Si hay algo que defina a nuestra época, tal vez sea una cierta obsesión con la utilidad. Cuando se presenta ante nosotros una nueva realidad, en lugar de admirarla, nos preguntamos inmediatamente “para qué sirve”. Y si la respuesta es que no sirve para nada, que lo estamos contemplando no nos va a reportar ningún beneficio inmediato y tangible, esbozamos una mueca disgustada y proseguimos nuestra búsqueda de lo útil en otro sitio. Sucede lo mismo cuando juzgamos la idoneidad de nuestros actos: ya no son apropiados si son buenos; son apropiados si son beneficiosos (o, lo que es lo mismo, si contribuyen a directamente a nuestra supervivencia biológica o a nuestro bienestar).
En cierta manera, es inevitable que dirijamos a la religión la misma mirada que al resto de fenómenos humanos y nos preguntemos: “Pero ¿acaso sirve para algo la religión?”
En su extraordinario ensayo Dios no mola, publicado por Bibliotheca Homo Legens, Ulrich L. Lehner subraya la ilegitimidad de la pregunta en cuestión. Según él, más que si la religión es útil, debemos preguntarnos si es verdadera. Ése es el interrogante fundamental. Nadie se adhiere a un credo porque sea benéfico para el orden social o porque permita el progreso; se adhiere a él porque piensa que es verdadero. En cierto modo, quien se pregunta por la utilidad de la religión reduce – lo pretenda o no – la grandeza del objeto de su estudio:
«Mi posición es que creer en Dios es una afirmación verdadera o no lo es. Un dios que nos guste porque nos da, a mi vecino y a mí, unos códigos morales para que así sea menos probable que nos convirtamos en ladrones o asesinos no es Dios, sino una función».
Esto no significa que no debamos juzgar los frutos de una religión; significa que una religión no es valiosa por sus frutos, sino por su grado de verdad. De nada vale que tal credo inspire una estupenda declaración de derechos humanos y mantenga la cohesión comunitaria si sus afirmaciones no son verdaderas, es decir, si no casan con la realidad. Puede ser un credo útil, pero no valdrá la pena desenvainar la espada por él. Puede ser beneficioso para el orden social, pero nadie en sus cabales consagraría su vida a él.
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¿Qué no es la religión?
En el Occidente hodierno existen dos visiones preponderantes de la religión. La primera de ellas la considera un artificio encaminado a sostener un orden político concreto; la segunda, por su parte, afirma que es un mecanismo que nos ayuda a sobrellevar el miedo a la muerte, algo así como un modo de domesticar lo desconocido, lo incierto. Según Lehner, ambas visiones pecan de reduccionistas; pues, si bien analizan los frutos de la religión (y ni siquiera lo hacen plenamente), no analizan la naturaleza profunda del fenómeno religioso.
El autor de Dios no mola refuta con especial vigor la segunda de las visiones:
«La religión plantea la cuestión de por qué cosas como el dolor, el sufrimiento y la muerte existen. Hace, pues, que estemos incómodos en el universo porque nos señala más allá de él sin darnos una respuesta práctica. Por lo tanto, el argumento de que es un mecanismo que nos ayuda a sobrellevar la mortalidad no es convincente».
Cabría añadir que ambas perspectivas del fenómeno religioso terminan incurriendo en el mismo error: el relativismo religioso. Como las religiones ya no son juzgadas según su grado de verdad, según su conformidad con la realidad de las cosas, todas terminan siendo igualmente válidas. Al fin y al cabo, se limitan a cumplir la función preestablecida.
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La religión es la mayor rebeldía del hombre que no tolera vivir como una bestia, que no se conforma -no se aquieta- si no trata y conoce al Creador. Os quiero rebeldes, libres de toda atadura, porque os quiero -¡nos quiere Cristo!- hijos de Dios. Esclavitud o filiación divina: he aquí el dilema de nuestra vida. O hijos de Dios o esclavos de la soberbia, de la sensualidad, de ese egoísmo angustioso en el que tantas almas parecen debatirse.
El Amor de Dios marca el camino de la verdad, de la justicia, del bien. Cuando nos decidimos a contestar al Señor: mi libertad para ti, nos encontramos liberados de todas las cadenas que nos habían atado a cosas sin importancia, a preocupaciones ridículas, a ambiciones mezquinas. Y la libertad -tesoro incalculable, perla maravillosa que sería triste arrojar a las bestias- se emplea entera en aprender a hacer el bien: Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 37-38.
