Los pastores aguzan el ingenio para llevar los sacramentos a los fieles en cuarentena

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Son más de setenta los sacerdotes que, solo en el Norte de Italia, han muerto ‘al pie del cañón’. Y es que muchos sacerdotes están demostrando una entrega a su vocación heroica para llevar a Cristo a los fieles y que el rebaño no se sienta abandonado por sus pastores. Y, además de heroicidad, imaginación.

Las misas online se multiplican, pero también los rosarios, los retiros, las catequesis. Algunos incorporan tecnología para hacer las celebraciones interactivas, con el ‘populus’ respondiendo, pero la abrumadora mayoría, forzado a celebrar sin fieles, ha vuelto a la misa ‘ad orientem’. ¿Qué sentido tiene, estando solo, dirigirse a una parroquia vacía?

Mientras las iglesias permanecen cerradas o, en su defecto, vacías durante la misa, y la imagen de una plaza de San Pedro en la que Su Santidad dirige hacia la nada su bendición estremece a los católicos de todo el mundo, muchos sacerdotes están aguzando el ingenio y mostrando extraordinario celo para llevar los sacramentos a los fieles.

Es el caso de don Francesco Gravino, sacerdote napolitano que celebra misa con un altavoz desde el balcón de su casa. Y no es en absoluto el único, ni el único acto religioso celebrado por un sacerdote desde un balcón, en una experiencia que se multiplica y que ha ‘bendecido’ el cardenal Crescenzio Sepe, arzobispo de Nápoles.

Otra práctica que está proliferando, esta vez en Estados Unidos especialmente, es la confesión ‘drive-through’. El sacerdote está sentado en una silla plegable a la entrada de un parking, normalmente protegido por una cortina (que puede ser una simple sábana) y el penitente, sin bajarse del coche, puede realizar una confesión perfectamente válida de sus pecados sin bajarse del coche, como si fuera un local de comida rápida.  

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Comentarios
7 comentarios en “Los pastores aguzan el ingenio para llevar los sacramentos a los fieles en cuarentena
  1. Hay que facilitar a la gracia de Dios que llegue a destino. Eso lo saben hacer muy bien los sacerdotes y obispos católicos. Las situaciones de emergencia nos muestran a las claras quienes son y donde están: al pie del cañón. Yo el otro día puede confesarme en la iglesia de San Nicolás de la capital del viejo Reino, que sigue abierta. Allí estaba el párroco totalmente disponible. Muchas gracias don Cesar.

      1. Se la arroja él solito y nos la arroja él solito, en vez de buena doctrina. Yo me limito a hacer la fotografía en el acto de arrojar. Eso no sólo es un pecado, es lo que todos deberíamos hacer, también tu. ¿ Te lo impide ser un xx ?

  2. Aunque la jerarquía se acobarde por la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo siempre encontramos buenos pastores, algunos ya mártires reales, no curas socialistas hechos mártires, que su sacrificio sirva de desagravio por los que ven el Santo Sacrificio como algo prescindible y banal

  3. Entiendo que en esta época de pandemia respiratoria, confesar los pecados graves de manera urgente hay que hacerse con medidas máximas de seguridad porque el sacerdote además de escuchar nuestras guarradas no tiene porqué aspirar nuestras miasmas. Los pecados nimios u obsesivos pueden esperar. No hay que tentar a Dios. Mucha soberbia hay en católicos que no se quieren dar cuenta que esto es una epidemia grave y hay un pietismo neurótico,que si comulgar en la mano, que si el agua bendita, que si adoración. Sólo hay que romper el aislamiento por causa justificada y grave. Hay que evitar contactos. Leed el artículo del Padte Iraburu.

    1. Esta vez estoy de acuerdo contigo, José. Se pierden algunos en disquisiciones tontas y se olvidan de lo esencial. Magnífico y sensato el artículo del padre Iraburu.

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