| 01 abril, 2020
Les ofrecemos la homilía, del miércoles de la V semana de Cuaresma -1 de abril de 2020-, de Santiago Martín, fundador de los Franciscanos de María.
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El divorcio en la Iglesia entre la figura de Jesús y sus enseñanzas
¡cuánta razón tiene, Padre Santiago!!!
¿ Y quién es el mayor representante de ese divorcio sino Bergoglio ? Sólo que, por miedo a la persecución, a la que todos estamos llamados a padecer, no te atreves a llegar a esta conclusión. Amigo Santiago, ya me perdonarás y ya me permitirás, pero me pareces inconcluyente. Para quedarse a mitad de camino, casi mejor no iniciarlo, pues nos engañas creyendo que hemos llegado hasta el final, cuando no es así. A estas alturas no podemos quedarnos a medias y dedicarnos a unos fuegos artificiales que Bergoglio hasta aplaude, pues ni le rozan.
El divorcio entre lo que es y representa Jesús, por un lado, y el tinglado eclesiástico por otro, es algo totalmente consumado, discernido y alentado como una liberación en medio de un gran frufrú de faldones, capas y hasta de corbatas…
Más que nunca, se ve el divorcio de la verdad en los dos bandos de la Iglesia. Y es verdad que no se reconoce lo que uno hace mal.
Que Dios tenga misericordia y nos mande pronto el aviso, la única manera que va a hacer posible ver la verdad.
Desde que se fundó la iglesia no representa a Cristo, no es un divorcio nuevo
No existe tal divorcio. El esposo está con la esposa.La Palabra es Dios y es inmutable. No temamos. Todo está cumplido.
Ap 21,6
«Me dijo también: «Hecho está: yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin;…»
Hecho está!!!!!
La Palabra escrita y la Palabra viva, me refería. No se puede separar, es lo mismo.
Querido Padre Santiago, esto si divide, esto si es obra del diablo; porque dividio la Iglesia desde hace mucho tiempo.
Estudie en España del año 1983-88 y todo eso ya existia.
Solo el Catecismo de la Iglesia es garantia.
Los primeros atisbos de divorcio empezaron en 325, continuaron en 451 y 1054, y se hicieron más patentes durante el siglo XVI. Esto no viene a ser sino una continuación de aquello.