Agudo y claro San Josemaría Escrivá
La verdad que sí. Ojalá algún día exhumen las Tres Campanadas, más actuales que nunca, más vigentes que nunca.
Me encanta esta reflexión.
Gracias, Belzu.
A mí también. Gracias Betsi.
El mejor resumen
Bueno, no es nada nuevo. Así como sucede hoy en día, el mismo enfoque teleológico era aplicado en épocas pasadas por muchos, pues, la mayoría, la masa, yerra. Siempre lo hace, siempre lo ha hecho. Sin necesidad de hablar de los paganos, si no refiriéndonos a los que se encuentran dentro de la Iglesia, claro está. Ni los santos, con excepción de ellos mismos al lograr ser santos, al igual que los mártires de fe, testigos de la Verdad, son capaces de enmendar eso. Dios mío, ni el propio Cristo pudo. Que todos seamos cristianos es, en el sentido último y esencial del término, algo verdaderamente anti-cristiano, una mentira, falsedad, pues es una imposibilidad en este mundo.
La religión, mi religión es el medio útil que me permite esperar que la justicia, ya que ésta aquí no existe ni puede existir, entiendo y espero que existirá en otra dimensión después de éste haber mal vivido aquí.
Yo entiendo, aunque no comparto, a aquellos quienes carentes de esta tabla de salvación que es la religión, terminal por suicidarse ante tanto engaño y frustración.
Cuando el hombre padece, lo natural es buscar a Dios, si en vez de eso, uno decide suicidarse, ¿Qué ámbito de acción respetuosa con nuestro libre albedrío Le dejamos?
En opinión de un servidor, cuando quienes más deberían ser ejemplares (también los laicos hemos de serlo, por supuesto), ponen su ministerio al servicio de una tendencia (me refiero en concreto al separatismo catalán) y lo hacen sin disimulo, incluso en algunas homilías, la religión sigue siendo útil, pero me temo que esa utilidad queda muy desvirtuada.
Es la reflexión de un laico español y catalán, que escribe desde Cataluña.
Si la religión se usa para partidismos, políticos, sociales, económicos, etc. se está pervirtiendo. Y acaba perdiendo todos los adeptos, primero los que no comparten el partidismo, y después los que comparten el partidismo, porque sólo la han usado para sus intereses.
http : / / wwwmileschristi.blogspot.com/2020/03/algunas-curiosidades-sobre-el-novus-ordo.html?m=1
Aquí, hay más detalles de las nuevas creencias actuales.
No soy SEDEVACANTISTA.
Simplemente, creo en DIOS PADRE, DIOS HIJO JESUCRISTO Y DIOS ESPÍRITU SANTO; en MARÍA SANTÍSIMA, los Ángeles y en los SANTOS.
Y, por sobre todo, creo en SA TA NÁS, LU CI FER y toda la LE GION de ESPÍRITUS, que rodean por debajo y arriba de la TIERRA, en el IN FI ER NO y en sus SE CUA CES.
TODO, ANTES DE CREER EN MI RELIGION, EN MI SANTA IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA.
La religión no es la pregunta es: ¿es la Fe verdadera? Porque Fe y Religión no es lo mismo.
Este artículo es un claro ejemplo del pecado y herejía del indiferentismo religioso. Es muy típico de la herejía modernista ver grados en la verdad cuando en realidad es la mentira la que tiene grados. Señores, no existen los grados en la verdad. Es una barbaridad decir que las religiones son valiosas según sea el grado de verdad que posean. El que ha escrito esto hace como la mayoría del clero católico tras el CVII: la religión católica ya no es la única que es verdadera y las demás son diferentes grados de mentira. Que bien lo sabe el demonio cuando nos incita a creer en la religión más parecida a la verdadera, que es la religión modernista que parasita a la católica, es tan verdadera que nadie la ve, pero no deja de ser una religión falsa. La peor mentira no es la mentira completa sino la más verdadera, pues no se ve.
Queria decir que la neo iglesia post conciliar cree el error de: » la religión católica ya no es la única verdadera sino que todas las religiones son grados de verdad». Este error se repite una y otra vez en el cvii, y lo explican muy bien muchíiiisimos curas cuando defienden el condenado ecumenismo y dicen que todas las religiones están juntas en una rueda y Cristo está en el centro, y la iglesia católica es la que está más cerca del centro. Esto, diga quien lo diga, es herejia pura.
