Se une a los obispos italianos en el llamamiento a los fieles italianos a que recen el rosario mañana a las 9 de la noche.
La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, siendo la segunda que se realiza desde allí por streaming, debido a la epidemia del coronavirus.
El Papa se ha unido al llamamiento de los obispos italianos que han promovido un acto de oración por todo el país. Cada familia, cada fiel, cada comunidad religiosa están convocados a rezar el rosario a las 9 de la noche. «Le pedimos que proteja de forma especial a nuestra familia, a nuestras familias, en particular a los enfermos y a las personas que los atienden: los médicos, los enfermeros, las enfermeras, los voluntarios que arriesgan sus vidas en este servicio», ha dicho Francisco.
El Pontífice anunció también que la iniciativa de 24 horas para el Señor, que tendrá lugar este fin de semana, y que debido a la crisis de la epidemia no podrá llevarse a cabo «en Roma, en Italia y en otros países», continuará en todos aquellos sitios en los que se pueda. «Animo a los fieles a acercarse a la misericordia de Dios de forma sincera en la confesión y a rezar especialmente por aquellos que se encuentran probados por la pandemia», dijo Francisco.
En la catequesis, el Papa ha proseguido el ciclo sobre las Bienaventuranzas explicando esta vez la quinta: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos hallarán misericordia» (Mt 5, 7).
«¡La misericordia es el corazón mismo de Dios!», exclamó el Santo Padre en la segunda catequesis sin público desde que el Vaticano tomara medidas de precaución por el coronavirus. «Hay dos cosas que no se pueden separar: el perdón dado y el perdón recibido», dijo Francisco, sin embargo, «para muchas personas es difícil, no pueden perdonar».
«Muchas veces el mal recibido es tan grande que ser capaz de perdonar parece como escalar una montaña muy alta: un esfuerzo enorme; y uno piensa: no se puede, esto no se puede», manifestó el Papa. La reciprocidad de la misericordia «indica» que necesitamos «invertir la perspectiva», dijo el Pontífice.
«Solos no podemos, hace falta la gracia de Dios, tenemos que pedirla», nos dice Su Santidad, quién recordó que todos «somos deudores», con Dios y con el prójimo. «Toda persona sabe que no es el padre o la madre que debería ser, el esposo o la esposa, el hermano o la hermana que debería ser», aseguró el Sucesor de Pedro.
Para el Papa, es precisamente «esta pobreza nuestra» la que se convierte «en la fuerza para perdonar». «Cada uno debe recordar que necesita perdonar, que necesita perdón y que necesita paciencia; este es el secreto de la misericordia: perdonando se es perdonado», continuó el Pontífice.
Según Francisco, la misericordia no es una «dimensión» más de la vida cristiana, «sino el centro», y sentenció: «no hay cristianismo sin misericordia». «Si todo nuestro cristianismo no nos lleva a la misericordia, nos hemos equivocado de camino, porque la misericordia es la única meta verdadera de todo camino espiritual», aseguró el Vicario de Cristo.
Bergoglio recordó que el tema de la misericordia fue el elegido en el primer ángelus que «tuve que decir como Papa» y confiesa que se le quedó «grabado», como un mensaje que «como Papa debía dar siempre». «Recuerdo que ese día también tuve la actitud algo «desvergonzada» de hacer publicidad a un libro sobre la misericordia, recién publicado por el cardenal Kasper. Y ese día sentí con tanta fuerza que ese es el mensaje que debo dar, como obispo de Roma: misericordia, misericordia, por favor, perdón», dijo el Papa.
Catequesis del Santo Padre, publicada en español por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy hablaremos de la quinta bienaventuranza, que dice: «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos hallarán misericordia» (Mt 5, 7). En esta bienaventuranza hay una particularidad: es la única en la que coinciden la causa y el fruto de la felicidad, la misericordia. Los que ejercen la misericordia encontrarán misericordia, serán «misericordiados».
Este tema de la reciprocidad del perdón no sólo está presente en esta bienaventuranza, sino que es recurrente en el Evangelio. ¿Y cómo podría ser de otra manera? ¡La misericordia es el corazón mismo de Dios! Jesús dice: «No juzguéis y no seréis juzgados; no condéneis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados» (Lc 6, 37). Siempre la misma reciprocidad. Y la Carta de Santiago afirma que «la misericordia se siente superior al juicio » (2:13).
