuestro en el año catapum, y es ahora con Francisco cuando se dan cuenta de que la doctrina está cambiada. Como que Francisco fue el que quitó la mencion al purgatorio en el padrenuestro. Por lo visto el que ca ga el último, atranca el va ter. Pues eso no es así, cada uno ca gó un poquito hasta llegar a lo que hay ahora. Así pues, que no vengan con el cuento de que son pa pas y monjas santos. Cuentos chinos a los chinos.
¡Qué barbaridad, el último que c… atranca el váter! Quevedo no lo habría explicado mejor.
Pues si la confesiòn es un juicio y la faustina aseguraba que Dios le había dicho que no necesitaba juicio, lo mismo tampoco se confesaba, era salva.
Desafortunadamente, fue Bergoglio mismo quien atrajo la ira de Dios sobre el mundo. Si Bergoglio es misericordioso, como dice todo el tiempo, este es el momento para que se arrodille y le pida perdón a Dios por haber adorado a los ídolos y no tener fe para llevar el evangelio al mundo entero, haber manipulado las verdades de Fe etc. ¡Bergoglio puede cambiar la perspectiva de la pandemia, pero tiene que abrir su corazón a la gracia y la conversión, celebrando una ceremonia de redención en el Vaticano UBI et ORBI!
Que homilìa màs bonita del papa Francisco.
Y es que Dios es un Padre bueno que nos ama de manera infinita. De tal manera que enviò a su hijo ùnico Jesucristo para salvarnos.
Y no porque lo merezcamos. Al menos yo no lo merezco. ¿Qué le puedo ofrecer yo a Dios?. Nada, sòlo mi pobre vida, mis pecados que son muchos y miserias.
El Señor no necesita nada de mi. Y sin embargo el Señor me quiere. Y que decir de la buena madre la Virgen Marìa tan grande ella. Como una madre que se preocupa de sus hijos. Aunque seamos el peor de sus hijos. Siempre esta ahì.
Gracias Señor. Òjala pudiese devolverte un uno por cierto de lo que tu me amas.
Sin embargo en Mateo 18 Jesus compara a Dios Padre con un patron que castiga al siervo que a diferencia de El no perdona la deuda de otro siervo. Bergoglio no lee los Santos Evangelios al parecer.
Dios Padre amoroso es Dios juez que da a cada cual lo suyo, premio al justo, y castigo al injusto. No hay contradicción entre lo uno y lo otro. Negar lo uno o lo otro es negar uno de los fundamentos básicos de la fe católica. Creo que el error proviene del infantilismo postmoderno que asimila el castigo, la autoridad, a la falta de amor. No es así, justo lo contrario, un padre que ama a su hijo no puede desentenderse de su educación, y ello conlleva la potestad de disciplinarle. Tanto más debe ser así con el Padre que está en los Cielos, que nos quiere por encima de todo.
Para saber lo que es la «misericordia divina» hay que leer el Diario de Sor Faustina. Leyendo el Diario se puede ver lo degradado que está el sentido de misericordia divina y más de uno se llevará un gran chasco.
Beatriz, disculpa, no he leído todavía el diario. ¿Podría explicarse un poco mejor?
Belzunegui,, estoy viendo que «según eso»
en el año 2017, era de 466 mil 215,,entre obispos y diáconos.
No es consuelo ni ganas de minimizar una terrible situación,, pues UN solo acto de esos horribles, sería suficiente para lamentarse profundamente.
¿Son unos los malvados? ¿Cientos?
¿Miles tal vez si se acumulan al paso de los años?
Bueno,, pues SIEMPRE, y gracias a Dios,, serán miles los buenos sacerdotes,,, tal vez con sus muchos defectos, tal vez equivocados,, tal vez muy mundanos,, pero ésas aberraciones son de un solo grupo de (verdaderos mal nacidos)..
La Santa Iglesia Católica,, es víctima de ellos también,,, no hay que hacer leña de ella.
Aquí sus enemigos gozan con éstas noticias.
contradice una vez mas a Jesús, que utilizó precisamente este modelo en muchas de sus parábolas… Otra vez contra las palabras del mismo Jesús…
En Mateo 18 Jesus compara a Dios con un patron que tiene dos deudores. Uno de ellos a pesar de que el patron perdona su deuda no petdona a su deudor. De alli aquella frase del Padrenuestro «perdonanos nuestras deudas…»
Conmigo Dios tuvo una inmensa misericordia. Me levzntó gratuitamente, cómo a Zaqueo exactamente como a él. Sólo fuí a mirar, por curiosidad. Del diario de Sta. Faustina creo recordar que la misericordia a la q alude Cristo se da a través de la confesión (lo digo con la boca pequeña, no estoy segura) sin embargo, en mi caso, la confesión vino después del encuentro, bastante después. Ahora soy una enamorada de ese sacramento.