Esto del valor intrínseco de las religiones porque están basadas en la dignidad humana es muy de Juan Pablo II, lo malo es que por mucho que lo diga un pa pa o lo proclame un concilio ecumenico, es una vil mentira.
La única religion que da dignidad humana para Dios es la católica, no existe salvación fuera de ella y las religiones falsas no pueden salvar, son indignas. Cuando la Virgen de la Sallete dice que Roma perderá la fe y se volverá la sede del anticristo se está refiriendo a esto, porque si niegas el dogma de extra ecclesia nulla salus en realidad estás negando todos los dogmas de fe, toda la doctrina y todo el magisterio, pues aquel es el dogma básico que sustenta a los demás y los demas no tienen sentido sin este. De nada sirve creer en el dogma de la Inmaculada concepción si luego crees que todas las religiones salvan, si todas salvan, no hace falta ninguna la Inmaculada Concepción.
Si todas las religiones son verdaderas o grados en la verdad, significa que todas son falsas. Monseñor Lefebvre es el que no apostató en esto. La libertad religiosa es el libre examen de Lutero, liberalismo puro. Es mentira que Dios de libertad religiosa para que cada uno elija su verdad. La libertad está puesta para elegir el bien y la verdad. Es la verdad la que te hace libre, la libertad no te conduce a la verdad por el pecado original. La verdad no triunfa con la sola fuerza de la verdad, porque el hombre tiende a elegir la mentira por el pecado original. La verdad es excluyente y absoluta. El hombre sólo tiene derecho a la verdad, no a la mentira, y la verdad es la que otorga la dignidad humana al hombre. Elegir libremente la mentira es una indignidad para Dios.
El cuento de la libertad religiosa del cvii es igual que decir que Adan y Eva tenían derecho a apartarse de Dios porque tenían dignidad humana y por tanto derecho a la libertad religiosa que el demonio les proponía. La libertad religiosa es la propuesta del demonio desde el principio. Dios no te da libertad para que hagas lo que quieras sino para que lo elijas a Él y para ello te da la inteligencia. La inteligencia razonando te conduce a la religión verdadera, no la libertad. Si Dios nos da libertad de elegir religión quiere decir que Dios es malo, pues sabe que por el pecado original no eliges la religion verdadera sino la falsa. El hombre no tiene derecho a la libertad religiosa, tiene derecho a ser católico, esa es la doctrina de Cristo.
Vaya vaya, en contra de la libertad ¿eh? Ya sabemos que tu construirías cárceles para torturas a gente de otras religiones, porque en verdad eso no lo diría un cristiano.
“Tu verdad aumentará en el sentido en el sepas comprender la verdad de otros» Martín Luther King Jr. Da igual lo que diga, tu lo rechazaras porque eras protestante y los fanáticos fundamentalistas odias todo el mundo que no sea como vosotros. Lo dice un católico
Te equivocas. Mi verdad católica es la única verdad revelada por Dios y no puede aumentar comprendiendo las verdades de otros puesto que las verdades de otros son mentiras. Las peores mentiras no son las mentiras completas sino las que son más verdaderas. Todo tu argumento es el error que desde la cúspide de la Iglesia se ha propagado hacia abajo vía obediencia desde el nefasto cvii. El verdadero ecumenismo consiste en acercarse a religiones falsas para que se vuelvan católicos. El ecumenismo condenado y herético es acercarse para comprender otras verdades de otros. No conoces el magisterio de la iglesia, que no consiste en lo que diga el pa pa sino en lo q se ha dicho siempre.
Claro, claro… Conspiraciones y más conspiraciones. Yo también pienso que el cristianismo es verdad, pero también entiendo y respeto que por ejemplo el judía crea que su es verdad. Creo que entendiste mi frase, yo estoy defendiendo una especie de relativismo religioso, estoy defendiendo la tolerancia religiosa
Ahí está el detalle: no se ha dicho siempre lo mismo.