Pero sobre todo es en el Padrenuestro donde pedimos: «Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden» (Mt 6,12); y esta petición es la única que se recoge al final: «Porque si vosotros perdonáis a los demás sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas» (Mt 6,14-15; cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2838).
Hay dos cosas que no se pueden separar: el perdón dado y el perdón recibido. Pero para muchas personas es difícil, no pueden perdonar. Muchas veces el mal recibido es tan grande que ser capaz de perdonar parece como escalar una montaña muy alta: un esfuerzo enorme; y uno piensa: no se puede, esto no se puede. Este hecho de la reciprocidad de la misericordia indica que necesitamos invertir la perspectiva. Solos no podemos, hace falta la gracia de Dios, tenemos que pedirla. Porque si la quinta bienaventuranza promete que se encontrará la misericordia y en el Padrenuestro pedimos el perdón de las deudas, significa que somos esencialmente deudores y necesitamos encontrar misericordia.
Todos somos deudores. Todos. Con Dios, que es tan generoso, y con nuestros hermanos. Toda persona sabe que no es el padre o la madre que debería ser, el esposo o la esposa, el hermano o la hermana que debería ser. Todos estamos “en déficit” en la vida. Y necesitamos misericordia. Sabemos que también nosotros hemos obrado mal, siempre le falta algo al bien que deberíamos haber hecho.
¡Pero precisamente esta pobreza nuestra se convierte en la fuerza para perdonar! Somos deudores , y si, como hemos escuchado al principio, nos medimos con la medida con la que medimos a los demás (cf. Lc 6,38), entonces nos conviene ensanchar la medida y perdonar las deudas, perdonar. Cada uno debe recordar que necesita perdonar, que necesita perdón y que necesita paciencia; este es el secreto de la misericordia: perdonando se es perdonado. Por eso Dios nos precede y nos perdona primero (cf. Rom 5:8). Recibiendo su perdón, nosotros a nuestra vez nos volvemos capaces de perdonar. Así, nuestra miseria y nuestra falta de justicia se convierten en oportunidades para abrirnos al Reino de los cielos, a una medida más grande, la medida de Dios, que es misericordia.
¿De dónde viene nuestra misericordia? Jesús nos dijo: «Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6,36). Cuanto más se acepta el amor del Padre, más se ama (cf. CIC, 2842). La misericordia no es una dimensión entre otras, sino el centro de la vida cristiana: no hay cristianismo sin misericordia (1) Si todo nuestro cristianismo no nos lleva a la misericordia, nos hemos equivocado de camino, porque la misericordia es la única meta verdadera de todo camino espiritual. Es uno de los frutos más bellos de la caridad (CIC, 1829).
Recuerdo que este tema fue el elegido desde el primer ángelus que tuve que decir como Papa: la misericordia. Y se me quedó grabado, como un mensaje que como Papa debía dar siempre, un mensaje que debe ser cotidiano: la misericordia. Recuerdo que ese día también tuve la actitud algo «desvergonzada» de hacer publicidad a un libro sobre la misericordia, recién publicado por el cardenal Kasper. Y ese día sentí con tanta fuerza que ese es el mensaje que debo dar, como obispo de Roma: misericordia, misericordia, por favor, perdón.
La misericordia de Dios es nuestra liberación y nuestra felicidad. Vivimos de misericordia y no podemos permitirnos estar sin misericordia: es como el aire que respiramos. Somos demasiado pobres para poner las condiciones, necesitamos perdonar, porque necesitamos ser perdonados. ¡Gracias!
- cfr. San Juan Pablo II Enc. Dives in misericordia (30 de noviembre de 1980); Bula Misericordiae Vultus (11 de abril de 2015) Cart. Apostólica. Misericordia et misera (20 noviembre 2016)
Saludos en español
Saludo cordialmente a los fieles de lengua española, que siguen esta catequesis a través de los medios de comunicación. Pidamos al Señor que, en este momento particularmente difícil para todos, podamos redescubrir dentro de nosotros su Presencia que nos ama y nos sostiene, y de ese modo ser portadores de su ternura a cuantos nos rodean, con obras de cercanía y de bien. Que Dios los bendiga.