Creo q la homilía de hoy es pteciosa, no veo nada criticable en ella, pero sí he hechado en falta la mención al sacramento.
Jesús dice a Sta. Faustina q concederà gracias a aquel q hable de su misericordia, hoy el Papa lo ha hecho.
Echado
Creo que ahí está el problema. ‘Poner en sus manos nuestras miserias’, dice. Muy bien. Pero en realidad ya no se habla en general de pecado (en el peor de los casos ni se considera pecado lo que siempre lo fue), de buena confesión, de buena dirección espiritual, de arrepentimiento…
Mi conversión también empezó antes de la confesión. Un camino lento. De hecho voy con retraso respecto a usted. Pero veo como la pérdida del concepto de pecado y la misericorditis, entendida como falsa misericordia, están haciendo mucho daño y creando mucha confusión. Probablemente estemos en el otro extremo del péndulo. En ese trayecto pendular que Dios permite, recojamos lo que sirve, desechemos lo que no sirve. Y sigamos caminando.
Dios le bendiga.
Le he respondido pero el comentario está pendiente de moderación …
Gracias ACS. A ver si puedo verlo.
Dios la bendiga.
Igualmente.un abrazo
Echado
Un total de nueve sacerdotes, dos de ellos en las últimas horas, han perdido la vida en Navarra como consecuencia del coronavirus. Con esta cifra, la diócesis de Pamplona y Tudela es la segunda más azotada en España por detrás de la de Madrid, que ya el pasado sábado contabilizaba nueve fallecimientos de religiosos confirmados por covid-19, según informó ese día Europa Press. En total, desde el 11 de marzo, en el marco de la pandemia han fallecido 28 sacerdotes en la diócesis madrileña, donde hay 100 sacerdotes contagiados. Por detrás de Madrid y Navarra se sitúan Ciudad Real, donde han muerto 5 sacerdotes por coronavirus; Palencia, donde han fallecido cuatro sacerdotes diocesanos y un religioso; y La Rioja, donde han fallecido cuatro sacerdotes. Los datos de estas tres diócesis son también del pasado sábado.
MÁS ALMAS VAN AL INFI ER NO POR LA MISERICORDIA QUE POR LA JUSTICIA DE DIOS
San Alfonso María de Ligo rio
Pero —dirás— Dios es la misma misericordia. He aquí el tercer enga ño, tan común en los peca dores, y que tantos conduce al infi erno.
Escribe un docto autor que la misericordia de Dios precipita más almas en el infi erno que su justicia; porque los pecadores, fiados temerariamente de la misericordia, no dejan de pecar y se condenan.
Que Dios sea todo misericordia ¿quién lo niega? Esto no obstante, ¡a cuántos arroja cada día en el infi erno! Es misericordioso, pero también es justo, y su justicia le obliga a cast igar al que le ofende. El Señor usa de su misericordia, pero ¿con quiénes? Con los que le temen. “Se levanta su bondad sobre los que lo temen”, dice David; y añade: “Siente el Señor ternura por los que lo temen” (Sal 103 [102], 11-13).
Pero los que le menos precian y abu san de su misericordia, para más ofenderle, estos tales que esperen el golpe de su justicia. Y con razón; Dios perdona el pecado, pero no puede perdonar la voluntad de pecar.
El que comete el pecado con el pensamiento puesto en que se ha de arrepentir después de haber pecado, este —dice San Agustín— “no es penitente, sino escarn ecedor de Dios”.
Y de Dios nadie se burla impun emente. “No os enga ñéis —dice el Apóstol— de Dios nadie se bu rla” (Gál 6, 7).
Y sería burl arse de Dios el ofen derle cuando y como se nos ant oja y luego pretender ir al paraíso.
San Alfonso María de Ligo rio, Preparación para la Mu erte.
Belzunegui. Dios no se impone por encima de nuestra libertad y hay muchos que le rechaban. Luego estamos nosotros que somos pobres pecadores. Porque pecamos, nos confesamos y al cabo de un tiempo volvemos a pecar. Es como parte de nuestra naturaleza, algo inevitable. Si no pecasemos serìamos como Jesucristo semejante a nosotros en todo excepto en el pecado. Hay esta
Este gran misterio del que tù seguro me puedes corregir fraternalmente y arrojar luz. Pero aunque sea parte de nosotros Dios aborrece al pecado, no al pecador arrepentido.
La diferencia es que tenemos la gracia de ser creyentes. De hecho seguro que hay muchos que no creen pero se han ido de misioneros al tercer mundo y tendrìan mas mèritos que yo salvarse.
La fe, la salvaciòn es un misterio y una gracia.