No estoy en absoluto de acuerdo, es al comtrario,,uno no puede adherirse a la religión por ser la verdadera, nadie ha visto ninca a Dios, todas son falsas inventadas por el hombre, uno se adhiere por su utilidad, uno no se adhiere a las leyes de la termodinamica aunque sean ciertas, uno se adhiere (algo emocional) a algo por que le proporciona algún beneficio, porque le da paz, porque cree que vivirá eternamente, porque cree que Dios le salvará del mal, porque le hace ser mejor, porque mejora la sociedad, su utilidad es la única razón de ser, si no es útil solo es una paranoia, la religión no es razón es pura emoción camuflada bajo una parafernalia de razón, a veces positiva a veces negativa,
Déjate de Kantismo, que ya es suficiente con haberlo propagado sesenta años en los seminarios como si fuera católico, junto a Hegel y Darwin. A filosofías falsas, teología falsa y magisterio falso.
Eso en filosofía se llama falacia genética, estas tratando de negar la creencia religiosa sólo por la forma en la que el sujeto llegó a ella en tu caso crees que por la emoción o por el miedo a la muerte.
Eso que dices tiene sentido si partes de la premisa de que las religiones son todas falsas. Pero resulta que la católica no es falsa, la ha creado el mismo Dios y eso es lo que creemos los que pasamos por aquí, salvo alguno que otro. Pero que lo creamos o lo dejemos de creer no va a afectar en lo más mínimo al hecho de que sea verdadero o falso.
Y muchos santos han visto el mundo sobrenatural de muy diversas maneras. Otra cosa es que tú no les creas.
Es que no puedo entender cómo puedes asegurar rotundamente que todos los testigos del Dios verdadero mienten, sencillamente porque sí, sin ninguna prueba. Pues nada, allá tú. Tú verás lo que haces.
Con el Vaticano II empezó la iglesia de las no condenas y de los diálogos insustanciales con las demás “iglesias” y con el mundo, que ha llevado, especialmente en este ¿pontificado?, a ir asumiendo, uno tras otro, más y más errores y pecados. Jesucristo no nos envió a sus discípulos a dialogar, sino a anunciar, porque el evangelio es la Verdad, no hay otra. Hay que volver a las condenas, por mucho que sean políticamente incorrectas, en especial del marxismo y el gender, y al anuncio, a evangelizar todo el mundo. Los judíos, los musulmanes, los protestantes también están llamados a la plenitud de la Verdad. No la fragmentemos.
La religión es un acto de amor, de unión a Dios y al prójimo.Es el Camino, la Verdad y la Vida.
Preguntarse por la utilidad de esta realidad sólo puede deberse al desconocimiento de ella.
Hablo de nuestra religión, claro.
Amen, ACS.
El problema del Vaticano II es que ha conseguido que los católicos dejen de razonar la fe. Razonar la fe no es lo que dice Benedicto XVI en sus libros y encíclicas cuando habla de fe y razón. Razonar la fe consiste en que todas las personas pueden usar su inteligencia razonando hasta llegar a la fe verdadera que sólo es la católica. Esto es lo que enseñan todos los pa pas hasta Pio XII. Pero hay verdades de fe a las que no se puede llegar razonando como son la Trinidad o los ángeles. Lo que dice BXVI, que es erróneo, es que unas veces razonas y otras veces tienes fe, pq fe y razón son como dos alas del mismo pájaro, unas veces razonas y otras veces no razonas y tienes fe. Por eso dice que sus libros no los escribe como pa pa sino como teólogo privado. BXVI entiende por fe lo que entendía Lutero, una fe irracional, y lo que entiende por razón es el error del racionalismo, que es poner la fe razonable, q lleva a muchos a negar los milagros.
Este es al mismo tiempo el error del liberalismo: en teoria tengo fe, en la práctica soy un racionalista, en la teoría soy tradicional, en la práctica soy un modernista, en privado tengo fe, en lo público soy como un ateo. El liberalismo no es la ortodoxia de la iglesia por mucho q se oponga al progresismo que él mismo provoca.
1965 años la iglesia predicando que su principal fin es que la fe entre por la inteligencia, y sólo sesenta años los modernistas predicando que no hace falta convertir a nadie, y si se convierte es por el ejemplo, sentimientos y emociones al ver los servicios sociales que presta la iglesia. es una falacia que no ha convertido a nadie.
Hay conversiones de personas que han visto buenos ejemplos en los creyentes, por ejemplo, en los servicios sociales de los que hablas. Sin embargo, puede que el converso piense que esto es solo «ayudar al prójimo», cuando abarca más cosas. Siempre hacen falta conversiones, pero para que alguien se apegue a Dios ha de tener fe, y esa la da el Espíritu Santo.