Saludos en italiano
Saludo cordialmente a los fieles de habla italiana, con un pensamiento especial para los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados.
Mañana celebraremos la solemnidad de San José. En la vida, el trabajo, la familia, la alegría y el dolor siempre buscó y amó al Señor, haciéndose acreedor de la alabanza de las Escrituras como hombre justo y sabio. Invocadlo siempre, especialmente en tiempos difíciles, y encomendad vuestra existencia a este gran santo.
Hago mío el llamamiento de los obispos italianos que en esta emergencia sanitaria han promovido un acto de oración por todo el país. Cada familia, cada fiel, cada comunidad religiosa: todos unidos espiritualmente mañana a las 9 de la noche en el rezo del Rosario, con los Misterios Luminosos. Al rostro luminoso y transfigurado de Cristo y a su Corazón nos conduce María, Madre de Dios, Salud de los enfermos, a quien nos dirigimos con el rezo del Rosario, bajo la mirada amorosa de San José, Custodio de la Sagrada Familia y de nuestras familias. Y le pedimos que proteja de forma especial a nuestra familia, a nuestras familias, en particular a los enfermos y a las personas que los atienden: los médicos, los enfermeros, las enfermeras, los voluntarios que arriesgan sus vidas en este servicio.
Llamamiento
Los próximo viernes y sábado, 20 y 21 de marzo, tendrá lugar la iniciativa de 24 horas para el Señor. Es una cita importante de la Cuaresma para rezar y acercarse al sacramento de la reconciliación.
Lamentablemente, en Roma, en Italia y en otros países esta iniciativa no podrá llevarse a cabo en la forma habitual debido a la emergencia del coronavirus. Sin embargo, en todas las demás partes del mundo, continuará esta hermosa tradición Animo a los fieles a acercarse a la misericordia de Dios de forma sincera en la confesión y a rezar especialmente por aquellos que se encuentran probados por la pandemia.
Donde no sea posible celebrar las 24 horas para el Señor, estoy seguro de que se podrá vivir este acto penitencial con la oración personal.
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«No hay cristianismo sin misericordia» Esta frase es como como una daga al corazón para los fanáticos que merodean por aquí quienes aman juzgar y condenar y nunca escuchar ni perdonar. Ojalá estas palabras del Papa penetraran esas mentes y corazones rígidos.
Bravo, Señor Poe. Yo me retiro de este foro por salud mental. Esto parece una panda de matones, con honrosas excepciones, como usted, Blanca, Maria R. y poco mas. Dios bendiga a las buenas almas que por aqui pululan, y al Papa Bergolio. Hasta siempre!
Una pena que nos abandones María Eugenia, se nota que eres una cristiana noble y entregada a la oración. Que nuestra Madre María Santa Inmaculada te acompañe.
MÁS MISERICORDIA FRANCISQUITA: Represalias contra obispo crítico con Bergoglio
Los bergo lianos, ejemplo ellos de tolerancia y compasión donde las haya, de dar la bienvenida a los homosexuales y a la mismísima Pachamama hasta darle un puesto de honor junto a los huesos de san Pedro, de crear pseudo misas especiales para los LGBT, sin embargo no soportan la disidencia que descubre la heré ica deriva que ha tomado este pontificado. No tolerar a ninguna voz que se oponga a sus metas neomodernistas-globalistas ha tomado la forma de despidos, deshonras, humillaciones tanto de laicos prominentes como de clérigos, y no quiero pensar en algo más grave.
Juan Pablo hizo lo mismo suspendiendo a divinis a teólogos latinos de la liberación, iluminado
nforma en.news: Otro obispo crítico de Bergoglio es amordazado
El obispo auxiliar de Chur, Marian Eleganti, Suiza, ya no puede hablar en público sin la aprobación de la diócesis, según decidió el administrador de Chur, Pierre Bürcher.
El pretexto: Durante el brote de coronavirus, Eleganti criticó la eliminación del agua bendita en las iglesias y expresó su fe en el «poder y protección de Dios». Después de eso, la Kath.ch de los obispos anti-iglesia pidió represalias. Bürcher rápidamente se comprometió a pasar a la acción.