ESTO ESTÁ PASANDO Y LA MISERICORDITIS BERGO LIANTE MIRA PARA OTRO LADO
Irruzione dei carabinieri a Soncino, toccato il punto più basso della vergogna nazionale: un agente sull’altare, il parroco lo manda via: «Sto dicendo Messa». E alla Nuova Bussola Quotidiana, don Lino Viola, spiega i dettagli di un dramma: «C’erano sei persone in più: erano famigliari di morti di Covid senza funerale: non ce l’ho fatta a mandarle via. L’irruzione della Protezione civile all’omelia, il sindaco al telefono e la cacciata». E tanta amarezza: «Mai vista in 80 anni una dissacrazione così. E al comandante ho detto: mandate in giro carabinieri che non hanno il rispetto per il sacro?». Di questo scempio del culto, Governo e Vescovi devono rendere conto.
Mucho antes que el Hijo Pródigo dijera » Me levantaré e iré a mi padre.»
…el Padre lo estaba esperando .
Así es. Esperar no es forzar a volver. No se fué donde estaba el hijo pródigo y lo arrastró hasta la casa del Padre. Basta con tanta mentira. La misericorditis que se nos quiere vender, para que sigamos pecando y nos vayamos al infi erno es demoníaca.
Teresita y Belzunegui,
Ademàs el hijo pródigo se dió cuenta que la mejor opción era la casa del Padre. Que era mejor ser sirviente del Padre q vivir fuera de Él. En cierto modo hubo arrepentimiento y volvió con la intención de pedir perdón a su Padre y suplicarle q le aceptara, eso se parece mucho a la confesión. En Ap 3,20 Jesús lo dice muy claro : «yo estoy en la puerta y llamo. Si tú me abres la puerta yo entraré y cenaré contigo. »
Hay q abrir esa puerta. Querer ver quien està detràs. Abrirse a la posibilidad.
Creo recordar q el diario de Sta. Faustina dice q la puerta a la misericordia es la confesión. Cómo he dicho arriba no lo recuerdo bien pero creo q lo dice. El problema de estos mensajes es q pueden conducir a un relajamiento del cristiano poco formado.
Disculpad la intromisión. Y cómo conjugamos esa parábola con la de la oveja perdida? Cómo saber cuándo esperar y cuándo actuar?
Buena pregunta! Me ha dejado sin palabras… No sé… La oveja no conoce el camino de regreso, el hijo sí. No sé… Hay q meditarlo…
Gracias por la observación.
Un abrazo
Belzunegui decir que Dios es un padre bueno, misericordioso no creo que sea ninguna mentira. ¿Acaso Dios no lo es?. El pecado original es precisamente desconfiar de que Dios sea bueno, que quiere lo mejor para nosotros. Es lo mismo que nos quiere vender la sociedad de hoy, la desconfianza en Dios. ¿De verdad crees que uno puede dejar de pecar y salvarse por si mismo?. Hemos sido salvados no por nuestros méritos si no, los de nuestro Señor Jesucristo.
Dios no necesita de nosotros. Se nos ha revelado porque nos amado primero y para que hombre pueda descubrir su vocación que es alcanzar la comunión con ÉL, con los demás y con la naturaleza y alcanzar la plenitud que uno sólo puede encontrar en Él.
Muy bien explicado Miguel Hinojosa.
Belzunegui…
Estas confundido …. Decir : Creer en la Misericordia y seguir pecando es presunción , pecado contra el E.S.
Dios es misericordia y justicia juntas, de manera inescindible. Si las separamos, como hace Bergoglio, la misericordia se transforma en misericorditis aguda, que no salva, que engaña, que invita a seguir pecando, a no convertirse. La misericorditis bergo liante es el mayor engaño de la historia, la mayor estupidez.
“Justicia sin misericordia es crueldad y misericordia sin justicia es madre de la disolución”: santo Tomás de Aquino.
» Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen ..»
Teresita
Me ha hecho pensar usted. Le dejo unos versículos q parecen afirmar q Jesús sólo reza x aquellos q le acogen. No sé…
Jn 17,8-9
8 porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado.
9 Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos;
Claro, en este caso se puede pensar que se refiere sólo a las almas consagradas pero un poco después añade lo siguiente:
«20.No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí,»
Juan, 17 – Bíblia Católica Online
yo siempre había pensado que en su oración :»Pa dre, perdónales pq no saben lo que hacen» se refería a todos los hombres pero ahora estos textos me generan una duda…
Si José, yo también se que éso dijo Gandhi,, pero acuérdate que los cristianos que el trataba eran cristianos protestantes,,, no cristianos católicos como nosotros que somos encantadores,
😁, la sonrisa lo demuestra, 🤭,,
Tal vez otra frase habría dicho si tratara con católicos.
Impresionante altura teológica la de Grancisco. Lo que uno aprende leyendo a este prodigio intelectual y delicada pluma.