MÁS MISERICORDIA FRANCISQUITA: Represalias contra obispo crítico con Bergoglio
Los bergo lianos, ejemplo ellos de tolerancia y compasión donde las haya, de dar la bienvenida a los homosexuales y a la mismísima Pachamama hasta darle un puesto de honor junto a los huesos de san Pedro, de crear pseudo misas especiales para los LGBT, sin embargo no soportan la disidencia que descubre la heré ica deriva que ha tomado este pontificado. No tolerar a ninguna voz que se oponga a sus metas neomodernistas-globalistas ha tomado la forma de despidos, deshonras, humillaciones tanto de laicos prominentes como de clérigos, y no quiero pensar en algo más grave.
Ya sabemos que tu quemarias en Plaza pública a los homosexuales, como Satán que eres.
Informa en.news: Otro obispo crítico de Bergoglio es amordazado
El obispo auxiliar de Chur, Marian Eleganti, Suiza, ya no puede hablar en público sin la aprobación de la diócesis, según decidió el administrador de Chur, Pierre Bürcher.
El pretexto: Durante el brote de coronavirus, Eleganti criticó la eliminación del agua bendita en las iglesias y expresó su fe en el “poder y protección de Dios”. Después de eso, la Kath.ch de los obispos anti-iglesia pidió represalias. Bürcher rápidamente se comprometió a pasar a la acción.
Ahora, Eleganti sólo puede hablar si recibe la aprobación de Bürcher o de su portavoz Giuseppe Gracia, autor de una novela pornográfica y escritor del tabloide antieclesiástico suizo Blick.
Eleganti aceptó la decisión «en obediencia». Se ha pronunciado en contra del Sínodo de las Amazonas, Amoris Laetitia y la declaración de Abu Dhabi.
Cierto
Asociar Misericordia y el here je Kasper es no haber entendido nada.
Que Dios sea todo misericordia ¿quién lo niega? Esto no obstante, ¡a cuántos arroja cada día en el infi erno! Es misericordioso, pero también es justo, y su justicia le obliga a castigar al que le ofende. El Señor usa de su misericordia, pero ¿con quiénes? Con los que le temen. “Se levanta su bondad sobre los que lo temen”, dice David; y añade: “Siente el Señor ternura por los que lo temen” (Sal 103 [102], 11-13).
Pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios” Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores.
Mateo 9:13
A que se conviertan, a que nos convirtamos, todos, también los homosexuales y divorciados recasados, a los que Francis no se atreve ni siquiera invitarles a la conversión. Si no hay conversión, no hay salvación. «Hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte, que por noventa y nueve que no necesitan conversión» (Lc 15, 1-10).
Para ti conversión es que un homosexual se convierta sí, pero en heterosexual. Sino no puede ser cristiano, tal es tu odio a los homosexuales que sólo se puede comparar con el Che Guevara y Hitler. Y bueno tu odio a los divorciados también es clásico. Pero bueno eres Satán merodeando en esta web, que le vamos ha hacer
¿Te parece bien que a Aisha la casaran con 6 años?
Callàte, rata de alcantarilla!
Como cuando no hay argumentación los reaccionarios recurren al insulto
Con los que le temen?? Vaya vaya. Como en el medievo utilizar el miedo para acojonar a la gente y se convierta. En vez de utilizar el amor y la argumentación.
Pero los que le menosprecian y abusan de su misericordia, para más ofenderle, estos tales que esperen el golpe de su justicia. Y con razón; Dios perdona el pecado, pero no puede perdonar la voluntad de pecar.
El que comete el pecado con el pensamiento puesto en que se ha de arrepentir después de haber pecado, este —dice San Agustín— “no es penitente, sino escarnecedor de Dios”.
Y de Dios nadie se bur la impu nemente. “No os enga ñéis —dice el Apóstol— de Dios nadie se bur la” (Gál 6, 7). Y sería burl arse de Dios el ofen derle cuando y como se nos ant oja y luego pretender ir al paraíso.
San Alfonso María de Ligorio, Preparación para la Muerte.
San Alfonso María de Lig orio, Prepa ración para la Mu erte.
La misericordia es buscar la conversión del pecador y no justificar su pecado, que eso le llevaría a la condenación eterna.
La misericordia de un padre es corregir y castigar a su hijo cuando se porta mal y no dejarle hacer lo que le venga en gana.
Buen símil.
Gracias Padre por el Papa Francisco.
No hay que confundir porfía con Fe …